Nunca has mirado una persona y te has preguntado: ¿cómo habrá sido su pasado?
Imagínate todas las respuestas posibles, pues estas, ninguna se parecerá a la historia de Noah Andersen.
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- ¿¡CÓMO QUE TE HAN EXPULSADO?! ¿Y AHORA QUE VAMOS A HACER? – grita mi madre una y otra vez.
- Pues me gustaría que me apoyases un poquito – digo yo viendo como se enoja aun más.
Entiendo a mi madre, pero desde que mi padre nos ha dejado no es la misma, ni que no lo acepte. Ahora parece más cansada, tiene ojeras, se enoja con facilidad... Mi padre nos abandonó cuando solo tenía 6 años. Aun me acuerdo de él, pero la mayoría de recuerdos son borrosos.
Mi madre se frota los ojos y se sienta. Se nota que esta cansada. Sin dejar de mirar el suelo me dice:
- Haz lo que quieras Wendy
Se levanta de la silla y se va. Odio cuando hace esto, me hace sentir mas culpable de lo que soy. Voy hacia mi habitación. La oigo llorar silenciosamente en su cuarto. No puedo aguantar esto. E incontrolablemente también empiezo a llorar. ¿Por qué no paro de empeorar la situación de mi madre?
Todo ha sido culpa de ese estúpido grupo de ladrones. ¿Y si los denuncio? No, me verían como una bocazas a lo que equivale quedar mal delante del chico del tupé. Me seco las lágrimas y mi iPhone de repente vibra. Es un mensaje de Carter.
Carter: Tía no me jodas que has vuelto a llegar tarde
Yo: ¿Como lo sabes?
Carter: Mmm no sé, déjame adivinarlo... ¡no has venido en todo el día WENDY MILLER!
Yo: Ya, verás... me ha ocurrido una cosa muy inusual...
Carter: Wendy basta de tonterías, te pueden expulsar del instituto
Yo: A cuanto eso... ya estoy expulsada
Carter: ¿¡QUÉ!?
Yo: la verdad es que no sé que decirte, yo iba temprano al instituto y....
Paré de teclear. No se lo puedo decir. Ni a mi mejor amiga.
Carter: ¿Wendy? ¿Estás ahí?
No quiero responder. Sólo me recuerda el daño que le he hecho a mi madre.
He pasado toda la tarde viendo Netflix. Estoy sola en casa. Mi madre no sé a donde habrá ido. Cierro los ojos, e intento visualizar el momento de la persecución. Esa adrenalina que no podré describir nunca, ese momento en que, por primera vez en mi vida, me he sentido viva. ¿Será un milagro lo que me habrá pasado esta mañana? ¿O todo lo contrario?
Mi cabeza esta llena de dudas. Vuelve a sonar el teléfono. Esta vez es mi madre.
-Dime
- He encontrado un instituto perfecto para ti – dice mi madre con una voz cortante.
- ¿Cual? – He intentado decir con el máximo entusiasmo posible.
- Es el East Side Community High School, y lo mejor es que ¡lo tenemos cerca!
- ¿Ese instituto de pijos?
- ¡Si, a que es fantástico! Te he podido conseguir una plaza después de ir a tu instituto y hablar con la directora. Esa mujer no es muy simpática que digamos – dice con burla. Eso es lo que me encanta de mi madre, a pesar de los problemas que tiene, no pierde de vista el sentido del humor.
- Pero yo no encajo nada allí mamá, yo no soy...pija– digo
- Pues lo serás porque lo digo yo – cuelga el teléfono
Me duele la cabeza, ya no sé que pensar. Tengo tantos pensamientos que se fusionan en uno, y estos son capaces de explotar mi cabeza en cualquier momento.
Suena el timbre. Abro la puerta y me encuentro a Carter. Hoy será un día muy duro.
*
Punto de vista de Noah:
Que cojones hago aquí. No me sé nada ni me he preparado nada; tampoco no sé de que me van a servir los primeros auxilios. Todos lo hacen perfectamente, o eso creo, porque no sé ni que hay que hacer. Esta a punto de tocarme a mí, no puedo volver a suspender educación física. Miro a Ben, está bailando con el esqueleto de la clase. Me alegra saber que habrá una nota mas baja que la mía.
- ¿Noah Andersen? Te toca – dice la profesora Britt. Aun no entiendo como esa señora ha llegado a su cargo, no hace nada, solo sabe suspender i silbar en su pequeño silbato metálico.
Me ponen un maniquí en el suelo, ¿se supone que lo tengo que revivir? Pongo en práctica todo lo que he visto que hacían mis compañeros.
- Muy bien Noah, esta vez te lo has preparado de verdad – dice apuntando en su cuaderno de notas.
Y así chicos es como se aprueba sin esfuerzo mínimo.
- Ben Clayton? – dice la profesora Britt. – ¡CLAYTON! ¡¿Porque esta bailando con el esqueleto?! – se pone roja como un tomate.
Veo como todo el mundo se parte de risa. Pero hay una risa que destaca entre las demás. Obviamente la de Amanda. Cuando ríe, tiene la manía de arrugar su pequeña nariz y como consecuencia, enseña más sus pequeños i perfectos dientes.
Salimos de la clase. Ben tiene un 0, incluso, esta más alegre que Amanda y Colin juntos.
Nos sentamos en la misma mesa de siempre. Sé con exactitud que un sitio en esa mesa es el sueño de cualquier estudiante.
- ¿Sabéis a quien quiero pedirle que me acompañe al baile? – Ben rompe el silencio.
- Dinos cual será la afortunada de este año – digo con sarcasmo.
- Pues la suertuda de este año será... – hace un redoble de tambores, típico Ben... - a Amy Wood.
Nos quedamos mirándonos todos. Veo como Amanda se aguanta la risa. Hasta finalmente la deja ir.
- ¿Pero cómo coño quieres salir con esa? – consigue decir después de tanta carcajada.
- ¿Por qué lo dices? – dice Ben con el ceño fruncido.
- Mmm no sé, ¿por qué ella es totalmente opuesta a tu personalidad? Y cuando digo opuesta es que opuestissima. – dice remarcando lo ultimo. – Tendrás que currártelo chico.
- Pienso cambiar, lo sé – Dice Ben; aunque todos sabemos que no lo hará.
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Amanda Steele y Ben Clayton
Miro a Amanda, volverá a ir al baile con su estúpido novio. Me mira, y hago ver como si no estuviera mirando.
