Nunca has mirado una persona y te has preguntado: ¿cómo habrá sido su pasado?
Imagínate todas las respuestas posibles, pues estas, ninguna se parecerá a la historia de Noah Andersen.
Descubre el significado del amor en esta apasionante aventura don...
¿Por qué se ha saltado las clases? Tampoco sabía que fumaba. Este chico es todo un universo de secretos. Me llevo el casco a casa, una parte de mí desea que me vuelva a recoger mañana.
Le he pedido a Carter para quedar toda la tarde y quedarse a dormir en mi casa. La echaba muchísimo de menos.
- ¿Vamos a la cafetería que hay cerca? - aporta Carter.
A lo que yo acepto. Estamos en el Chelsea, una cafetería que hay a dos manzanas de mi casa, Carter pide un té helado igual que yo.
- ¿Enserio te has encontrado el grupo de ladrones en ese mismo instituto? - dice sorprendida -Ya te dije que había un grupo que no paraba de mirar.
- Y lo mejor de todo es que tengo...- estuve segundos en silencio - soy amiga del chico ese del tupé que te conté que es muy mono.
- ¿Tienes qué? - dice dejando al lado su pajita de su té.
- Nada, nada - y de repente, bum, entra Ben - ¿Qué hace este aquí? - le susurro a Carter.
Ben me mira, y se gira rápidamente a la puerta, seguidamente entra Amanda y Colin. No puede ser, solo falta Noah, espero su presencia pero él no ha venido con ellos.
- Este es el resto del grupo - le digo a Carter, a lo que ella solo asiente con la cabeza.
Desde el ventanal, veo una moto. Es el. Se saca el casco, y lo contemplo a cámara lenta. Entra por la puerta y se arregla el tupé. Me mira, se queda parado, ve a Carter y dirige la vista al grupo. Todos están sentados en una mesa, menos Amanda que está pidiendo algo.
- Ese es - digo señalando a Noah - el del tupé.
- Es muy guapo - dice Carter mordiéndose el labio - y no te deja de mirar.
- Suerte que estoy de espaldas, porque sabes lo roja que me pongo - reímos.
- Creo que quiere darte algo - me dice Carter señalando con la cabeza a Noah.
Me giro y me da una servilleta, la abro y dice:
Prepárate
- ¿Qué? - digo mientras acerco la nota a Carter.
- ¿Prepárate para qué? - dice Carter frunciendo el ceño.
De repente, Noah guarda todos los pedidos en su mochila y rompen a correr. Mierda, es otro robo. Colin se levanta y también empieza a correr, Noah se levanta y me coge del brazo con fuerza obligándome a correr con el.
-¿Qué haces? - grito y miro a Carter, sigue atónita.
Ben sale después de nosotros. Pero Noah corre en dirección contraria. Esa sensación me envuelve de nuevo, esa adrenalina que me hace que me olvide de todo lo demás, solos Noah y yo corriendo por un café robado.
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Wendy Miller
A la esquina paramos para respirar, me dio su casco.
- ¿Estás loco? No quiero formar parte de vuestras estúpidas persecuciones - miento.
- Ponte el casco - me obliga.
- No sé conducir Noah.
- Yo conduciré, ponte el casco - no para de mirar si viene alguien.
- Pero entonces tu no tendrás.... - me corta, viene alguien.
- Da igual póntelo tu, rápido.
Hago lo que me dice y subo temblando a la gran moto negra. Empieza a arrancar. No puedo soportar verlo sin casco, no paro de pensar en posibles accidentes. Wendy relájate, siente el momento. Si antes creía que era adrenalina, hay que ver esto. Veo como su tupe alborotado esta aún mas alborotado que de costumbre. Me da muchísima vergüenza envolver mis brazos en su cintura, pero finalmente lo hago. Siento como todo el viento se lleva todos mis pensamientos y problemas, lejos, muy lejos. Siento otra vez su fragancia, una fragancia que nunca olvidaré.
Desgraciadamente, nos paramos en una plaza. Sacó dos capuchinos de su mochila y me dio uno. Hacemos un brindis y nos los bebemos como si nos los acabemos de comprar.
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Noah Andersen
- Noah, esto esta mal - le digo.
- Ya, ya - dice poniendo los ojos en blanco - pero sé que te gusta.
- Tienes razón pero no hay que hacerlo si me gusta.
- Deja de hacer lo que te digan y empieza a vivir por tu cuenta Miller.
- Ya pero no hay que robar para vivir Noah, ¿y me has llamado Miller? - digo subiendo una ceja.
- Si, ¿hay algún problema Miller? dice también subiendo la ceja.
Estuvimos toda la tarde riendo y paseando por el parque. Mierda, Carter.
