EL LADRÓN DE WALL STREET

CAPÍTULO 27: El día más largo de mi vida

Punto de vista de Carter (mejor amiga de Wendy):

- Pues haz un hueco en tu apretada agenda y escuchame - le grito a Wendy a través del teléfono.

- Vale, vale... te escucho - dice al fin.

- ¡Ben ha desaparecido, Wendy! - grito desesperada.

Hubo un corto aunque incomodo silencio, hasta que Wendy volvió a la vida.

- ¿Que fue lo ultimo que te dijo? - inquiere.

- Que iba a buscar a Noah - digo sinceramente.

Al otro lado de la línea no se oye absolutamente nada, solo mi respiración agitada.

- Wendy, ¿estas ahí? - cuestiono.

- Sí, estoy aquí. Aunque ahora mismo no puedo hablar, Carter - dice con voz insegura.

- ¿Con quien estas? - pregunto.

- Con Brooklyn Stones - responde y luego oigo como susurra "Es Carter"

- ¿Se puede saber quien es ese? ¿Y por qué encuentras mas importante charlar con él que conmigo?

- Es una historia muy larga, te prometo que por la noche te llamaré y te pondré al día - seguidamente no digo nada y cuelgo inmediatamente el teléfono. Si Wendy dice eso quiere decir que se trata de algo realmente importante.

Punto de vista de Wendy:

- Carter acaba de llamar diciéndome que Ben ha desaparecido - digo al dejar un gran suspiro.

- ¿Quien es ese? - dice Brooklyn mientras toca cosas de la oficina de James.

- Su mejor amigo - contesto -. Un momento... Si se ha ido quiere decir que sabe donde está.

- Yo si me quiero escapar de casa no se lo diría a nadie - puntualiza Brooklyn.

- Yo tampoco....Pero entonces, ¿a dónde ha ido Ben?

Nos quedamos un rato en silencio, como pensando bien en nuestras palabras.

- Deberíamos irnos - dice Brooklyn señalando a James -. Se va a despertar en cualquier momento.

- Vale, pero por favor, quítale esas gafas de sol.

Brooklyn asiente con una risilla. Guarda el paquete de las tarjetas en la cartera de James e intenta dejar todo lo de demás como el principio.

- ¡Ah si! - dice como si se acordase de una cosa. Dirige su mano a la boca y saca el caramelo de menta.

- Eso no hace falta - y rápidamente lo devuelve a la boca tan rápido como lo había sacado.

- ¿Y ahora qué? - pregunta Brooklyn.

- Es demasiado tarde para ir a Long Island, pero iremos mañana - aseguro.

- ¿Qué? ¿Nos perderemos otro día de instituto? - cuestiona con los ojos abiertos de par en par.

- Si nos vamos temprano, podremos llegar al instituto a tiempo - objeto.

- Está bien, está bien... - dice con pesadez.

- Ya nos lo agradecerán cuando encontremos a Noah - digo con petulancia.

Dejamos a James en su silla porque según Brooklyn, se pensará que todo ha sido un "sueño", pero yo se que se dará cuenta por la sangre que gotea por su cabeza.