CAPÍTULO 2O: Home sweet home

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Foto del capítulo: Wendy Miller (izquierda)


Punto de vista de Amanda:

Finalmente salimos del Central Park y creo que es el mejor momento para pedírselo.

- ¿Quieres ir al baile conmigo? – pregunto.

- Pero... ¿y Wendy? – pregunta con inseguridad.

- Que vaya con Brooklyn – digo para provocarlo aun más.

Se está un rato pensando y finalmente acepta. Viéndolo mojado y sin la moto le propongo ir a mi casa. Hacía tanto que no venía. Yendo camino a casa me coge de la mano y me susurra en la oreja:

- Te quiero mucho, Am – lo que por consecuencia me provoca un escalofrío por todo el cuerpo. Pero aun tengo una pregunta en la cabeza, ¿de verdad me gusta Noah o solo estoy con él porque no sé estar sola?

Por una vez en mi vida me dejo llevar y no me preocupo por el qué dirá o el qué dirán. Una vez que Noah entra en casa mi madre le recibe con una cálida bienvenida, al despedirnos de ella me lanza una mirada de sorprendida, se debe de estar preguntando por qué es Noah y no Jake. Veo como coge a mi gata y empieza a jugar con ella, feliz. De repente me vienen unos sentimientos de culpabilidad increíbles. Lo miró está súper feliz, ¿cómo le digo que no me gusta con esa cara?

 Lo miró está súper feliz, ¿cómo le digo que no me gusta con esa cara?

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- ¿Te puedo decir una cosa Am? – La seriedad invade su cara.

- Claro, dime – digo insegura.

- Solo he salido con Wendy para darte celos a ti, era un plan de Ben... - ¡¿qué?! Definitivamente me esperaba de todo menos esto.

- Noah... eso esta muy mal – le digo, no me creo lo que ha hecho. Por mí.

- Ya lo sé... pero ahora tengo lo que quería desde hace muchísimo tiempo – hace una pausa y continua – a ti – por favor Noah para.

- Noah... no sé como decirte esto pero... no estoy enamorada de ti – se queda parado con los ojos clavados en mí – pero no te sientas mal, eres una persona maravillosa, solo que...

- ¿Solo que? – pregunta.

- Me tengo que olvidar de Jake... – digo mirando al suelo.

- Siempre se interpone el estúpido de Jake, ¿sabes qué? vete con el – dice, se levanta y se va.

No me puedo creer lo que acaba de pasar...

*

Punto de vista de Wendy:

El timbre de casa me pilla imprevista comiendo helado delante de la tele.

- ¡Ya voy! – grito aunque sé que no me pueden oír.

Al acceder al micrófono que comunica con el vestíbulo no digo nada y veo como el Noah habla con el portero. Mierda, mierda, es Noah. Sin abrir, rápidamente me dirijo al comedor y cojo el helado. Al llevarlo todo a la cocina paso delante del espejo que hay en la entrada de casa y me quedo boquiabierta.

- Madre mía, que pelos – maldigo en voz alta. Por una vez en mi vida doy gracias que mamá trabaje hasta muy tarde.

Me hago un moño súper rápido "moño express" como le diría Carter. Voy en pantalones cortos de pijama y sin zapatillas. Muy bien Wendy. Vuelven a llamar. Esta vez me acerco y doy señal de vida.

- ¿Hola? – hago ver como si no supiera de la existencia de Noah.

- Wendy soy yo – dice Noah con su voz súper tierna. – Lo ves, te dije que me conocía – le dice Noah al portero.

Un momento... ¿si me arreglo pareceré desesperada no? Cojo otra vez el helado y lo pongo sobre la mesa. Tiro el iPhone sobre el sofá para que piense que estaba hablando con alguien. La tele. La enciendo y busco algún canal interesante. Mierda suena el ascensor, esta aquí.

- ¿Así que viendo Disney Channel? – dice con su peculiar tono de burla. Con las prisas ni me había dado cuenta que era Disney Channel.

- Si jajaja – intento disimular como recupero el aire de tanta prisa - ¿qué te trae por aquí?

- Venía a hablar contigo... - ¿que habrá pasado? Su tono parece preocupado...

Me levanto a coger el helado y Noah me persige.

- ¿Que decías? – pregunté impaciente.

- Vaya... las vistas son preciosas, se quedó atontado mirando por la ventana de la cocina.

- ¿Quieres salir fuera? – le pregunto, y este afirma rápidamente.

Al salir al balcón de la cocina una gran corriente de aire frío nos invade. Parece que ha parado de llover.

- Tu casa es preciosa – se detiene – y tu también Wendy Miller – que tierno.

- Le debo gracias a James, sin el no viviríamos en este precioso rascacielos.

- Ojala viviera aquí... contigo- dice mientras contempla la isla de Manhattan. ¿Puede ser más perfecto?

 ¿Puede ser más perfecto?

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