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Como puedo me levanto y salgo hacia el patio, por las cristaleras veo que allí se encuentran cerca de la fuente Casy y Lukas un tanto alterados hablando entre ellos. No hay nadie más, ahora recuerdo que hoy jugaban la semifinal del campeonato los chicos del equipo de fútbol, el otro día en el entrenamiento de baloncesto nos dijeron que a nosotras nos hacían un descuento en la entrada si teníamos pensado ir. Cuanto mejor habría estado allí...

Cuando por fin llego, los dos están eufóricos al verme.

-¡Por fin! No te vas a creer lo que ha pasado... -Mi amiga me abraza y seguido lo hace también Lukas.

-¿Qué ocurre? ¿Y Axel?

-Es una larga historia -esta vez habla el chico.

* * *
Los gemelos Bradley habían salido ya hace un buen rato a ver el partido, por lo que en la habitación estaban con tranquilidad la pareja sin más compañía. El rubio natural, que estaba tumbado abrazando a su chico, se levantó de la cama al ver que su novio no había sufrido ningún "ataque" y le dijo que volvería enseguida mientras se dirigía al baño. El rubio, en este caso el teñido, asintió sonriente y cogió un libro de la estantería para entretenerse durante la espera. El otro muchacho, desde el cuartito de al lado, de repente escuchó un ruido ensordecedor. Obviamente el susto de el chico fue tremendo, pues sabia perfectamente a que se debía. "¿Como es posible? -pensaba el joven dandose prisa en abrir la puerta para ver que ocurria exactamente- ¡Tan sólo han sido unos segundos!" Cuando por fin consiguió salir-algo que le costó un poco más de tiempo que de normal debido a sus tremendos nervios- la escena era tremenda: La puerta de la habitación estaba abierta de par en par y en medio de ella la pintura había desaparecido a causa de un obvio zarpazo. Lukas salió corriendo siguiendo el rastro de un Axel transformado y completamente descontrolado. Por suerte no hubo nadie en los pasillos que pudieran encontrarse con Axel, hasta que al llegar prácticamente a la puerta que daba desde ese ala al patio se tropezó con Casy. La chica suspiró, comprendiendo que tenía un gran trabajo por delante, y sin dudar un instante se frotó las manos y alargó los brazos en dirección a su amigo, que se dirigía a toda velocidad hacia la puerta. Cassandra empujaba a la nada con fuerza hasta que por fin una especie de cúpula -al principio translúcida, y poco a poco más transparente- iba envolviendo a la enorme silueta de pelo completamente blanco que ya no tenía nada de rubio teñido. Lukas llego justo a tiempo hasta aquel lugar donde su amiga iba persiguiendo, tras las miradas incrédulas de algunos de los otros alumnos que seguían en el centro, a nada ni nadie exactamente hasta la fuente. Entonces, justo cuando llegó al trozo de mármol que formaba la estructura, esta paró y gritó un fuerte "¡No!". Ambos amigos compartieron su parte de la historia brevemente y el chico desvío las miradas de los curiosos con lo primero que se le ocurrió:

-¡Hey!- gritaba para captar la atención, aunque en realidad, ya la tenía desde hace un rato- ¡El equipo... Nuestro equipo- evitaba tener que decir el nombre del club de fútbol que no recordaba- acaba de ganar el partido! El entrenador nos invita a todos en la cafetería, estará aquí enseguida ¿A qué esperáis?

El recinto se vació casi por completo, con la excepción de los dos chicos que sabían la que les esperaba cuando el señor Hailee se enterara de que habían mentido sobre su oferta de invitación. Aunque no sobre la victoria, la cual acababan de anunciar por uno de los televisores que se alzaban por las paredes del internado. Tras unos segundos en los que los dos recapacitaron sobre lo que acababa de pasar, ambos dijeron:
-Tenemos que avisar a Alex.
***

-Entonces...-Pronuncio con la voz entrecortada tras escuchar todo lo ocurrido- ¿Axel ha saltado... Y simplemente se ha esfumado?

-Exacto -contesta mi amiga- y la única forma que se me ocurre de sacarlo de ahí es saltando de ahí.

- A sí que...

-Tendremos que saltar -dice firme el Lukas.

Mis Amigos Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora