Mis Amigos Y Yo

-2-

Por fin conseguimos que Jackie se despierte y salimos hacia nuestras taquillas. Están las cuatros seguidas, nos conocimos por eso.

Cuando estamos llegando la estúpida de Hanna apareció en nuestro camino cual pokemon salvaje buscando pelea.
Nosotros simplemente pasamos de ella e intentamos alejarnos de su lado, pero ella parece no pillar la indirecta y se acerca a nosotros. Yo me tropiezo con ella tirando por accidente sus libros (aunque tampoco me habría importado hacerlo queriendo).

- ¿Qué te crees que haces? - me empieza a hablar cabreada.

-No es mi culpa que seas torpe.

- ¿Perdona? - Ignora los libros del suelo (no me extraña, como nunca a leído uno no les debe tener mucho afecto) y me mira directamente desafiando me con unos ojos castaños que desprenden odio - El problema es que tú -pone más énfasis al pronunciar esta palabra - estabas en medio.

- Mira Hanna, nosotros no hemos tenido la culpa de nada...

- ¡Tu te callas niño teñido!

En la cara de mi amigo se nota el enfado que esas palabras han despertado en él. Todo el mundo sabe que no es rubio natural, pero el se empeña en pensar lo contrario. Axel tiene que teñirse porque su color natural es el blanco, y ¿por qué blanco? Bueno, es difícil de explicar, vallamos por partes.

- ¿A quién llamas teñido? -mientras dice esto me parece escuchar un gruñido. Mala señal.

Me apresuro a relajar le pero se adelanta Casy.

-Ey, deja la en paz. No merece nuestro tiempo. Vayámonos.

Hacemos caso a Cassandra y seguimos nuestro camino mientras la morena sigue refunfuñando a nuestras espaldas. Cuando llegamos a nuestras taquillas ya no vemos a la pesada del instituto. Por suerte, en esta parte del pasillo se está genial, pasa mucha gente, si. Pero justo delante de nosotros tenemos een lugar de pared una enorme cristalera que da al patio, un enorme recinto verde rodeado por los edificios de los dormitorios y en medio una fuente y algunos bancos. es precioso. Cuando mis padres me dijeron que iba a estudiar en un internado no me imaginaba que fuera a gustarme tanto, y lo mejor, que iba a encontrar a tan buenos amigos.

- ¿Qué narices te ha pasado antes? -Empieza a decirle Jackie en tono de reproche a Axel - ¡Vas a conseguir que te descubran! Y contigo a todos nosotros.

-Lo siento, es que... Estos días - mi amigo parece algo nervioso me cuesta más contenerme, no se que me pasa.

-Pero, - esta vez hablo yo- si es de día. Además, todavía no hay luna llena.

- Lo sé, no os lo había dicho, pero estoy un poco preocupado. Me cuesta ocultar lo que soy. Me cuesta ocultar que soy un licántropo.

Le hago una seña para que baje la voz, no nos conviene que nadie escuche nada.

- ¡A todos nos cuesta ocultar lo que somos! No eres el único con problemas sabes, ¿crees que para mi es fácil...?

-¡Ya basta Casy! -pongo fin de nuevo a la discursión- Somos un equipo, ¿recuerdas?

-Tienes razón, perdona.

- Mira, Axel. -Sigue algo nervioso, y esto es muy raro, así que tengo que decir algo para calmar la situación- estamos a punto de adivinar que es lo que nos pasa y porque, quizá podamos saber el porque se activan tus instintos sin poder controlarlos. -asiente- pero por ahora, vas ha tener que aguantar un poco más como todos nosotros.

Axel y Jackie todavía tenían una clase más, pero Casy y yo no teníamos más asignaturas por hoy, así que nos fuimos a nuestro cuarto. A principio de curso no compartíamos habitación, pero hace unas semanas pedimos que nos cambiaran de habitación, así que ahora Jackie, ella y yo compartíamos habitación, y Axel estaba en el edificio de al lado -la residencia de los chicos- con los hermanos Bradley. Altos, morenos, musculosos... Pero no muy listos, todas las chicas querían salir con ellos. Bueno, no todas.

Cuando por fin llegamos a nuestro cuarto me puse a leer. Mientras tanto, Casy se puso a jugar con Dasy, su gatita blanca. En teoría estaba prohibido traer mascotas, pero... Bueno, como he dicho, nosotros no somos de lo más normales, así que no seguimos las mismas normas que los demás.