Como ya era habitual, nada más entrar en clase, tan sólo se encontraba ocupado un sitio. En primera fila. Una chica con el pelo largo y castaño y unos ojos más oscuros que la noche.
-Buenos días-digo sentándome a su lado.
-Buenos días a ti también Alex-me saluda Rebeca.
Tiene la mirada fija en su diario, y aunque por la voz parece que se alegra de verme, no me mira cuando me habla.
-¿Escribes ahí algo sobre mi?
-¿Quién sabe? -ahora me mira sonriente y cierra de un golpe el cuaderno -Ayer no me dio tiempo a preguntarle a mi tío, es más, no he podido leer tu mensaje hasta esta misma mañana.
-No te preocupes, cuando puedas. -le sonrío y saco otro tema- ¿Hoy es tu primera clase de inglés, no?
-Buff, no me lo recuerdes.
Me sorprendo un poco
-¿No te gusta? ¡A mi me encanta el inglés!
-No es que no me guste, es que no se me da nada bien. Creeme, yo lo he intentado. He tenido varios profesores particulares de inglés y todos han salido de mi hasta las narices.
Ambas nos reímos.
-Bueno, eso es porque no me lo pediste a mi.
-Acabarías harta de mi.
-¿Porqué no lo probamos? ¿Qué te parece si mañana me paso por tu cuarto y te ayudo con los deberes?
-Bueno... Si insistes-Algo le hace cambiar de opinión- Pero mañana van ha venir a verme mi madre y mi hermano, no se cuando llegarán.
-Quedamos por la mañana y si llegan pronto me despachas.
-Suena perfecto.
-¿Estudiar inglés o despacharme?
-Estar contigo.-el corazón se me hablanda con sus palabras- Aunque... Si me acabo cansando del inglés, igual si que opto por la segunda opción.
-Ja, ja.
El timbré sonó y de inmediato pasó al aula la profesora Lauren, justo después de Astrid, Casy y Axel.
La clase fue bastante amena, estuve al tanto de la profesora, quizá tuviera algo que ver con Percival, pero no noté nada extraño. El resto de clases fueron algo más extrañas, los profesores estaban distraídos, algo nerviosos. La última hora, literatura, se acerca, y es obvio que tampoco pasará desapercibida.
-Buenos días alumnos, ¿podrían recordarme lo último qué vimos?
Nadie responde, así que me mira a mi y comenta.
-En ese caso... Señorita Alexandra, ¿verdad que usted tiene muy buena memoria? ¿Por qué no nos lo aclara a los demás? Al parecer todos lo tenemos un poco borroso.
Me asusto un poco, puede que haya sido un comentario sin más, pero parece como si supiese lo de mis poderes.
Me giro hacía el rubio que tiene la misma expresión de asombro que yo.
-Contesta-susurra-quizá esté jugando contigo.
Yo asiento mínimamente y le obedezco. Eusebio parece satisfecho y sigue con la clase. Cuando esta acaba, todos salimos a nuestros cuartos, ninguno tenemos apetito.
* * *
Eran las doce en punto de la noche, Casy había salido hace un rato a por los demás, no debería tardar mucho más.
Miré por la ventana, daba a la parte trasera del centro, justo donde estaba la entrada secreta al laberinto. Un poco más allá unos árboles se movían por el viento y la lluvia, que además hacían que se les cayesen algunas hojas. Abro la ventana, no tengo demasiado frío, y las gotas tampoco me molestaban. Alargo una mano fuera de la habitación y cierro los ojos para concentrarme, cuando los abro, una de las hojas, la que estaba señalando con mi dedo índice flotaba a mi antojo en contra del viento.
Entonces la puerta se abre de par en par, no hay nadie detrás. Cuando miro otra vez fuera, la hoja ya ha caído al suelo. Entonces escucho unas risas a mi espalda.-Tenías que haberte visto-dice Casy mientras hace visibles a los demás también- a sido buenísimo.
-¿Quieres callarte? ¿Te recuerdo por qué estamos aquí?- entonces me doy cuenta de que no estamos todos- ¿y Lukas?
-Se ha quedado estudiando. Está de exámenes hasta arriba-comenta su novio.
-Bueno, ¿pues que hacemos? -habla la rubia.
-Yo creo que deberíamos volver al laberinto -digo sin más.
-¡Y yo creo que estás loca! -el rubio exclama y Casy le da una colleja para que se calle- ¡Oye!
Casandra le suelta una mirada asesina. Astrid y yo nos reímos y luego ella dice:
- Yo también lo creo.
-Muchas gracias, mujer. -le digo.
-No, eso no. Me refiero a que yo también creo que deberíamos volver allí.- aclara y Casy se ríe de mi, Axel sigue protestando por la colleja de antes.
-Genial. Así te puedo enseñar a ti también esto.
-¿El qué?-Pregunto a mi amiga.
-Mira- dice ella.
Casy eleva sus brazos y cierra los puños. Alrededor de ellos aparece una luz y cuando abre las manos, una cúpula translúcida les rodea a los cuatro.
-Desde fuera no nos ven. Además, Axel, intenta salir.
-Ya lo has hecho antes, no pienso...
-Venga, que no tenemos toda la noche.
El chico suspira y obedece. Al acercarse al final de la cúpula, choca y es impulsado hacía atrás. No sé cae por poco.
-Guay. Pero... Hay algo que no entiendo. -todos me miran con interés- Estos últimos días están resultando muy extraños para todos, y además, algunos de nuestros poderes están empezando a fallar. Axel, tu no controlas tus transformaciones, y Astrid, es obvio que si tus alas no te hubieran fallado no estarías aquí. En cambio, Jackie y yo siempre tuvimos los mismos poderes, ni los he mejorado ni empeorado, aunque a veces no pueda utilizarlos todo lo que yo quisiera. Y luego está Casy-la miro- durante estos días estás mejorando tus habilidades.
-¿Qué crees que puede significar eso?
-No tengo ni idea, ¿pero no creéis que es algo raro?
-Lo es.
* * *
Ninguno pensábamos tirarnos por la fuente otra vez, así que fuimos por detrás del instituto. Ya allí, justo enfrente del arbusto que tapaba la entrada, Casy deshizo la cúpula que nos protegía de la vista de los profesores y las cámaras en algunos de los pasillos.
-¿Estais listos?
-No. -me contesta Axel. Se le nota nervioso, no le gustaría volver a transformarse, al menos no de forma involuntaria, como la ultima vez.
-Genial, porque yo tampoco.
Astrid se decide por apartar las hojas y Casy va a ayudarle. Pero entonces, todos oímos un ruido. Más bien unos pasos que vienen hacía aquí.
-Rápido-susurro- Cassandra dejad eso, antes de que llegue.
Ella y Astrid dejan el arbusto cono estaba pero antes de que Casy nos cubra como antes, aparece una silueta-sin duda adulta- que nos habla.
-No deberían estar aquí -la voz de Eusebio me asusta. Pienso en salir corriendo, pero todos nos quedamos clavados donde estábamos. Por un momento todos nos quedamos en silencio, tan solo se el viento rozar con las hojas de los arboles a nuestras espaldas, y parece que él tampoco sabe que decir.-No me esperaba esto de ustedes. De ninguno de ustedes. Vuelvan a sus dormitorios. No quiero escuchar ninguna de sus excusas, pero voy a imaginarme que tienen un buen motivo y no le comentaré nada de esto al director.
En silencio, cada uno volvemos a nuestros cuartos, sin tener idea de que acababa de pasar.
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Mis Amigos Y Yo
General FictionAlex siempre ha sabido que su vida nunca iba a ser normal, y mucho menos desde que conoció a sus mejores amigos, con los que guarda un gran secreto. Ahora, ella y sus amigos se están viendo amenazados, ¿Cuál crees qué será su secreto y qué tendrá qu...