Mis Amigos Y Yo

-23-

Don Eusebio recoge sus cosas y antes de que salga me apresuro a hablar con él.

-¡Espere un momento! Tenemos que hablar con usted.

Él me mira a mí y después a los demás, después se acerca a su mesa y se apoya en el borde. La clase está vacía; a excepción de nosotros, pero aún así cierro la puerta desde la distancia, con tan sólo realizar un disimulado giro de muñeca en dirección a esta.

-¿Qué sabe usted de esto? - Adtrid habla enfadada- De nuestros poderes, la desaparición de Jackie, mi extraña aparición en el centro... ¿Qué tiene usted qué ver con esto? ¿Por qué estaba el otro día en la entrada al laberinto?

Quizá habría preferido no nombrar todos esos hechos, pero al fin y al cabo, ya no nos quedan demasiadas opciones más.

-No os voy a mentir -habla con calma- no estaba allí por casualidad. Pero creedme cuando os digo que si os hubiera dejado entrar ahí, no habríais salido.

-Ya lo hicimos una vez, podríamos hacerlo dos -esta vez habla Casy.

-No era la misma situación. Cuando el señor Wolf y la señorita Hummel entraron en el laberinto, no había ningún peligro. Aunque os librasteis por poco, he de admitir.

-¿Cómo sabe usted todo eso? Además, ¿ningún peligro? ¡Astrid y yo estábamos encadenados a la pared!

-Escuchame bien, Axel. Yo no soy el enemigo, solo quiero ayudaros.

- Empiece por contestar nuestras dudas. -le digo.

-Está bien. Mirad, no sé quien fue el que os hizo llegar al laberinto, pero tengo una breve idea.

-Cuentenos lo que sepa -dice Casy.

-El instituto está construido sobre unas ruinas; el laberinto en el que estuvisteis -explica- desede que se abrió, este ha recibido la visita de muchos alumnos como vosotros, alumnos... Especiales -La mirada de Rebeca se posa sobre mi- Yo y algunos compañeros nos hemos dado cuenta de vuestros dotes e intentamos protegeros e intentar descubrir porque de algún modo todos acabáis aquí.

-Espere un momento, ¿protegernos de que?-dice Axel.

-De algunos maestros. Hace unos años se extendió el rumor de que el instituto recibía estudiantes con habilidades y mucha gente se interesó por esos poderes. Ahora el centro protege a algunos de esos curiosos que se esconden tras la fachada de profesores.

-¿Y por qué no los echan de aquí?-dice Casy

-El problema es que nadie sabe quien sabe acerca de vuestros poderes y quien no.

-Acaba de decir que un grupo de gente nos protege-digo

-Un grupo anónimo. Si los demás maestros supieran nuestra identidad irían a por nosotros y sería mucho más complicado. Por ahora pasamos desapercibidos.

-Pero ellos también-digo.

-Ese es el problema.

-Pero, no lo entiendo, ¿Qué es lo qué quieren de nosotros?-dice Astrid.

-Vuestros poderes-susurra Rebeca- quieren vuestros poderes. -Parece asustada.

-Muy bien señorita Haught, lo va pillando.

-¿Por eso se han llevado a Jackie? ¿Por eso acabaron ellos en las ruinas?-Casy señala a Axel y a Astrid.

-Si, creo que ellos son los responsables de que perdáis el control de vuestros poderes. No sé como lo harán, pero lo utilizan en vuestra contra. De alguna manera consiguieron atraeros hasta su trampa. Vosotros tuvisteis más suerte que vuestra amiga.

Hay un momento de silencio.

-Sabed que yo os ayudaré en todo lo que pueda.

-Gracias, pero antes de irnos, ¿Cómo sabías que teníamos planeado entrar al laberinto? Ha dicho que no fue causalidad- pregunto.

-No sois los únicos chicos con poderes en el centro ahora mismo. Un compañero vuestro me advirtió para que no os metierais en líos.

-¿Quién?-dice Axel- y ¿cómo supo qué usted podría ayudarnos?

-No lo sé, no es alumno mío. Y tampoco se como lo supo, imaginé que tendría que ver con sus poderes. Llevaba gafas de sol, me resultó algo extraño.

-Max, -se sorprende Axel- ¡el compañero de cuarto de Lukas!

Axel sale enfurecido de la sala empujando la puerta bruscamente contra la pared. Todos salimos corriendo detrás de él por los pasillos hasta el patio y después al dormitorio.

-¡Axel-le grito cuando logró tenerle a una distancia decente- espera!

Él me ignora y sigue corriendo. A nuestro alrededor no hay nadie -todos están comiendo o todavía en clase- así que suspiro, alargo el brazo de un movimiento seco y a unos metros de mi, el chico rubio se detiene de inmediato.

-¡Alex! -dice medio aullando- ¡Sueltame, o será peor!-sus ojos cambian a un azul cristalino y el tinte de su pelo empieza a desaparecer.

-¡Axel! -grita Lukas que salia de su dormitorio justo detrás de mi amigo- ¿Qué narices pasa aquí?

Bajo el brazo y Axel cae al suelo, del que se levanta en un segundo para dirigirse a su novio.

-Tú -la mirada de odio hacia el chico me asusta- Tú le contaste todo al bueno de tu "amiguito". ¡Es todo por tu culpa!

-¿De qué estás hablando? No entiendo nada. Alex ¿qué pasa aquí?

-Axel, no tienes ni idea de lo que le estás acusando -ignoro por un momento a Lukas- Eusebio dijo que gracias a él pudo evitar que ahora estuviésemos como Jackie.

-Quizás tengas razón y no este en nuestra contra, ¿pero quién le contó sobre nuestros poderes? ¿Cómo si no iba a saber lo que teníamos planeado?-deja de mirarme y se centra de nuevo en Lukas- ¡Tuviste que ser tú quien le contó todo a Max!

-¿Qué? No, espera yo no...

-¿Cómo he sido tan tonto? Tenía que haberme dado cuenta de que había algo entre vosotros, era más que obvio... ¿Me lo vas a seguir negando, o me vas a contar ya la verdad?

Lukas no sabe que decir, nos mira pidiendo ayuda, pero no conseguimos decir nada.

-Genial...

Axel va a darse la vuelta e irse cuando Max llega corriendo y grita:

-¡Espera! -el chico no le hace caso- ¡Por favor, para!-pero no hace caso.

Max suspira y se quita sus carácteristicas gafas de sol dejando ver unos ojos rojos como la sangre que casi tapan su oscura melena de los que salen unos rayos directos a las piernas de Axel.

-¡Ay!- entonces se detiene.

-Lo siento- dice, y levanta los hombros-Pero te he advertido.

-¿Qué quieres?

-Ayudaros. Y por cierto, él no me dijo lo de vuestros poderes. Además, no es mi tipo.

Los rasgos de lobo desaparecen y Axel mira a Lukas disculpándose.

-Entonces ¿eres cómo nosotros?-Pregunta Astrid mientras Max se vuelve a poner sus gafas.

-Ajam- no parece el tímido chico que conocía.

-¿Pero como lo sabias entonces? -pregunta Casy-¿Cómo sabias que también tenemos poderes?