Ya era sábado, lo más probable es que esta tarde llegaran mis padres y Jenn, y esta mañana he quedado con Rebeca para ayudarle con el inglés.
Normalmente, los fines de semana aquí son algo aburridos. No hay demasiadas cosas que hacer y tienes todo el día libre por si te surge algo, que nunca es el caso.
Hoy me vendría bastante bien tener un rato libre.
¿Por qué actuó así Eusebio? No lo sé, y necesito saberlo. Pero hoy no podrá ser.Rebeca me mandó hace unos minutos un mensaje, me decía que podía pasarme por su cuarto cuando quisiera. Así que ahora estaba de camino hacía su habitación, que estaba en el pasillo de las habitaciones de los maestros. La mayoría vivía cerca y no las utilizaban, así que el tío de Rebeca pudo ofrecerle una.
Cuando llego a la puerta correcta me pongo algo nerviosa. Saco el móvil y pongo la cámara delantera, miro si todo esta correcto y me retoco un poco el pelo, que después de todo sigue tan despeinado como antes. Doy dos golpes sobre la madera, que tras unos segundos se abre dejándome ver primero a la chica, y luego la estancia.
La habitación es enorme, mucho más grandes que las de los alumnos. La iluminación es abundante. En realidad, más que una habitación, parece un pequeño apartamento.
-Good morning -me saluda la chica sonriente, como es habitual en ella.
Está-como también es habitual- guapísima. Lleva una camiseta negra de manga corta y unos pantalones de pijama a rallas. Lleva su preciosa melena castaña recogida en una coleta alta, pero un pelo rebelde se le escapa y cae por su rostro.
-Vaya, yo pensaba que necesitabas ayuda con el inglés, ¡pero si hasta sabes dar los buenos días! No veo el porque necesitas entonces mi ayuda, será mejor que me valla... -Ella me mira con los brazos cruzados, como esperando a que se me pase la tontería. Intenta poner cara sería, pero no lo logra.
-No hagas el tonto, anda- y me suelta un golpe en el hombro-Venga, pasa.
-Como usted mande, señorita-y hago una falsa reverencia quitandome un sombrero inexistente.
Rebeca se ríe de nuevo y cierra la puerta tras de mi.
-Bueno- me quito la mochila y la dejo encima de la mesa-¿por dónde empezamos?
Ella se sienta en el sofá y me hace una señal para que me siente a su lado. Así lo hago.
* * *
-Vale, definitivamente eres un desastre con el inglés.
-Ya te dije que no se me daba bien.
-Pero eres una exagerada, aunque poco a poco vas mejorando.
-¡Soy un desastre, no sirvo para nada!-me ignora y se pone a exagerar aún más, llevándose la mano a la frente y tirándose a lo largo de todo el sofá, apoyando la cabeza sobre mis piernas.
Ambas reímos
-¡No digas tonterías! Claro que...- en ese momento la puerta suena y Rebeca se levanta de un salto a abrir.
-¡Voy yo!
Detrás de ella me levanto yo, que me apoyo en el respaldo del sofá, esperando.
Rebe abre la puerta y un chaval entra corriendo y gritando a abrazarla.
-¡Rebeca!-dice él mientras mi amiga lo levanta del suelo- Te he echado mucho de menos.
-Yo también te he echado de menos Fran.
-¿Y a mi, me has echado de menos?- una mujer relativamente joven entra también.
-¡Mamá! -Deja a su hermano en el suelo para darle dos besos a su madre. Luego me miran a mi. -Esta es Alex. Es una... Amiga- sonríe. ¿Y esa pausa antes de la palabra "amiga"?
-Encantada de conocerte, soy Marlen- me dice la mujer con una amplia sonrisa- tal y como la que siempre muestra su hija-y me da también dos besos. La cara me empieza a quemar e imagino que debo estar más roja que un tomate.
-Lo mismo digo -miro al reloj, todavía no era demasiado tarde- bueno, yo igual me voy ya, así os dejo a solas y...
-¡Oh, no te preocupes! De hecho yo ahora mismo tengo que ir a hablar con el tío de Rebeca y avisarle de que ya hemos llegado. No creo que haya ningún problema con que te quedes hasta que vuelva. A de más -ahora mira a mi amiga-, así podéis entretener entre las dos a tu hermano. Aunque bueno, también deberías cambiarte, en cuanto vuelva saldremos a dar una vuelta por ahí. -Me quedo atónita con lo mucho que habla esta mujer.
-¿Qué dices? -ahora es Rebeca quien me habla- ¿te quedas un rato?
-Si claro, no veo por que no.
Marlen no tarda en irse y Fran viene a mi lado.
-¡Hola! -dice el pequeño animada mente- Soy Fran-extiende la mano. yo imito su gesto y le estrecho la mano.
-Yo Al.
-¿quieres jugar con migo?-sonrío y miro a mi amiga, que apoya su espalda en la pared.
-Voy a sustituirse un rato, ¿qué te parece?
-Bueno, mientras solo sea un rato... -se ríe y mira a Fran- Yo ahora voy a vestirme, no creo que tarde mucho. Luego me uno a vosotros.
-Claro. -Digo y luego ella cierra tras de si una puerta, supongo que la de su dormitorio.
Fran y yo pasamos un rato jugando a varias cosas. Sobre todo a vaqueros contra alienígenas- parecía completamente emocionado con la idea de que yo fuera un extraterrestre mientras que él me disparaba con revólveres o me atrapaba con cuerdas imaginarias, y yo desde luego, hacía todo lo posible por meterme en mi papel y sacarle una sonrisa al chaval.
-¡Piu! ¡Piu!
-¡Gruaaarg! ¡Oh no, me ha disparado!- y me tiro al suelo con la lengua fuera imitando mi muerte.
-¡Si, lo conseguí! ¡He acabado con el alíen!
En ese momento, la chica sale de su habitación y se escuchó una carcajada por su parte. Yo me levanto todo lo rápido que puedo.
-Cuida hermanito, ¡El bicho sigue vivo! -se ríe un poco y luego entra al baño a peinarse, esta vez no cierra la puerta -no tardo nada.
-Dame un descanso, enano-y le revuelvo el más o menos largo pelo rubio- no tan claro como el de Lukas- cariñosamente. -¿Qué te apetece hacer?
-No sé, podemos jugar a carreras con coches.
-No creo que tu hermana tenga cachecitos por aquí.
-Vaya... -Dice aunque no muy apenado- Oye Al, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Claro. Dispara.
-¿Te gusta mi hermana?- No sé que decir. Le miro a ella, que a dejado de retocarse el pelo y también me mira a mí.
-¿Por... Por qué dices eso?
-No sé, es que como ella siempre dice que...
-Oye mocoso- Rebeca viene como un rayo e interrumpe lo que su hermano me iba a decir. Creo que me habría gustado oírlo -¿qué te parece si buscas en mi cuarto alguna película que te guste? Te la puedes llevar si quieres.
-¿En serio? ¡Que guay!- y sale disparado dejandonos un poco más a solas.
-A si que... ¿Siempre dices que... Qué?-digo divertida. Ella me mira dudando que hacer y se muerde el labio, luego mira atrás, hacia la habitación donde está su hermano. La puerta está cerrada. Ella vuelve a girarse hacia mi, suspira y se ha cerca a mi hasta juntar sus labios con los mios mientas sus brazos se posan en mis hombros y rodean mi cuello. Por mí parte, le agarro por las caderas y obviamente, le devuelvo el beso.
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Mis Amigos Y Yo
Fiksi UmumAlex siempre ha sabido que su vida nunca iba a ser normal, y mucho menos desde que conoció a sus mejores amigos, con los que guarda un gran secreto. Ahora, ella y sus amigos se están viendo amenazados, ¿Cuál crees qué será su secreto y qué tendrá qu...