—Creo que... Preferiría morir. Creo que preferiría morir. Creo que preferiría morir.
No dejaba de pasar las palabras de Bere por mi cabeza, se repetían una y otra vez. No quise decir más, no tenía respuesta para eso, yo pensaba lo mismo. Bere se había quedado dormida unos minutos después de haber dicho eso.
No había nadie esperándome afuera, si lograba salir, no tenía a donde ir. Nadie podía estar preocupado por mi. Sólo debía esperar a que el virus se apoderara de mi, de esta miseria en vida, Lucía lo dijo, no somos nadie, nadie sabe que existimos.
Pasaron las horas, ambas nos quedamos dormidas, en las noches había más ruidos que durante el día. Daba mucho miedo. Las personas que sí estaban enfermas sólo esperaban con ansias el momento de su muerte.
Era el tercer día tome un poco del agua que nos había sobrado y lo pasé por mi cara, había sangre seca, así que con eso podía poner en la pared los días que llevábamos aquí.
Extrañamente al tercer día de cuando me inyectaron el virus me sentía bien, no había ningún cambio dentro de mi.
Moría de sed mi cuerpo en verdad estaba necesitado de ese líquido vital. Pero del cristalino no del sacado de caño.
Mis labios estaban secos, tanto que se partían cuando intentaba gesticular. Y un poco de sangre brotaba de ellos.Bere despertó, algo confusa no sé que sucedía pero... Ella lloraba, estaba llorando.
—¿Qué sucede Bere?
Le dije acercándome a ella.Ella tomó sus rodillas y las abrazó con tanta fuerza que podía notar los nudillos de sus manos exaltarse.
—Soñé que éramos libres. Como si esto nunca hubiera pasado, tú y yo cumplíamos nuestra mayoría de edad en el orfanato y salíamos libres, era increíble, el día estaba lluvioso, todo afuera, el cielo... Era increíble no puedo describirlo, pero... Extraño ver el cielo.
Ella lloró más, la abracé ella era como mi Hermanita pequeña, siempre fuimos amigas.
—No llores Bere, saldremos de aquí, te lo prometo, no tienes por qué temer.
Ahora debemos preocuparnos por algo más.
Tu cuerpo ¿Sientes algún cambio en el?—¿Te refieres a...?
—Sí, al virus. ¿Sientes que algo cambia dentro de ti? Le dije.
—No, creo que por ahora sólo tengo mucha sed.
—Igual que yo.
—¿Por qué no sentimos nada?
Me dijo Bere.—No lo sé, pero tenemos que averiguarlo, si estamos bien, nos tomarán a nosotras como prueba de que su experimento funcionó. Me parece que no matan a nadie.
Les encanta el sufrimiento de los demás, esperan a que solos en su locura se maten. Siendo ellos los espectadores por medio de esas horribles cámaras.
—Entonces, ¿Qué haremos? Dijo.
—Fingir, supongo.
—¿Y cómo sabremos cómo es estar loco?
—Bueno, si el virus hace efecto después, no tendremos escapatoria pero si no...
Tenemos que ver cómo reaccionan los demás.
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Adoptada
HorrorSer una chica huérfana debe ser de lo peor, pero ¿qué puede ser peor que eso? ¿Ser utilizada como un objeto y todo en busca de la libertad? Esta es la historia de Abril y su casi hermana Berenice. La vida es una vuelta sin final, que puede acabar en...