Hermana de Bere.

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—¿Quién eres? ¿Abril? ¿Eres tú?

–Sí Jorge, rápido, ayudame, tengo a la hermana de Bere.

Traté de acercarla lo más que pude a Jorge.

–¿Hermana de Bere?

—Es muy largo de explicar, pero está herida, necesito tu ayuda. La encontré en el área de experimentación, se ve bastante mal.

—Ok, ponla en el piso. Esta mojada...

—Es sangre...

—Pero para esto necesitamos...

—¡Aguja e hilo! Ya los traje. Los busqué, jamás había hecho algo así pero creo que son de ayuda.

—No sé cómo lo haremos, no puedo ver nada... Ni donde están las heridas. Me dijo.

—Pero... Yo sí las vi.

—Entonces cosela tú, me dijo.

—No, no sé coser. Y menos sabiendo que 1 es una persona y 2 es hermana de mi hermana.

—Entonces tendrás que ayudarme...

—¿Qué harás?

—Iré tocando las heridas, me preocupa que se infecten, pero necesito que me digas por donde mas o menos están. Pásame ese hielo, tratare de quitar lo más que pueda la suciedad de mis manos.

—Ok, me parece bien. Sólo es una, del centro del pecho hasta el vientre. En realidad es algo profunda.

—Bueno... Eso no estará nada fácil, a ella le dolerá mucho... necesito que la agarres y que trates de tapar su boca para que no pueda hacer mucho ruido.

-
—Traigo hielo y antibióticos... de la parte de abajo, hay que usar un pedazo de su ropa para cubrir su boca.
Sonábamos bastante fríos al hablar de una persona viva pero creo que si no lo riamos de esa manera no íbamos a lograr nada. Debíamos ser fuertes.

-Me parece bien.
Dije.

Creo que ya había comenzado ya que la hermana de Bere se movía mucho y se quejaba.

—¿Qué son esas alarmas que se escucharon?

—Seguro tienen problemas con... La policía...

—¿La policía?

—Sí, sólo dos veces he escuchado esa alarma... Una fue días antes de que llegaras.

—Seguro fue cuando la hermana de Bere alertó de que sospechaba de este lugar...Vaya... Debe estar pasando algo allá afuera. Dije

—Lo que me preocupa en este momento es... ¿Qué haremos? Ya casi volverán los guardias...

Jorge tenía razón, no teníamos mucho tiempo, no sabía si la hermana de Bere iba a sobrevivir.

—Cuando sucedió lo de la alarma ¿Donde estaban Lucía y Juan?

—Ellos tuvieron que salir, por ser los responsables de la institución, ya que Ramirez no estaba, viajaba, por lo que sé.

—¿Sabes donde guardan los papeles de los pacientes?

—Claro que sé... Es en el piso de abajo, pero no recuerdo ahora en qué cuarto era... Cuando encontraron a Tomás husmeando entre los papeles, los cambiaron de lugar, entonces uno de los que  hacían guardia en mi cuarto, estaba hablando acerca de eso, pero jamás mencionó en qué cuarto estaban.

—Teñí una idea, Debo correr... Iré a mi cuarto por una linterna y luego bajaré.

—Nooo! ¿Para que vas a bajar? No puedes dejarme solo.

—Necesito saber mi pasado. Además puedo enterarme de qué sucede por ahí. Puede que encuentre algo de gran utilidad, y si te traigo la lámpara verás mejor las heridas, terminaremos más rápido.

Salí corriendo del cuarto, sabía que ya era el día en el que saldría de este asqueroso infierno y no importaba todo lo que tuviera que hacer con tal de ello.

Llegue a mi cuarto, ahí seguía mi Tomás y mi Bere, fríos y sin vida, mi corazón se estremecía de sólo pensar que jamás volvería estar en los brazos de Tomás y que jamás podría volver a hablar con Bere.

Me acerque y busqué la linterna, estaba muy cerca de Bere.

—¿Sabes? Tenías razón, sí me gustaba Tomás... Sacaré a tu hermana de este lugar, ella es muy hermosa, se parece mucho a ti... Perdón por romper la promesa, no puedo llevarte conmigo, no pude hacer nada por llevarte lejos... Lo siento hermana.

Susurré al oído de Bere.
Fui con Jorge y le deje la lámpara, no dijo nada, supongo que estaba demasiado ocupado y preocupado por si nos encontraban.
Salí corriendo y me dirigí al piso de abajo. Debía correr ya que podrían regresar en cualquier momento, había muchos cuartos y no podía creer que tuviera que entrar a todos.

Abrí la puerta del primero. Y lo que vi me dejó impactada, habían miles de frascos llenos de órganos dentro de ellos. Seguro eran para venderlos. No había mas que un mueble en el fondo y debía revisarlo. Encontré una lámpara nueva en uno de los cajones, eso me iba a servir mucho.

—Rayos, rayos, rayos, no hay nada aquí. 

Era más difícil de lo que pensé, como buscar una aguja dentro de un pajar.

Salí hacia el otro cuarto y abrí la puerta, esos cuartos parecían carnicerías, no había mas que carne y mucha sangre. Ningún mueble.

Tercer cuarto... Y para mí, el más espeluznante, creo que ese debía ser mi cuarto, ya que había fotos mías por todos lados y una enorme pizarra llena de información en otro idioma, me parecía que era alemán así que no podía entender nada de lo que estaba ahí. Mi mente se confundía cada vez más, ya que no sabía de dónde y en que comento habían sacado todas esas fotos mías.

Sólo habían unas cuantas cosas en español y era lo que podía entender.

"Abril 7264739 dada en adopción, corta edad, padres... Cerca de institución..."

¿Pero qué rayos?

Adoptada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora