Nuevo dos.

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—¿Niños? Le dije impactada. Tapé mi boca con mi mano por la impresión.

—Sí, pero no los querían para experimentar con ellos, era algo peor... Los iban a utilizar como el medio de obtener más personas... La mayoría de los niños que secuestraban eran niñas... Su pedófilia los satisfacía y decían que era justificable ya que era utilizado científicamente, no sé por qué aguante tanto aún en ese momento... Tenía que sucederme algo para que entendiera que lo que hacíamos estaba mal.

—Él comenzó a llorar... No entendía que era lo que le había sucedido pero debió ser muy malo para dejarlo así.

—¿Qué te sucedió? Le insistí... ¿No debió ser tan malo como para que te dejara así o sí?



—Fue peor de lo que imaginas... Yo soy... Era.. padre soltero, y mi hija la dejaba encerrada en la casa hasta que yo llegará, ella tenía sólo ocho años jamás pensé que...

-¡Ay no, la secuestraron! Le dije.

-Sí... Jamás pensé que pasaría... Yo estaba en la planta de abajo trabajando y ese día fueron por sus " nuevas presas", mi hija era un blanco fácil, pero jamás pensé que me pasaría a mi... Ese día me tocaba alimentar a las niñas pequeñas después de que esas asquerosas bestias se aprovecharan de ellas... Pero a veces como era de esperarse algunas no sobrevivían a ese acto... Y ahí estaba, el cuerpecito frío de una niña... Mi niña, no podía creerlo en ese momento, mi corazón no podía aguantar tanto dolor, no quería creer que fuera ella, pero lo era, la misma ropa, su cabellito rubio y esos zapatos que acababa de regalarle, seguía rogando a Dios porque no fuera ella mientras me acercaba,la tomé en mis brazos y vi que era mi pequeña, corrí a la planta de abajo para intentar reanimarla. Grité... gemí de dolor pidiendo ayuda pero nadie me hacia caso, todo lo que yo hacía no tenía sentido, no pude salvarla...En ese preciso instante decidí que era mejor incinerar a mi hija y lo hice... Mi pobre hija muerta a manos de esos gusanos... Con las manos llenas de sangre, me dirigí al despacho de Ramirez y presenté mi enorme queja a gritos casi a punto de destruir su asquerosa puerta, y él cínicamente me respondió *Sabías que este trabajo era riesgoso, ¿no? Pues he ahí sus riesgos* Sentí como si me echaran un balde de agua fría en todo mi ser... Sabía que ya no podía hacer nada, no tenía forma de cómo remediarlo así que me fui, ese día fue el más amargo de toda mi vida... y aún sigue siéndolo.

—¡Qué crueldad! Le dijo Bere.

—¡¡El despacho!!¿Donde queda? Le dije.

—No es aquí.. Es en otra... Institución...

—¿Otra? ¿Osea que hay más?...

—Sólo habían dos... Una es esta, la otra por lo que sé la cerraron porque el gobierno comenzó a sospechar... Creo que sólo la usan para mantener uno o dos días a sus nuevos secuestros...

—Es la casa a donde llegamos la primera vez con Juan y Lucía... Dijo Bere...

—Puede que así sea... En realidad no me confiaría... Pero ¿Por qué no están infectadas? Nos dijo.

—No sé... Brincamos los tres días de incubación... Le dije.

—¿Tres? Es un día de incubación... Al menos con el nuevo virus así es...

—Creo que el que nos puesieron a nosotras era el antiguo...

—¡Qué bueno! Es menos mortal.

—¿Aun secuestran niños? Le dijo Bere

—No, después de mi queja ignorada comenzaron a conseguir a las personas con diferentes métodos y se abstuvieron de utilizar niños... Sin embargo en mi caso, era demasiado tarde... Me cansé de todo y todos, y ahí fue donde quise informar a las autoridades sobre las cosas espantosas que hacían aquí... Para que no quedara impune la muerte de mi hija y de todos los demás niños. Pero me encontraron y decidieron usarme como uno de sus nuevos experimentos...

—¿El nuevo virus? Dije.

—Así es, era arma letal... atacar con lo mismo que yo había creado... así llegué aquí en sus manos, caí en manos de esas basuras.

—En verdad lo sentimos. Le dije.

—Gracias, creo que en parte me lo merezo por no poner un alto a mi padre...

—¿Tú padre? Dije impactada.

—Sí, Ramirez.

Adoptada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora