15 Minutos de Fama (En espera)

Capítulo 9: ¡Te odio, Lyla!

Otro capítulo algo corto... lo siento. Les prometo que el próximo será más largo.

Aún así, espero que les guste este... muchas cosas están a punto de pasar...

Comenten, por favor!!! : D

PD: AMO EVANESCENCE!!!!!

xoxo, Pofy05.

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 ¡Ay! ¿Desde cuándo se me hacía tan difícil la física? ¿Cuándo decidió mi cerebro tomarse un respiro y no pensar correctamente?

  Qué frustrante. Nada mejor para aumentar el estrés que una clase dada por la profesora suplente, Stephanie Cox. No paraba ni un segundo para explicar dudas. No sabía cómo me iba tan bien en esta materia si cuando la maestra Morris se encontraba en malas condiciones como para dictar la clase, la remplazaba alguien tan inexperta. Era buena persona, nos trataba con respeto, pero dudaba que se hubiera graduado en enseñanza.

  — Natalie, ¿cuál es la respuesta? —me atacó de improviso, claro, cuando más desconcentrada estaba. Mi corazón parecía que quería salirse de su lugar, no dejaba de martillearme las costillas con fiereza.

  Nerviosa, miré el tablero en donde se encontraba escrito con tiza, un problema, el cual me tomó unos segundos en analizar…

  — ¿Tre-treinta metros sobre segundos? —respondí insegura, tartamudeando y pensando en la humillación que irrumpiría violentamente en mi ser, acompañada de una buena descarga de adrenalina, si aquella no era la respuesta. Y no me limitaría a decir “no sé”. Sería como renunciar a mi beca instantáneamente.

  — ¿Y por qué lo dudas? —respondió Stephanie con aire suspicaz pero a la vez burlón.

  — Yo… ah…

  — Atenta, Ricci, atenta… —me llamó la atención escribiendo mi respuesta al lado del signo “=” en el tablero. Bueno, al menos había respondido correctamente —. Bien, treinta metros sobre segundos, luego…

  Siguió dictando la clase con total naturalidad, al tiempo que me derretía en mi pupitre por que sonara de una vez la campana. Qué vergüenza, aunque, habría sido peor si hubiera errado.

  Decidí enfocar toda mi atención en la clase, pero simplemente no podía alejar mi mente de un tema: el otro casi beso que por poco nos dimos Will y yo el sábado… ¿cuántas veces más nos pasaría?

  Yo sabía que el destino traía varias oportunidades para que algo entre los dos sucediera, pero… había algo que siempre lo impedía, no sabía qué era. Bueno, además de la zorra Alice Sanders. Si quería tanto que me alejara de Will, ¿por qué causó que él terminara “momentáneamente” con ella? Ah, claro, así son las de su clase. No pueden olvidar una “amor”, si éste es el premio de una competencia entre dos mujeres. Siempre creen que es un hecho que sentirán la satisfacción de haber ganado.

  Pero yo no estaba dispuesta a competir por ello. Esperaría… eso era todo. Lo que la vida quisiera traerme, lo recibiría con los brazos abiertos, dispuesta a lo que fuera. Si… resultaba alguna oportunidad entre Will y yo, la tomaría sin vacilaciones, sin pensarlo dos veces.

  Escuché el irritante sonido de la campana para el cambio de clase, que para mí en ese momento era como un canto de ángeles que me devolvía todas mis fuerzas.

  Me levanté rápidamente del pupitre y después, mientras todos dejaban el salón de clases, empecé a guardar mi cuaderno de física y todos mis implementos.