¡ADELANTO! Capítulo 22: El Infierno es exotérmico

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NOTA DE LA AUTORA: Mis muy pero muy pacientes amigos, aquí les dejo un adelanto!! Es bastante, porque dentro de poco se termina el cap, pero no he tenido tiempo de seguir escribiéndolo... así que me demoraré un poco más, pero no tanto! Los tenía muy abandonados, lo siento :S Pero volveré, también Nats, Chris y Will, que intentan tomarse un respiro ;)

Espero que les guste!! Un poquito de paciencia más, y esta historia tendrá un final decente :D

xoxo, Pofy05

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Nunca pensé que abriría mi boca después de semejante trauma, pero lo hice:

  —¡¿Qué demonios haces aquí?!

  Él, todavía como analizando la situación, me examinaba el rostro como si yo fuese una rara y casi extinta criatura.

  Soltó un suspiro agitado.

  —Estudio aquí —dijo medio atontado.

  No me había dado cuenta de que seguía tumbada encima de su enorme cuerpo —que, por cierto, se sentía bastante musculoso—, a menos de treinta centímetros de su rostro bronceado.

  Precipitadamente, me las arreglé para ponerme en pie de nuevo y estremecerme por la bochornosa situación en la que segundos antes me encontraba. Instintivamente, le tendí mi mano para que se parara.

  —¿Qué haces aquí? —me devolvió la pregunta, con aire incrédulo.

  —Se podría decir que también estudio aquí.

  —¿En serio?

  No sé por qué diablos me sentí un tanto agraviada, pero su tono me transportaba a la época en que las mujeres sólo servían de amas de casa.

  —Sí, en serio —respondí con un tono tajante. Luego observé mi reloj y un repentino ataque de pánico cobró vida dentro de mí. Llegaría tarde a mi primera clase en la MIT, fuera donde fuera—. Lo siento, Chris, debo irme o llegaré tarde.

  En parte, me sentí aliviada por tener una excusa para alejarme de él, pero, de alguna manera, sentía que no podía dejarlo ir. Además de Melissa, Chris era la única persona que medio conocía en toda esa monumental universidad repleta de personas que parecían salidas directamente del programa televisivo The Big Bang Theory, calculadoras y frías. Y Chris era más o menos una extraña luz que transmitía un poco de calor en el desolado ambiente, con su imagen de estrella de rock.

  —Espera —escuché su voz detrás de mí, suave como la seda recién hecha, y no pude controlar mi cuerpo, que se volvió para mirarlo en contra de mi voluntad.

  —¿Sí?

  —Pareces… perdida, ¿segura que sabes a dónde vas?

  Sentí un repentino impulso de decirle algo como “Por supuesto, tengo GPS”, pero, en primer lugar, sonaba como un patético intento de broma y, en segundo lugar…, bueno, sí estaba perdida, frustrada, mojada, asustada, agitada…

  —No —dije finalmente, apesadumbrada—. No lo sé, y por eso voy a llegar tarde a mi primera clase del año.

  Tal vez fue un espejismo o un efecto de la luz, pero, por alguna razón, creí que lo vi sonreír. ¿Le causaba gracia mi ignorancia?

  —¿Quisieras… que te ayudara a encontrar tu salón?

  Me crucé de brazos y lo miré recelosa. ¿Y si intentaba hacerme lo mismo que la otra chica a la que le pregunté hacía cinco minutos?

15 Minutos de Fama (En espera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora