Querido Mikaela 【MikaYuu】

Promesa

45

Yuichiro está recostado a mi lado cubierto con una manta. Sonrío al verlo dormir. Su ceño se frunce. ¿Qué estará soñando?

   Acaricio su brazo. Y la nostalgia me invade, y me muestra todos esos momentos que hemos pasado juntos.

   —¿Qué sueñas, Yuu-chan? —murmuro y aparto sus cabellos de su rostro.

   Él toma mi mano y se reincorpora. La pone en su pecho, justo en el corazón.

   —Mika... —murmura—. Soñaba contigo.

   Lo miro fijamente y él aparta la mirada.

   —¿Qué soñabas?

   El silencio se hace.

   —Que me dejabas —murmura. Y yo sonrío.

   —Sólo fue un sueño.

   —Un muy mal sueño —añade.

   —¿Te vas a enojar conmigo por un mal sueño? —pregunto y él niega.

   —¡Sólo fue un mal sueño! —exclama y se pone de pie de un salto y la manta que lo cubre cae, me deja verlo completamente desnudo. Sonrío con picardía, porque no se ha dado cuenta.

   —¡Iré a preparar el desayuno! —añade.

   Y yo asiento. Me levanto, pero yo sí me cubro.

   Él abre la puerta y la cierra tras de él.

    Agradezco que no esté nadie de la familia que le pueda ver.

   Voy a mi cómoda y elijo la ropa con la que me vestiré; solo un pantalón viejo y una sudadera amplia.

    Momentos después unos brazos abrazan mi cuello con delicadeza y me llevan hacia él.

   —Por favor, no me dejes —murmura Yuichiro.

   Acaricio sus brazos.

   —Jamás lo haré.

   —¿Lo prometes?

   —Lo prometo.

   Me suelta y apoya su cabeza en mi hombro.

   —Gracias —dice—. Gracias por todo.

   —Yuu, me estás asustando —murmuro y él ríe—. Te amo, Yuichiro.

   Se separa y me da un beso en la mejilla.

   —Voy a por el desayuno —dice y vuelve a salir con el mismo ánimo de siempre.

   Me visto rápidamente y la puerta se azota.

   —¿Por qué no me dijiste que estaba desnudo? —chilla.

   —Así te ves muy bien —respondo y él se sonroja.

   —Porque te gustó, solo es eso —infla sus mejillas.

   —No me gustas, me encantas —digo y salgo de la habitación.

   Suspiro. Espero no romper esa promesa, Yuu.