Craaakkk
Micaela daba vueltas en el incómodo colchón apoyado en la pared de la enfermería. Sus ojos cansados pero demasiado abiertos se dirigieron a las puertas de roble de la enfermería, que estaban cerradas. Suspiró y recorrió con la vista el resto de la habitación. Hace rato que estaba escuchando ruidos extraños. Se había tratado de convencer a si misma que era el viento chocando contra las ventanas o la enfermera Sandra caminando por su pequeño departamento en el segundo piso, pero no podía evitar saltar cada vez que oía algo. No le gustaba estar sola en semejante habitación. Miró el reloj de la pantalla de su celular 11 43.La noche estaba siendo demasiado lenta. Le mandó un mensaje a Julián, pero no le respondió, y había estado sola desde que Camila le dejó algo para cenar. Pero esto había sido hace una eternidad, y lo único que había visto desde entonces era la enfermera Sandra.
Crack.
Micaela volvió la cabeza hacia la puerta que conducía al departamento de la enfermera. Se refregó los ojos, sacando todo rastro de sueño en ellos. La enfermera Sandra seguro se había levantado el baño... pero por veinte minutos? No muy probable. Quizás era sonámbula. Sí, eso tenía que ser. Tal vez debería ir a verla? Tenía que ser buena con el prójimo, no? Micaela se destapó las piernas y salió de la cama, sintiendo el piso frío por sus delgadas medias.
Caminó lentamente a la pequeña puerta al otro lado del cuarto, de vez en cuando dándose vuelta a mirar tras de ella. Llegar a la bendita puerta parecía hacerse eterno. Y justo cuando tomó la perilla de la puerta un par de manos frías le tapó los ojos por detrás. Y haciendo lo que cualquier persona normal haría, trato de liberar sus ojos con sus manos. Otro par de manos sacó las suyas de un golpe. Micaela trató de golpear también, pero terminó golpeando el aire.- Quién mier-
Una de las manos le cubrió la boca.
- Shhhh.
Alguien le susurró duramente. Una chica.
- Calmate pelotuda.
Micaela resopló. Quiero que traten de de calmarse cuando intenten secuestrarlos en el medio de la noche. Y recién ahí vengan a cuestionar. Después de que la silenciaran, con los ojos todavía cubiertos, escuchó la voz otra vez.
- Buscá sus zapatos.
Mientras su pie era colocado sin ningún cuidado en una de sus botas peludas, oyó una nueva voz.
- Hacerle de mucama no era parte del trato.
Micaela se tragó los nervios que sentía. Esa voz. La conocía.
Bianca.
Pero no estaba del todo segura. Podría ser otra persona. Podría ser un secuestrador con voz parecida. Era posible. Su otra bota ya estaba en su pie y una mano la agarró del brazo, arrastrándola hacia adelante. Micaela sintió el viento frío golpearla, y supo que habían abierto las puertas de roble. No tener puesta la campera de Bruno la hizo temblar del frío.
- Puedo por lo menos buscar la cam- Auch!
El agarre en su brazo se hizo más fuerte y sintió uñas clavarse en su piel, deteniendo su pregunta y silenciándola.
No, esta es definitivamente Bianca.
Por Dios. La otra seguro era Francheska. Y ahora la iban a atar y dejarla en el bosque cubierta de salsa. Y un oso iba a venir y comérsela. Y eso fue todo. Y así iba a morir. Adiós mamá. Adiós Julián. Adiós Bruno. Un placer conocerlos.
Imagínense música re de drama.
Micaela no sabía con quien estaba Bianca, ni dónde la llevaban ni por qué. Pero si estaba segura de una cosa:
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En Sólo Dos Segundos
FanficSegún la experiencia de Micaela Viciconte, en toda escuela hay tres cosas: la chica más popular, el chico más popular y algún nuevo alumno. Y su nuevo colegio no será la excepción. Bienvenidos al Colegio Privado San Antonio del Valle de los Arrayane...