Riiiiiinngg
Micaela escuchó el timbre, pero cero ganas de levantarse de la cama. Era demasiado comodíta y calentita. Cuando volvió hace dos días a su nuevo departamento en Palermo Hollywood que la compañía para la que trabajaba ahora su mamá había sido amueblado por completo. Aparentemente era su nueva residencia permanente. La casa en Lomas de Zamora que les iban a dar originalmente fue vendida porque Marcela Viciconte había afirmado que no podía vivir lejos del centro de la gran ciudad. Micaela rodó los ojos. Hace una semana que vivía en capital. Puede alguien enamorarse tanto de algo en sólo una semana? Bruno se le vino a la cabeza y levantó sus frazadas para tapar su sonrisita estúpida aunque no había nadie cerca como para verla. El timbre sonó de nuevo y Micaela se sacó las colchas, pero igual no se levantó. No era nadie importante. No conocía a nadie acá. Dejaría que su mamá abriera.
Micaela se froto los ojos y miró abajo, dándose cuenta que todavía tenía puesto el remerón magenta y las medias negras que la hacían acordarse de Bruno. El viernes, cuando todavía estaban en el colegio, le dijo que iba a estar el fin de semana largo en su suite del Four Seasons en Capital. Se preguntó que estaría haciendo ahora. Después de unos segundos en silencio, sintió algo vibrando. Sacó su celular de abajo de la almohada y se le llevó a la oreja sin fijarse el número en la pantalla. Iba a fingir que es Bruno.
- Hola?
- Si estás viva, por qué carajo no abrís la puerta?
Sin responder, Micaela salió de la cama, imaginándose lo mal que lucía después de haber comido chocolates todo el día, y haberse dormido con una túnica que se puso ayer dios sabrá para qué. Nadie las vino a ver ni nada. Caminó hasta la puerta del departamento, la abrió, y se encontró con un pibe de ojos verdes y cabello rubio. Él levantó una ceja y Micaela se apoyó en el marco de la puerta.
- Cómo carajo sabías que estaba despierta?
- No sabía.
Nacho sonrió.
- Pero ahora sé que sí.
Micaela se movió hacia un costado, dejándolo pasar.
- Siempre tan confiado vos, no?
- Obvio. Aparte abríste muy rápido como para recién despertarte.
Nacho cerró la puerta.
- Seguro estabas en tu cama, tapada hasta la nariz, pensando en Sainz Micheli mientras mirabas por la ventana.
- No.
Negó Micaela. Nacho guardó su Huawei en el bolsillo, su cara entre canchero y divertido.
- Estaba mirando el techo.
- Ay que tieernii.
La jodió Nacho, y ella lo ignoró y se sentó en el sillón del living. Sus medias se sentían incómodas al caminar por la alfombra. Vio una hoja en la mesita ratona y reconoció la letra de su mamá.
Problemas con el nuevo edificio. Vuelvo tarde. Salí a pasear y divertíte. Te ama
Mamá.Cuando Micaela levantó el papel para volver a leer el mensaje, vio una pequeña tarjeta negra encima de la mesa. Mirándola a ella. Esperándola a ella. Abrió los ojos un poco más para asegurarse que no estaba imaginando cosas. Se agachó y la levantó como el tesoro que era. Cuándo mierda había empezado su madre a facturar tanto como para tener una Black card? Para quién era que trabajaba ahora?
- Qué te pasa?
Preguntó Nacho, viendo a Micaela en estado de shock.
Micaela se dió vuelta despacio, la tarjeta en una mano y la nota en la otra. Nacho asintió con la cabeza.
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En Sólo Dos Segundos
ФанфикSegún la experiencia de Micaela Viciconte, en toda escuela hay tres cosas: la chica más popular, el chico más popular y algún nuevo alumno. Y su nuevo colegio no será la excepción. Bienvenidos al Colegio Privado San Antonio del Valle de los Arrayane...