Capítulo 31- Una Berna nunca muere

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- De qué hablarán tanto?

Preguntó Micaela después de matar a Gonzalo. De nuevo. Mucho ruido y pocas nueces Gravano eh. En una de sus quejas, Gonzalo le dijo que ya habían estado jugando demasiado. O sea que también, Bruno y Francheska habían estado conversando ahí arriba más de lo necesario. Juntos. Solos. Juntos y solos. Horribles posibilidades pasaban por su cabeza. Algunas que podían pasar. Otras que no pasarían nunca. Y otras que pasarían solo en sus pesadillas y en los sueños de Francheska.

Gonzalo suspiró frustrado y se encogió de hombros. Se rascó la cabeza con el control, seguro armando su estrategia para la próxima partida. Como podía no preocuparle que los otros dos estuvieran solos arriba?

- Clima. Fútbol. Le Gale. Cuanto tiempo falta para que salgas del camino de Francheska o para que ella lo acepte de una puta vez que Bruno ya superó eso.

Micaela suspiró esta vez, pausando el juego. Miró a Gonzalo, no sabía en que estaba pensando. O que creía.

- Su amistad con Francheska o ... Laura.

- Boludo yo sólo dec-

Gonzalo respiró hondo y se inclinó en el sillón, pensando.

- No sé, posta.

Giró la cabeza apoyada en el respaldo para mirarla.

- Las dos?

Estaba muy cerca de hacer puchero la boluda.

- No es lo que quería escuchar.

- Sorry, pero es así. Laura no va a ser fácil de dejar de lado. Nunca lo fue. Y menos ahora con esa notita.

- Ya sé eso boludo. Aunque quisiera no saberlo.

Murmuró Micaela, mirando hacia la ventana, viendo como la nieve no paraba de caer de las inmensas nubes grises. Bruno no tiene que estar con ella. Se moría por decirlo. Tiene que estar conmigo. Yo no lo dejaría. No le haría lo que le hizo Laura. Ni en un millón de años.
Pero no podía decirlo. No en voz alta. No todavía.

- Creo que se quedaría con ella.

Gonzalo sacudió la cabeza.

- Yo no sé.

- Estoy casi segura que lo va a hacer.

- Pero no lo sabés a eso boluda.

Le contestó Gonzalo, con toda seriedad. No lo estaba mirando, pero podía sentir su mirada en ella. Parecía como si estuviera preocupado por ella. Este Gonzalo le caía mejor.

- Si te ponemos a vos y a Laura en una de esas salas de interrogatorios que tienen una pared de espejo y vos no podés ver del otro lado pero ellos si? Como las que tienen en C.S.I? Bueno, si eso pasa, capaz que te elije a vos eh.

Pero seguía siendo el mismo. Movió la cabeza a su dirección.

- Gonzalo.

- Qué?

Preguntó Gonzalo, sus ojos grandes.

- Tampoco es que estoy haciendo una lista de Pros y Contras o viendo cuál shippeo suena mejor.

Volvió a mirar al televisor, una sonrisa en su rostro, esperando a que sacara el juego de pausa para hablar de nuevo.

- Bruno y Laura... Bruno y Micaela...

Micaela lo miró enojada pero a Gonzalo le chupó un huevo.

- Brunaura... Brunaela... Bru-

Ella pausó de nuevo el juego y dejó el joystick en la mesita ratona.

En Sólo Dos SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora