Capítulo 20- Sos vos

667 24 18
                                    

- Así que ustedes los adolescentes millonarios son todos belleza o qué?

- Tenemos ese don, no?

- Sí que lo tienen, boludo. Que no viste los ojos de Cristian?

Micaela sonrió soñadora, mirando a Bruno. Como si los ojos de cualquiera se pudieran comparar a los de él. Se acomodó más en el acolchado sillón del living de Bruno en su suite del Four Seasons, donde nuestra pareja favorita se dirigió después de cenar. Mientras Ramiro y Virginia se encaminaron al departamento de los Gallardo Urrizaga en Puerto Madero, los otros se fueron de joda a Jagger. Micaela no conocía ningún boliche de capital, y hubiese estado bueno ir, pero cuando Bruno le propuso ir los dos, solos, a su piso 51, no pudo decir que no.

Y quién le dice que no a Bruno?

- Si, bueno... Pero soy mejor yo... Bue, sonó mal eso.

Bruno tartamudeó. Micaela se mordió el interior de la mejilla. Era adorable cuando estaba nervioso, y el hecho de ser ella la que lo ponía así era inentendible. Las minas como ella no afectaban a los pibes como él. Bruno estaba un poco rojo cuando ella puso su mano sobre la de él.

- Quién soy yo para juzgar, boludo? No me viste?

Bruno le respondió apretándole la mano y llevándosela a los labios, dándole un beso a sus nudillos. El cuerpo entero de Micaela vibró.

- No te tires abajo.

- Y que querés que haga?

Murmuró Micaela. Bruno bajó su mano pero siguió acariciándole la mano con el pulgar.

- No es tu mamá una de las ingenieras en jefe de una de las compañías más importantes de Buenos Aires?

Micaela se mantuvo en silencio, mirando abajo. Bruno respondió por ella.

- Sí. No estás estudiando en uno de los colegios privados más prestigiosos del país? No formas parte de un legado milenario? Sí. No te pasaste un día entero en el Alto Palermo con una black card? Tu mamá te puteó por todo lo que te gastaste? No tenés puesto-

- Ya entendí.

Murmuró Micaela otra vez.

- Vos sos, en varias formas, igual a todos con los que cenaste hoy. Igual que yo.

Por fin se dignó a levantar la vista, y se encontró con los ojos de Bruno firmes en ella. Dulces e intensos. La va a derretirrr.

- No necesitas ningún título para probarlo.

Micaela le miró sus bellas pestañas. Por Dios, lo quería chapar. Fuerte. Mucho.

- No estaría mal uno, la verdad.

Bruno le sonrió canchero y acercó sus labios a los de ella, dándole un beso demasiado corto y suave para que lo disfrutara de verdad.

- Si Francheska sigue con sus intentos de homicidio a tu persona, capaz que consigas uno.

Micaela no sabía que quería más, dejar que sus hormonas se apoderen de la situación y chapar fuerte a Bruno o saber más de como funciona el Berna. Eligió la segunda. Igual, siempre podía volver a la primera.

- Me estás diciendo que la pueden echar del Berna?

Bruno asintió.

- No creo que llegue tan lejos, igual. Tiene la mente puesta en otras cosas. Y si la fletan del Berna, no tiene chance. Y lo sabe.

Otras cosas? Había algo mejor que el Berna? Estaba en el San Antonio? Podía entrar Micaela también?

Ok, respiremos.

En Sólo Dos SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora