Annie Cresta: Vida después de Vencedora

Mapaches y Malhumorados

-¿Annie?- los grandes ojos de Zea me miran cuando despierto.

-¿Dónde está? ¿Dónde está Susan? ¿Alguien se ofreció?- digo parándome y sintiéndome mareada al instante.

-Annie, ven, siéntate- Finnick me agarra e intenta hacer que me siente en uno de los sillones del Edificio de Justicia.

-Respóndanme- digo sacudiendo mi brazo para soltarme de Finnick- Por favor, alguien.

-Primero siéntate y te prometo que te voy a contestar todo lo que quieras- me dice Finnick

Le hago caso a regañadientes y me siento. Finnick se sienta a mi costado y su silencio solo me desespera.

-Ten- me entrega un algodón- Huele esto para que te relajes.

-Bien- huelo el algodón lleno de alcohol- ¿Hubo algún voluntario?

-Annie, no, no hubo ningún voluntario- dice cogiendo mi mano.

-Está bien- miro abajo- ¿Dónde está?

-Está en el otro cuarto, despidiéndose de tus padres.

-Ya veo.

-Mira, Annie- Zea se acerca a mí- Lo lamento tanto, yo...

-Ni lo digas, Zea. No es tu culpa.

-Igual me siento culpable

-No tienes que hacerlo- le miento. La verdad es que la odio un poco por no haber cogido otro papel.

-¿Nos dan un momento a solas?- les dice Finnick a Zea y a Mags.

Ellas no dicen nada, solo se van. Finnick me mira preocupado. Intenta disimularlo, pero lo conozco.

-Escúchame, te voy a decir algo que sé que no quieres oír en estos momentos y que, probablemente, ya sabes. Tienes que ser fuerte por Susan. Esto va a ser difícil también para ella. Sabes cómo es estar en esa posición. Tú lo has vivido. Así que, por más duro que sea, tienes que tratar de calmarla y hacerle saber que todo está bien. Tú, Mags y yo somos un buen equipo. Si tú saliste de esa arena, ella también podrá. Solo hay que darle todo nuestro apoyo ¿Entendido?

-Sí, sí, yo entiendo. Es que, es una de mis peores pesadillas

-Yo lo sé y por eso estoy aquí contigo. Ya te he dicho que no me iré a ninguna parte.

-Entiendo- digo limpiándome las lágrimas que no han dejado de caer en los últimos diez minutos- ¿Cómo me veo?

-Perfecta- me sonríe.

Volteo a verme en el espejo de la mesa junto a mí. Mis ojos están negros y mi nariz roja.

-Parezco un mapache

-Bueno, sí, pero me gustan los mapaches...

Por tonta que sea, esa línea me hace sonreír un poco. Finnick se para y me ofrece la mano para que me pare.

-Tengo que limpiarme la cara antes de salir- le digo

-Lo tengo cubierto- saca un pañuelo húmedo y comienza a pasármelo por la cara- Ya está

-¿Ya no me veo como mapache?

-No, ya no

Me miro en el espejo para cerciorarme y sí, ahora me veo como una persona normal.

-Vamos- Finnick coge mi mano- Susan está con Mags.

-Bien, solo no sueltes mi mano

-No lo pienso hacer.

Salimos del cuarto en el que estábamos. Encuentro a mis papás en el corredor. Mamá está llorando y eso me parte el corazón.

-¿Cómo está?- pregunto a papá.