MIENTRAS SEAMOS JÓVENES 2: Girl Almighty |Harry Styles|

Civil war

N i c o l e

He dado guerra durante dos meses a Harry sobre mi dieta.

Mi argumento, el cual creo que es válido y no veo por qué no, es que he vivido mas de cinco años siendo vegetariana y aquí me ven, sana, guapa y viva. Si yo pude, y si yo me pude condicionar a este estilo de vida, un bebé también puede. He estado investigando, y lo único que debo hacer es mantener constante el flujo de proteínas lo cual consigo con huevo y suplementos alimenticios.

Sin embargo, Harry se las ha arreglado para poner a todos mis amigos y familiares en mi contra. Durante las últimas semanas he recibido llamadas de Niall, Elle, Louis, mamá, Anne, Jesús e incluso de Ed (Sheeran) para que recapacite en mi decisión. Incluso recuerdo que la llamada de Ed no fue convencional y como se debe, sino que al contestar el teléfono, enseguida escuché a Ed enumerando las razones de por qué era negativo que un bebé no tuviera todas las proteínas y vitaminas en su crecimiento, y lo positivo de cambiar decisiones por alguien más, ya que era mi hijo. Una vez que nazca, podía dejar la carne otra vez.

¡Pero para mi no sería fácil empezar a comerla siquiera!

Durante años estuve feliz de al menos estar moviendo un granito de arroz para el mundo dejando de comer carne, pero ahora me encuentro en un dilema que  realmente me tiene sin dormir.

Mi doctor me dice que debo comer.

Harry pone pequeños pedacitos de carne o jamón o pollo en mi plato, pero al final me doy cuenta de todos modos.

Sin embargo, a pesar de que solemos pelear y discutir por el tema, tratamos de no ser tan duros el uno con el otro. Y es que la felicidad de la noticia nos ha durado hasta el día de hoy.

Al mirarme al espejo, puedo notar que mi abdomen ya no es plano y tiene una pequeña curvita. Me miro al menos unas diez veces al día.

—No va a crecer más porque te mires al espejo —me dice Harry, cuando entra al baño y me pilla desnuda, frente al espejo.

—Lo sé —suspiro —. Quiero que nazca.

Cruzo la toalla sobre mi cuerpo, pero Harry se me acerca rápidamente.

—No... Me gusta verte desnuda —dice, y tira la toalla al suelo.

Miro su boca y no puedo evitar suspirar.

No puedo evitar ponerme nerviosa y pensar: ¡Estoy desnuda frente a Harry!

En cuestión de segundos mi respiración se altera y mi corazón se salta un latido. Harry me toma por las piernas y me envuelve a su alrededor, mientras con la otra mano, me agarra firmemente y me estampa un beso de aquellos que me dejan sin respiración.

¡No puedo respirar! Harry me pone contra la pared y en menos de lo que puedo dar cuenta, me tiene acalorada contra su cuerpo, con la respiración entrecortada y la entrepierna húmeda.

Adoro esta cara de Harry, el juguetón, el dominante, el que me sorprende con una maniobra y en cuestión de minutos me tiene jadeando.

—Adoro tus tetas —me dice y se inclina. Lo que hace me vuelve loca, ¡loquísima!

Se inclina y abriendo su boca, mientras toma uno de mis pechos entre sus labios, con la mano me acaricia y retuerce la otra. ¡Mi corazón se acelera y yo me vuelvo loca!

Cierro los ojos, dejándome llevar por la sensibilidad de mi pezón contra su lengua y gimo su nombre.

Cuando cambia de pezón, da una mirada rápida en dónde solo veo juego, pasión y calor... Mucho calor. Mientras me mira fijamente, chupa y muerde mi pecho, le deja una marca que me mueve hasta el último pelo.