Capítulo 2: ¡¿Tú?!

212K 11K 5.8K
                                    

-¡¿Cómo que no puedes llevarme?!-grité desesperada.

Ya habíamos salido del instituto y mi hermosa amiga me comunicó que no puede llevarme a la casa de los niños.

-¡Ya te dije, tengo que hacer cosas!-se cruzó de brazos y miró hacia otro lado.

-¿Cosas?-fruncí mi frente-. ¿Qué tipo de cosas, Katy?

-Cosas que todos en la vida alguna vez hacemos.

Abrí mi boca impactada.

-Sabes que soy mal pensada.

Katy abrió sus ojos y me pegó en el hombro.

-¡Auch!-reí-.¡No a la violencia!

-¡Eres una idiota!

Katy comenzó a caminar hacia su auto y, antes de subirse, me mostró el dedo del medio.

-¡Yo también te amo!-le tiré besos con la mano.

Katy aceleró furiosa y luego la perdí de vista.

Suspiré enojada y me dirigí hasta la parada del colectivo.No queda tan lejos, solo a unas cuadras del instituto, además hace bien un poco de ejercicio para mi cuerpo.

«Pero,¡¿qué digo?!¡Odio caminar!¡Maldita Katy!».

Finalmente llegué a la parada, segura de haber perdido un pulmón a medio camino.Para descansar y recuperar un poco el aire, me apoyé sobre mis rodillas, suspirando profundamente mientras cerraba mis ojos.Los que esperaban me miraron extrañados, pero luego levantaron la mano, para hacerle la seña al colectivo.

Me giré y achiné mis ojos, ya que no alcanzaba a ver el maldito número.

-¿Cuál es?-le pregunté a un chico de cabello rubio.

-Es el 30.

-Gracias-le sonreí.

Mientras esperábamos a que el colectivo se acercara, se generó un breve silencio incómodo.

-¿Tú vas a ir en ese?

Sin mirarlo asentí, con una sonrisa.

-Mi nombre es Bruno.

«¿Y a mí qué mierda me importa?».

-Encantada-dije sin despegar mi vista del vehículo.

-Y tu nombre es...

«¿Debería usar un nombre falso?, ¿quién pregunta eso en una parada de autobús?».

-Claudia-le sonreí con falsedad.

Sus ojos verdes perforaron mi rostro, tratando de encontrar algún rastro de mentira.

-Bonito nombre.

Por suerte el colectivo se detuvo y, sin despedirme, me subí rápidamente. No tenía ganas de seguir pasando momentos incómodos.Estaba completamente lleno, y no solo eso fue lo más molesto, sino que el tal Bruno se subió al mismo colectivo.Sentía su mirada quemarme la nuca y eso era lo peor que una persona puede llegar a hacerme.

«¿Quién se cree que es? ¡Que tenga una cara bonita no significa que pueda tirarse a medio mundo de chicas!».

-¿Elizabeth?

Apreté mis dientes con furia y luego me giré hacia el causante de mi enojo.Me quedé totalmente sorprendida cuando vi a Bruno con el ceño fruncido.

-¿Qué?

Él señaló mi mochila.

-Eso dice tu identificación.

Genial, yo me preocupaba por no decir mi nombre verdadero, ¡cuando en realidad lo tenía escrito en mi mochila!Me encogí de hombros.

ESA NIÑERA ES ¡MÍA! © [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora