Capítulo 21: Él te quiere

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—¿Quién es?—preguntó Dylan sonriendo.

Lo miré aturdida y comencé a balbucear.

Travis—dijo riendo el idiota desde el otro lado de la línea.

—Cállate—susurré.

Dylan se cruzó de brazos y esperó mi respuesta.

—Es mi mamá—le dije sonriendo, como si fuera lo más normal del mundo.

Qué mentirosa—Travis se estaba divirtiendo.

Dylan frunció su ceño.

—¿Está todo bien?

Asentí rápidamente.

—Sí, ya sabes, me pregunta sobre zapatos—sonreí de oreja a oreja.

¿Qué clase de madre llama a su hija al colegio para preguntar por unos zapatos?

Gruñí por lo bajo, necesitaba que cerrara el pico.

Dylan asintió lentamente.

—Mejor nos vemos en el comedor.

Arrugué mi nariz y agité mi mano como despedida.

—¡Sí, mamá! Sabes que yo prefiero los zapatos rojos, pero azules está bien—a la última parte la dije susurrando, hasta que comprobé que Dylan se había ido.

¿Sigo siendo tu madre? ¿O ya puedo ser Travis de nuevo?

Rodé mis ojos y bufé molesta.

—¿Qué quieres? Eres un molesto grano el culo, ¿sabías?

Oye, primero lo primero—sentí como tomaba aire—. ¡¿Sabes lo vergonzoso que fue hablar con tu padre?! ¡Por un momento creí que eras lesbiana!

Sonreí mentalmente, eso se estaba poniendo divertido. Pero luego me puse firme y seria.

—¿Quién te dio mi número?

Un silencio del otro lado, me sentí hablando con la nada misma.

—Te lo dio Katy—confirmé para mí misma.

Necesitaba hablar contigo.

Rasqué mi frente, nerviosa. La situación era ridícula, en lo único que podía pensar era en cómo matar a Katy.

—Tengo que irme, Travis. ¿Qué quieres?

Solo salgamos a algún lugar—un suspiro de su parte me dio a entender que está muy nervioso—, es para que podamos conocernos mejor. ¿Qué dices?

Apoyé la lengua en el paladar, lista para decirle que no. Pero antes de que el vómito verbal saliera por mi boca, me puse a pensar (lo cual me dolió, es una cosa que nunca se me hizo fácil de hacer).

«¿Por qué no?

¡Idiota, porque está Dylan!

Pero...nunca fuimos nada, solo somos amigos, ni siquiera sé si realmente somos amigos.

Pero él te quiere.

No, es solo una imaginación mía, que me la repito una y otra vez en mi conciencia. Todo es una mentira que ilusiona, una mentira creada por mí.

Heriste mis sentimientos».

—Claro, ¿te parece después de mis clases?

Genial, ¿a qué colegio vas?

—Al Tigery—rasqué mi ceja tratando de recordar—. Está cerca del bar Timm's, si quieres luego podemos ir allí.

Entonces nos vemos.

ESA NIÑERA ES ¡MÍA! © [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora