ESA NIÑERA ES ¡MÍA! © [✔️]

Capítulo 12: Un idiota con corazón

(PUNTO DE VISTA DE DYLAN)

Me subí a la moto y no dejé que siguiera preguntándome.Me estaba volviendo loco, si Eli me decía una palabra más,me daba miedo no poder controlar mis impulsos de callarla con un beso.

Bruno.

Ese maldito me ha dejado para el culo frente a mis amigos. Yo no hice nada, bueno... fue solo un pequeño impulso lo que me llevó a hacer semejante cosa, ¿qué culpa tengo?Mientras recorría a gran velocidad la ciudad revisé mi día, tratando de justificar mi reacción. Arriba de mi moto me siento libre.

(SALTO ATRÁS-CONTINÚA PUNTO DE VISTA DE DYLAN)

Esa mañana había llegado temprano al colegio, creo que por primera vez en mi vida. Suspiré profundo, y maldecí por lo bajo, la vez que llego antes, tengo que esperar a Zed y a los chicos. Me saqué el casco y arrastré la moto hasta el estacionamiento. Cuando llegué a mi lugar de siempre, trabé una rueda cerca de un árbol. Puse una mueca de asco, espero que cuando vuelva no esté toda cagada por aves, como la última vez que me pasé toda una tarde limpiando las malditas cagadas de las cagonas aves.

Resoplé cansado, y me crucé de piernas apoyándome en la moto. Me pregunto qué le habrá pasado al hermano de Eli. Y me siento un poco culpable la vez que la asusté. La última vez que la vi sentada con Bruno, no sentí celos...sino malestar. Conozco al idiota de Bruno, y sé que la va a lastimar si la llega a ilusionar, siempre hizo eso con las demás chicas. Aunque es de otro colegio, los rumores corren rápido, y además jugamos al basquetbol, en conclusión, no quiero verla llorar a Eli por un imbécil como él.

-Parker.

Hablando de Roma.

Levanté mi cabeza en un saludo.

-¿Todavía no llegaron?

Lo miré como si hubiera hecho la pregunta más idiota del mundo.

-No estoy solo, aquí están Pepito y Pepita-dije señalando a mis costados.

Bruno rodó sus ojos.

-Qué chistoso.

Se formó un breve silencio entre los dos, el cual no pensaba romper porque sinceramente no tengo ganas de hablar, y mucho menos con él.

-Elizabeth Campbell.

Lo que dijo me llevó por sorpresa, y me quedé mirándolo.

-¿Qué hay con ella?-dije aparentando desinterés.

-¿Crees que le gusto?

Apreté mis puños y me puse muy nervioso, no sé qué mierda me pasa.

-No creo-apreté mis labios cuando su mirada se clavó en mis ojos.

-Yo creo que sí le gusto.

Alcé una ceja, ¿por qué mierda comparte sus pensamientos conmigo? Suficiente con Zed, que no para de hablarme de Katy.

-Bien por ti.

-Me gustaría saber cómo se sienten sus labios sobre los míos...

Era suficiente, ya no lo soportaba.

-¿Por qué me dices todo esto?

Bruno me sonrió, y luego se cruzó de brazos.

-¿Está mal fantasear con una chica?

Sacudí mi cabeza.

-Eli, la chica se llama Eli.

Sentí una carcajada de su parte, lo cual hizo que tensara mis dientes y gruñera.

-¿Te gusta?

-No.

-Nunca pensé que Dylan Parker pudiera estar loco por una chica.

Cerré mis ojos y traté de ignorarlo.

-Ese tema no te incumbe.

Un suspiro de su parte me dio a entender de que no iba a callarse.

-Lo siento, Parker. Pero Eli es mía, además ya no veo la hora de follármela.

Abrí mis ojos y, sin pensarlo dos veces, estampé mi puño en su cara.

-¡Eres un asqueroso! ¡Eso nunca va a pasar!

-Ah,¿sí? ¡¿Quién lo dice?!-dijo mientras agarraba su nariz.

-¡Un idiota con corazón!

No me acuerdo en qué momento la pelea comenzó a un nivel más fuerte, pero mi última imagen fueron las de Connor y Logan, viéndonos como si fuéramos animales de zoológico.

(FINAL DE SALTO ATRÁS-CONTINÚA PUNTO DE VISTA DE DYLAN)

Estacioné la moto en el garaje y entré a mi casa de un portazo, lo único que generé fueron gritos de mi madre.

-¡Dylan Parker! ¡¿qué es esa manera de cerrar la puerta?!-apareció en la sala, con el delineador corrido-. ¡Me has dado un susto de muerte! La vez que decido maquillarme tranquila-negó lentamente con la cabeza.

La miré con una ceja alzada.

-Se te ha...-comencé a restregarme el ojo en el lugar donde ella tenía sucio.

-¿Qué tengo?-dijo mirándome aterrada.

Suspiré cansado.

-No importa.

Ella suspiró y se sentó en el sillón.

-¿No había clases?

Rasqué mi nuca.

-Al profesor lo pisó un auto.

«¡¿En serio?! ¡¿Es lo mejor que se te puede ocurrir?!».

-¡Ay!¡Dios mío!Pobre hombre.

Asentí lentamente.

-Sí, horrible.

-¿Me haces un favor?-rompió el silencio, con un pequeño chillido.

-No-dije corriendo hasta las escaleras -, necesito despejar mi mente.

-¡Por favor!

Sonreí de costado

-No, mamá, estoy ocupado, además llama a Mari, tu "amiga" -dije haciendo comillas con mis dedos, mientras bajaba un escalón.

-Esa zorra ya no es mi amiga-me sacó la lengua-. Pero, te guste o no, tendrás que cumplírmelo: necesito que busques a los niños después del colegio. Yo me voy a una reunión.

Suspiré.

-Está bien.

Ella se acercó hacia mí e intentó darme un beso en la mejilla.

-Me voy, no incendies la casa.

Por un segundo pensé en decirle que su cara estaba hecha un desastre, pero me quedé callado y dejé que se fuera. «Se dará cuenta cuando alguien más se lo diga. No es por malo, pero me encantaría ver su cara cuando descubra el desarreglo».

Luego la realidad me pegó una bofetada. Eli. ¡Mierda! ¿Me odiará? Porque si yo fuera ella lo haría, prácticamente la mandé al demonio.

Pero luego sentí un leve alivio al saber que al día siguiente vendría a quedarse con nosotros.

«¿Qué es lo que me pasa?».