Capítulo 6: Un pájaro loco

167K 9.5K 2.1K
                                    

El despertador sonó como si alguien lo estuviera asesinando, lo cual hizo que saltara de mi cama; mi reacción más rápida fue pegarle un puñetazo y tirarlo al suelo.

Bufé, molesta, y cerré mis ojos, imaginando a mi madre gritándome por haber roto el maldito aparato.

-¿Y ese ruido, Elizabeth?-la voz de mi mamá se oyó desde el pasillo.

-Un pájaro chocó contra la ventana-dije sin pensarlo, fue lo primero que mi mente pudo inventar.

-¡Oh Dios! ¡¿La ventana se hizo algo?!

El ruido de sus pasos apresurados me sobresaltó y salí corriendo hacia la puerta para cerrarla antes de que ella entrara.

-¡Estoy desnuda, mamá!

-Hija, te he cambiado los pañales-dijo riendo del otro lado.

Rodé mis ojos y puse mi mano en la cintura.

-Sí, pero ahora hay pelos en donde antes no había y partes un poco más infladas-dije mirando con una mueca mis pechos.

-¡Elizabeth!

Apreté mis dientes.

-Eli, yo no te digo Eleonora-apreté mi lengua en el paladar-, ¿tu familia tenía complejo con los nombres largos?

-Haré de cuenta que no escuché eso y me iré a desayunar. Cámbiate rápido.

Asentí lentamente y luego me di un golpe mental, al darme cuenta de que debía parecer una loca hablando sola con una puerta. Me encogí de hombros, todos alguna vez hemos discutido, reído y llorado con una puerta al frente, lo más normal del mundo.Sacudí mi cabeza y giré hacia el despertador destrozado en el suelo.Resoplé y apreté mis manos.«¿Dónde lo puedo esconder, para que mi mami no lo encuentre?».

Hice una mueca con mi boca y decidí esconderlo dentro de la almohada, luego pensaré un nuevo lugar.Pensé en bañarme, pero sinceramente no tenía ganas, solo pensar en que debía pasar un jabón por todo mi cuerpo, hacía que quisiera pegarme en la cara.

Me encogí de hombros y me puse unos jeans de un color verde oscuro, con una linda solerita blanca y, en mis pies, decidí ponerme lo que estaba a la vista y resultaron ser unas vans negras.Mientras iba bajando las escaleras, el celular vibró en mi trasero.

Katy ♡♥♡:Eliiii!!! Estoy afuera.

Yo: ¡Ah!Mira, y yo estoy adentro.

Reí por lo bajo y guardé mi celular en el bolsillo.

-Buen día-dije cuando me senté en una silla, junto a mi padre, quien estaba leyendo el periódico.

-Buenos días, hija, ¿cómo dormiste?

-Acostada.Si algún día duermo parada, llamen a un cura-dije sonriéndole.

Mi padre negó repetidas veces con su cabeza, mientras bebía un sorbo de su café.

-¿Qué tal estuviste de niñera anoche?

Fruncí mi frente.

-Genial, son unos angelitos-se me vinieron las imágenes de Nolan con los jarrones, y sacudí mi cabeza-. Dentro de unos días tengo que volver.

Él solo asintió, y siguió leyendo vaya a saber qué cosa del periódico.

-Richard, ¿sabías que un pájaro se chocó contra la ventana de Elizabeth?

Mi papá se ahogó y luego me miró interrogante.

-Estaba medio ciega el ave-reí mientras comía una tostada y bebía un poco de mi jugo de naranja.

El timbre sonó cinco veces seguidas, haciendo que todos nos miráramos cansados.

-Katy-dijimos al unísono.

Terminé rápidamente mi desayuno y les di un beso a mi papá y mamá en la mejilla.

-¡Adiós!

-¡Cuídate! ¡Te quiero!-el quejido de mi padre se escuchó de lejos, y eso me hizo girar-. Richard, dile que la quieres-susurró.

-Nora, ella ya sabe que la quiero.

-Pero,díselo.

Negué con mi cabeza y abrí la puerta para irme y dejarlos en la discusión del día.

-Al fin-dijo Katy, mientras se subía al auto-. Pensé que te habían secuestrado los marcianos.

-Ojalá-subí al asiento copiloto y me ajusté el cinturón de seguridad.

-¡Cuéntame!-apretó el acelerador y comenzó a maniobrar como una loca desquiciada-.¿Qué tal la niñera?

Con las manos en el techo del auto y mi respiración agitada intenté de contestarle.

-Bien-dije con un hilo de voz.

Katy largó una carcajada.

-Yo pensé que cuando me levantara hoy, iba a estar tu cara en las noticias, acusada de maltrato infantil.

-Mira cómo me río-la fulminé con la mirada, mientras ella seguía riéndose como foca de circo.

-¡No seas tan aburrida! De seguro algo interesante habrá pasado en esa casa.

Fruncí mis labios.

-Sí, puede ser.

-¡Lo sabía! ¡Cuéntame!-despegó su mirada un segundo para mirarme.

-¡No me mires a mí, idiota! ¡Mirada al frente!-mi voz salió chillona-. Resulta que Dylan Parker vive en esa casa.

Katy tardó un rato en procesar la información, y fue un rato bastante largo, por un momento pensé que su cerebro había muerto.

-¿Cómo que vive ahí? ¡¿En la casa?!

Me sobresalté por su grito.

-¡No! ¡¿Sabías que vive en la cueva de Pedro Picapiedra?! ¡Obvio que vive en la casa,Katy!

Su mirada se perdió en la lejanía, y por un momento creí que mi explicación la había dejado más que confundida, lo cual me asustó. Instintivamente agarré el volante, por las dudas.Pero toda la confusión acabó cuando comenzó a reírse.

-¡Qué mala suerte amiga! ¡Yo que tú me voy!

Cerré mis ojos y respiré profundo.

-Gracias por tu apoyo, Katy, en serio, lo valoro. Eres la mejor amiga del universo.

-En serio-dijo doblando hacia el estacionamiento-. ¿Por qué no lo dejas?

Me encogí de hombros.

-Sabes que necesito el dinero, y que es la única familia que me ha aceptado.

-Seguro que es porque te vieron cara de loca necesitada.

Le pegué en el brazo y nos bajamos del auto.

Nuestro camino hasta el aula era bastante lago y lo utilicé para contarle todo lo que había pasado, desde los jarrones destrozados hasta que Dylan se ofreció a llevarme. Eso último la dejó sorprendida, no se lo esperaba al igual que yo en ese momento.

No le quise contar de mi pequeño ataque de nervios. No tenía ganas de escuchar sus consejos, por más que a veces sean útiles en estos momentos solo necesitaba pensarlo y procesarlo yo sola.

Las clases, como siempre, fueron aburridas, lo cual significó que me dormí la vida en cada una de ellas. Katy se tomaba el trabajo de despertarme y trasladarme a otra clase. Así estuvimos toda la mañana. Hasta que llegó mi hora favorita.La comida.Y esta vez yo arrastraba a Katy conmigo, no quería hacer cola para mi almuerzo.

-¿A dónde tan apurada, debilucha?

Apreté mis dientes al oír su irritante voz.

ESA NIÑERA ES ¡MÍA! © [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora