Capítulo 7: ¿Por qué ese nombre me suena?

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-No te importa-le sonreí sin ganas.

-Quiere comer como cerda, siempre hace lo mismo en el almuerzo-Katy se encogió de hombros y yo me quedé viéndola, como si fuera la persona más idiota del mundo.

Dylan largó una carcajada, mientras negaba con su cabeza.

«Cómo amo tener una amiga tan tierna y sincera».

-Katy-susurré con mis dientes apretados.

Ella puso una mano en mi cara.

-Shh, yo me encargo.

Me di un golpe mental, la última vez que dijo eso, un hombre gordo nos insultó con palabras que yo ni siquiera conocía.

-No hace falta-dije tirando de su remera-.Y tú, vete por donde viniste-esta vez me dirigí hacia Dylan.

Alzó sus cejas y manos.

-Que yo sepa soy humano y también necesito comer; si quieren, las acompaño.

«Este trama algo», pensé.

Katy asintió rápidamente con una sonrisa, la cual se le esfumó cuando vio mi cara de ogro.Me giré hacia Dylan y lo miré incrédula. A decir verdad, esperaba alguna broma de mal gusto salir de su boca ya que nunca creí que quisiera ir con nosotras al comedor para almorzar.

-¿Te sientes bien?-lo miré sin sacar mi mano de la remera de Katy-. ¡Claro que no nos acompañarás!, ¡y mucho menos a un lugar tan importante para mí!-puse una mano en mi pecho-: el comedor.

Dylan me miró perplejo y luego rascó su nuca riendo.

«Es un simio, su forma de actuar y de rascarse la cabeza, estoy segura de que tiene piojos. Lo odio, me cae muy mal, y no lo puedo soportar un segundo más al lado mío».

-¡Elizabeth!-Katy gritó en mi oído-. ¡No seas tan mal educada!

Abrí mi boca para contestarle y luego la cerré.

-No te preocupes, Dylan, Eli está es sus días-le susurró mientras sonreía-. Sí, puedes venir con nosotras.

Alcé mis dos cejas y abrí mi boca indignada.«¡Qué zorra!».Me crucé de brazos y largué varias maldiciones.

-Vamos entonces-dijo Dylan con una sonrisa plantada en su cara.

Lo fulminé con la mirada y Katy tuvo que llevarme del brazo para que caminara.«Lo voy a matar, LOS voy a matar. ¿Qué harás, simio Parker?».Estuve atenta a todos sus movimientos mientras me servía la comida.«No confío en él para nada y obviamente que con Katy está todo mal, ¿cómo se atreve? Pensaba que a ella también le caía mal. Esta chica siempre me sorprende».

Cuando estaba a punto de sentarme, Dylan nos detuvo y señaló unas mesas del fondo.

-Allá están mis amigos, ¿no quieren venir?

Comencé a negar con mi cabeza.«No pienso sentarme con todos esos chicos, a los cuales: uno, no los conozco; dos, son del equipo de basquetbol por lo tanto son mujeriegos y tres, ¡quiero estar lejos de Dylan!».

-¡Sí!-chilló Katy saltando en su lugar con su bandeja de comida.

Abrí mis ojos.

-¡No!

Dylan bufó, cansado.

-Las espero allá-dijo caminando hasta la mesa, en donde se sentía la testosterona al cien por ciento.

Katy se dio vuelta y me hizo un puchero de perrito abandonado.

-Por favor-se acercó a mí oído-allí está Zed McCall-susurró-. Es mi oportunidad para llamar su atención.

Rodé mis ojos. Katy está loca por Zed, desde siempre, hasta tal punto que daba miedo, con eso me refiero a las fotos acosadoras que le tomaba todo el tiempo. Por mala suerte, nunca tuvo la oportunidad de hablar con él para conocerse mejor, aunque viéndolo mejor, es Zed quien la tiene que conocer, porque Katy sabe hasta el número de combinación de su casillero y no pregunten cómo lo hizo, a mí no me lo quiso decir.

-¡¿Así que por eso quieres a Dylan con nosotras?!-grité susurrando, mientras la miraba con furia y rabia en mis ojos.

-No te enojes-apretó sus labios y achicó sus ojos.

-No estoy enojada-dije con una sonrisa falsa-. ¡Estoy en modo asesina!

-Ya, perdón, luego te debo una. Pero ven, por favor-dijo mientras mordía sus labios.

Cerré mis ojos sin creer lo que iba a decir.

-Está bien, pero me debes una grande.

Katy chilló de felicidad y nos fuimos caminando hacia la mesa. Con cada paso que daba, sentía como todo mi orgullo se iba yendo por la basura.«Puta vida».

Cuando llegamos, todos estaban riendo y hablando, hasta que Dylan les pidió silencio.

Está de más decir que todo el comedor nos miraba como si fuéramos unos bichos raros, más que todo las chicas, parecía que en cualquier momento iban a practicar canibalismo con Katy y conmigo.

-Chicos, ellas son Eli y Katy.

Puse una mueca mientras asentía con la cabeza a cada uno como saludo. Debo admitir que todos son muy guapos, además de Zed, quien es morocho y sus ojos son del color azul más oscuro que he visto en mi vida. También estaba Logan Hasch, un poco rubio, bajito pero tonificado y con ojos marrón-miel; dicen que es muy bueno picando la pelota y además es muy veloz.Y, por último, está Connor Miller quien, por cierto, tiene un color de pelo muy bonito, es castaño claro con reflejos rojizos, y sus ojos son tan raros que hipnotizan, son gris perla, con leves puntos negros.

-Hola-dijeron al unísono.

Katy alzó su mano tímidamente, parecía que se estaba derritiendo.

«Pff, qué babosa».

-Y él es el nuevo del equipo-Dylan agarró a un chico de los hombros, al cual no pude verle la cara porque me estaba dando la espalda-: su nombre es Bruno.

«¿Bruno? ¿Por qué ese nombre me suena?»

-Hola, Claudia-su voz me pegó como una bofetada en la cara.

ESA NIÑERA ES ¡MÍA! © [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora