Capítulo 3: Fue culpa de...

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-En unos segundos mi esposo Jordan vendrá a buscarme, y nos iremos por unas horas-miró sus uñas rosas postizas-. ¿Podrás quedarte?

Pegué mi lengua al paladar y acomodé mi cabello.

-Ella no puede-Dylan me interrumpió-.Además, ¡no nos hace falta una niñera!

Subí mis cejas y traté de aguantarme la risa.

-¡Dylan, la última vez que quedaron solos, dejaron toda la casa sucia de barro!-tocó su cabeza-. Aún no entiendo cómo hicieron para dejar huellas en el techo.

Abrí mis ojos como platos y alcé mis dos cejas. Dylan se puso rojo.

-¡Fue idea de Cami!

La pequeña lo fulminó con la mirada y le pegó un tremendo un pisotón.

-¡¿Y le haces caso a una niña de seis años?!

Dylan abrió su boca, pero luego la cerró.

«No saben lo que daría por grabar todo esto».

La bocina de un auto se oyó afuera y la señora Parker acomodó sus pechos.

«Creo que tendré un trauma de por vida».

-No tengo tiempo para esto-dijo mientras tomaba su bolso y, antes de cerrar la puerta, agregó:

-Suerte.

-¡Sí, puedo quedarme!-exclamé ya con la puerta en mis narices.

Unos almohadones volaron a mi cara, pero logré atraparlos.

-¡Yo no quiero una niñera!-chilló al igual que un niño Dylan.

-¡Y yo no quiero cuidar a un niñato mujeriego!-bufé-. Pero necesito el dinero.

Y sin pensarlo dos veces, le lancé los almohadones a su asquerosa cara. Dylan los esquivó y se fue a su habitación hecho una furia.Peor que una mujer en sus días.

-¿Quieres dibujar?

Cami me miraba con brillo en sus opacos ojos.¿Cómo negarse a esa sonrisa?

-Claro-le sonreí y nos dirigimos hacia unas sillas.

Tomé el papel y comencé a hacer mi obra de arte.

-¿Qué es eso?-la risa de Cami se hizo presente en el ambiente.

La miré alzando mis dos cejas.

-¿No es obvio? Es un pato.

Ella negó.

-Eso es una banana.

-Pato.

-Banana-apretó sus dientes y arrugó su nariz, lo cual me produjo un poco de miedo.

-¡Está bien! ¡Es una banana!-me crucé de brazos enojada-. Y usted ¿qué dibujó,señorita perfecta?

Cami me sonrió y me mostró su dibujo.

-¡Un unicornio!

Fruncí mi frente y luego la miré.

-Los unicornios no existen.

-Sí existen-cerró sus ojos y miró hacia otro lado.

-¡No existen! ¡Créeme,My Little Pony es una farsa!

-¡Mientes!-arrugó su nariz y golpeó la mesa con su puño.

«Tranquila, Eli, es solo una niña, hay que seguirle el juego».

-Tienes razón-me apoyé en la silla-, los unicornios existen al igual que los zombis.

Cami frunció su ceño.

ESA NIÑERA ES ¡MÍA! © [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora