Estoy recostada en mi cama escuchando la bella sonata para piano "Claro de Luna" de Beethoven, en el estéreo, observando la pintura del techo y disfrutando que es sábado mientras espero que lleguen las visitas.
Tres semanas han pasado desde el incidente de Ariel. Todos intentamos que las cosas fueran lo más normales posible. Ariel sigue sin recordar pero parece estarse adaptando.
Yo regrese a la escuela el lunes siguiente de mi visita a su casa. A decir verdad, fue bastante molesto, ya que, por una indiscreción de Kristen, todos se enteraron que me volví a desmayar, causando que me trataran con mucho más cuidado que el de la última vez. A mi parecer, es demasiada atención para una sola persona, además el rumor de mi embarazo se difundió aún más.
Los únicos que me trataron de forma normal fueron mis amigos, aunque James la primera semana no lo hizo así. Se la paso evitándome todo ese tiempo. En las clases juntos no me hablaba ni me miraba y se sentaba lo más alejado posible de mí. En los almuerzos se sentaba a comer en la mesa más lejana a la nuestra. Kristen, con tristeza, se iba con él para que no estuviera solo. Hartas de eso, el viernes de esa misma semana, Kristen, Lucy y yo le pusimos una trampa para que se viera obligado a hablar conmigo.
–James dime qué te pasa –le rogué.
Nos quedamos encerrados "accidentalmente" en un salón vacío de la escuela. Claro que todo estaba muy bien planeado. Kristen fingió que se le había olvidado algo en ese salón y le pidió a James que fuera por él mientras ella iba a otro lado. Yo ya estaba dentro del salón, el trabajo de Lucy era mantenerse escondida para poder cerrar la puerta después de que James entrara. Aunque Ariel fue el único que no participo, si le contamos del plan y para nuestra sorpresa, se mostró muy enojado y en desacuerdo sin explicarnos el por qué.
–Nada –mintió James de forma no muy creíble, sin mirarme.
– ¿Te la pasas evitándome y dices que no te pasa nada? –Exclamo enojada.
–Pero Lily... ¿por qué te interesa? –por fin me mira.
–Porque eres mi amigo.
– ¿Seguimos siendo amigos? –pregunta incrédulo.
Asiento febrilmente.
–Yo pensaba que estarías furiosa conmigo –susurró tímidamente, bajando la mirada.
–No es así, somos amigos y los verdaderos amigos se perdonan todo –afirmo feliz–. Hasta una estupidez como la que tú hiciste.
– ¿"Estupidez" incluye la forma en que magulle tu brazo y provoque que Ariel perdiera la memoria? –Preguntó triste– Esas cosas me parecen más graves que una simple "estupidez".
Me lance hacia él para abrazarlo.
–Sean o no más graves, todo está perdonado –le susurré honesta–. Además, no fue tu culpa lo de Ariel.
–Pero te prometo que lo remediare –me dijo cuando termino el abrazo.
–No creo que sea algo que tú puedas remediar –murmuré sombríamente.
–Confía en mí.
¿Qué tiene en mente James? ¿Por qué me hizo una promesa insostenible?
El sonido del timbre de la puerta me saca de mis pensamientos y me regresa al presente.
Allí están mis amigos, ellos eran las visitas que esperaba. Este es un día muy importante, es el día en que le diremos a Ariel lo de sus poderes.
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Los Amos de los Elementos
FantasyLilian tan sólo tenía 17 años cuando su padre falleció en un trágico accidente, por lo que se ve obligada a mudarse a una mansión que ni siquiera sabía que existía, dejando atrás su ciudad tranquila y junto con ella, a sus amigos. En el colegio al q...