–Lily, abre los ojos.
La voz de Lucy se escucha muy alegre, pero aun así no le hago caso.
Temo verme en el espejo y darme cuenta de lo mal que luzco, en cambio eso es imposible para ella. Lucy escogió un magnifico vestido azul marino adornado con unas cuantas lentejuelas, es bastante ceñido y con la espalda descubierta aunque casi no se nota pues prefirió dejar suelto su largo cabello, todo esto combinado con un poco de sombras en los ojos hace que se vea muy guapa.
Dudo que mi vestido me quede igual que a ella y ni siquiera considero como una opción verme tan bien.
Después de vestirme no me mire en el espejo y ahora que Lucy termino de arreglarme, menos lo quiero hacer ¿qué pasara si cuando me vea Ariel se arrepiente de haberme invitado y prefiere irse solo al baile o regresar a su casa? Yo quiero estar a su altura, merecer ser su pareja.
–Por favor, Lily –ruega Lucy–. No te maquille demasiado, no lo necesitas. Sólo use un poco de base, rímel y algo de brillo, además vas a llevar el cabello suelto como yo, solo te hice el partido de lado y peine tu cabello hacia la derecha, además te puse un pasador hermoso y ya. Por favor, abre los ojos.
–No, Lucy, no –digo negando también con la cabeza.
– ¿Por qué no quieres abrirlos? –pregunta molesta.
–No importa, no los voy a abrir.
Lucy chasquea la lengua, después da un grito.
– ¿Qué pasa? –pregunto, abriendo los párpados y parándome de la silla.
Hice el movimiento tan rápido que lo único que vi en el espejo antes de darle la espalda, fue un borrón.
– ¿Ya viste la hora? –Pregunta asustada– Ariel pasara por nosotras en diez minutos.
– ¿Ariel?
–Claro, mi mamá le prestó el auto ¿creías que nos iríamos caminando? –Me mira de pies a cabeza– Créeme que no te entiendo, deberías mirarte sólo un momento en el espejo. Pensándolo bien, tal vez mi hermano se enoje un poco.
– ¿Tan mal me veo? –pregunto cabizbaja alisando el vestido.
–No, tontita –responde riendo–. Es sólo que a Ariel no le va a gustar que los chicos se queden con la boca abierta cuando te vean, te vez fantástica. Ese vestido en realidad fue hecho para ti.
Miro el suelo ruborizada, no estoy segura de ello.
Suena el timbre de la puerta. Lucy y yo ya estamos listas, o al menos, estoy lo más lista que puedo.
Los nervios causaron que al bajar el último escalón de las escaleras, tropezara y casi cayera.
–Tranquila, Lily –me dice Lucy cuando me ayuda para que no caiga–. Te ves muy bonita.
No digo nada sólo sigo caminando ¿Todavía puedo echarme para atrás y no ir a la baile? Tal vez puedo fingir que me siento mal o algo así.
Se vuelve a oír el timbre, respiro hondo.
No, sé que si no voy me arrepentiré muchísimo. Camino hacia la puerta con decisión y la abro.
Casi me voy de espalda cuando veo a Ariel, creí que era imposible que se viera más atractivo de lo que ya es, pero me equivoque. Viste completamente de negro, desde el traje hasta la corbata. Pasa los dedos de su mano derecha por su cabello a modo de peine aunque no le hace falta. Se ve perfecto.
Siento que mi corazón se acelera tanto que pienso que Ariel lo puede escuchar.
–Lily, no sé qué decirte, cualquier alago se quedaría corto para expresar lo hermosa que te vez –dice regalándome una magnifica rosa blanca–. Claro que tú siempre estás hermosa.
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Los Amos de los Elementos
FantasyLilian tan sólo tenía 17 años cuando su padre falleció en un trágico accidente, por lo que se ve obligada a mudarse a una mansión que ni siquiera sabía que existía, dejando atrás su ciudad tranquila y junto con ella, a sus amigos. En el colegio al q...