Capítulo 3

278 21 1
                                    

Me despierto. Oigo un pitido discontinuo. Veo borroso, pero sé lo que estoy viendo. Le veo, le veo a él.

La vista se aclara y le veo con nitidez. Hago una mueca de sonrisa, débilmente.

- Hola, zanahorias. (dice el zorro viéndome y sonriendo)

- Hola (digo en un hilo de voz) 

Me doy cuenta de que me está cogiendo de la mano. De que en ningún momento me soltó. Mi pulso no está alterado, y debo intentar que no lo sea.

Estoy confundida. ¿Ese beso fue verdad o fue un sueño?

- Nick... ¿Qué ha pasado?

- Intentaste detener una pelea y resultaste herida. Llamé a la ambulancia porque no te movías. Pensé que te perdía.


Cierro los ojos y me dan ganas de llorar. Quiero besarle. Le quiero a él.

- Nick, te... (dudo en si decírselo, tal vez eso estropearía todo. Y si no se lo digo puede que lo pierda para siempre)

Me callo. No puedo decirle que le quiero. ¿Y si le pierdo como amigo? ¿Si no siente lo mismo? ¿Y si él solo está de broma y solo quiere mi amistad? No quiero ser rechazada. No por él.

- Nick, tengo sed. (dije como una alternativa para huir de ese aprieto)

- Emm.. sí, iremos ahora para casa. (dije con decepción. Por un momento pensé que me iba a decir que me quería, pensé que iba a ser correspondido y que podría besarla ya. No debo besarla. No quiero perderla. Está claro que ella no siente lo mismo)


Caminamos hacia mi casa, ya que se ofreció en acompañarme.

Llego hasta mi puerta y me despido de él con una sonrisa.

- Gracias por todo, Nick.

Cierro la puerta lentamente por si decide detenerme y besarme, pero eso no sucede. Eso solo sucede en las películas.

Me apoyo en la puerta, de espaldas y me siento en el suelo. Pongo mis manos en mi cara y lloro. ¿Ésto es el amor? ¿Desesperación? ¿Ganas de llorar porque no puedes tener lo que quieres?

Sí, supongo que todos queremos lo que no se puede tener.

Es un zorro y yo un conejo. No podría funcionar. Él es depredador y yo presa. Y sí, presa de él, pero sólo de él. 


Nick suspira desde el otro lado de la puerta, se sube al ascensor y cuando las puertas se cierran se apoya contra una pared.

Se da golpes contra la pared y murmulla palabras entre dientes.

-Cobarde. Qué irónico. Un zorro cobarde y poco astuto.



Me tumbo en cama y cierro los ojos. Mañana será otro día. Otro día para intentar olvidarlo, o tal vez otro día para seguir amándolo.



ZootopiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora