Capítulo 10

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Acabamos de lavarnos con la manguera y nos miramos a los ojos riéndonos.

- Judy, voy a buscar ropa y toallas secas. (dice Nick)

Observo como Nick se aleja y entra en su casa/mansión.

Me tumbo en el césped y veo el cielo, las figuras que hacen las nubes y cómo se mueven al compás del viento.

Me pongo a pensar sobre Nick y yo, sobre su mansión, sobre su trabajo oculto... sobre todas las cosas que me impresionan y me decepcionan de él.

Nick llega y me tira la toalla a la cabeza.

Me levanto sujetando la toalla y Nick me da la ropa de su hermana.

- Puedes cambiarte en el cuarto de baño que está al lado del churrasquero. (dice Nick señalando un churrasquero de piedra, junto a una gran mesa de piedra que está en el enorme jardín.)

Camino hacia donde dijo y observo que hay una puerta. La abro y entro.

Me desvisto y me seco con la toalla. Me pongo la ropa que me dio Nick de su hermana y salgo.

Nick me está esperando en el banco junto la mesa de piedra.

Me acerco y me siento enfrente de él.

Nick me mira, poniendo sus brazos sobre la mesa, empinando los codos, cruzando los dedos de las manos y apoyando su barbilla en las manos entrecruzadas. 

- Y aún así sigues hermosa. (dice Nick con una sonrisa)

Sonrío y le guiño un ojo.

- Mi madre se fue. Le llamaron de la empresa y tiene que hacer un último trabajo. Antes de que venga puedo enseñarte la casa.

Me sonrojo y Nick lo nota.

- Lo digo porque si ella estuviera no le parecería bien que le enseñara la casa a una chica que acaba de conocer. (dice Nick aclarándolo)

- Vale (digo con indiferencia)


Nos levantamos y camino hacia Nick. Él espera hasta que yo esté a su lado y me coge de la mano. Entrecruza sus dedos con los míos y caminamos hacia la mansión.

Nick se para frente la puerta y me mira.

- No es gran cosa, pero es muy acogedora. (dice Nick, como riéndose de mí)

Sonrío y Nick abre la puerta, entramos y me quedo atónita, estupefacta. No me esperaba menos, la verdad, pero me sorprendía. Nunca había entrado en un sitio así. Tan elegante, tan espacioso, tan limpio...

Un señor se acerca a nosotros. Es esbelto, moreno y con un poco de calvicie, como algunos curas. No sé si me explico.

- Judy, este es Ed. Él se encarga de cocinar, limpiar, atender a los invitados y demás. (dice Nick)

- Los fines de semana. (añade Ed)


Le estrecho la mano a Ed

- Encantada, yo soy Judy.


Ed inclina la cabeza como modo de saludo

- Puedes retirarte ya (dice Nick)

Ed se va hacia una de las habitaciones que desconozco.


- Nick... ¿por eso te comportabas así en el ascensor? Sabes ser un caballero. Fuiste educado así. Eres rico, tienes mayordomo, tienes una man...

- A Ed no le gusta que le llamen mayordomo (dice Nick interrumpiéndome)

- ¿Y cómo le llamáis? 

- Ed, simplemente. Es diminutivo de Edward. (dice Nick)


Enarco una ceja, confusa.

- Vamos, tengo que enseñarte la casa. Ed no volverá a molestar, está demasiado ocupado. (dice Nick)

-¿Y qué hace ahora?

- Fue a hacer la compra. (dice Nick)


Nick me vuelve a coger de la mano (la cual me había soltado con la aparición de Ed) y camina por el pasillo.

La mansión es grande. Al entrar se puede contemplar una escalera enorme que tiene un descansillo y da opción a dos direcciones: derecha o izquierda.

En el descansillo hay un ventanal enorme donde entra claridad hacia la entrada.

Nick y yo estuvimos justo en la entrada. De frente se veía la escalera y el ventanal.

Había una sala a la izquierda y otro a la derecha. Luego, a ambos lados de la escalera había pasillos.

Primero Nick me llevó a la sala de la izquierda.

Era una sala enorme, con un billar, una diana y dardos, un futbolín, una mesa de madera maciza con una baraja de cartas sobre la mesa y una mesita de ping-pong.

Había otro ventanal bastante grande, pero no demasiado. Ese ventanal daba paso a un balcón, del cual se veía una piscina enorme, una cancha de baloncesto, un campo de fútbol y otro de tenis.

Dimos la vuelta y volvimos a la entrada.

- Se está haciendo tarde. Podemos quedar otro día y acabamos de ver la casa.(dice Nick)

- No, Nick. No quiero irme aún.

- Está bien. A ver... a la derecha hay un salón comedor que veremos para la próxima semana el domingo, cuando vengas a comer conmigo y mis padres.

- ¿Qué? ¿Cómo vas a hacer eso? ¿Se lo has dicho a tu madre? ¿Y si no aceptan? ¿Y qué ropa me pongo? ¿Y cómo me comporto? (digo con nervios)

- Judy, no te preocupes. Fue mi madre quien me lo propuso antes de irse. Ed se encargará de darte consejos sobre la ropa, te enseñaré a comportarte y todo va a ir bien.

Respiro hondo y afirmo con la cabeza.

- Está bien. Vamos. (dice Nick apretándome la mano)

Subimos las escaleras y giramos hacia la derecha. Hay 3 puertas, y entramos en la tercera.

- Esta es mi habitación, siéntate donde quieras. (dice Nick)

Observo la habitación. Es enorme y como no, de color azul. 

Hay una cama enorme, un escritorio, dos ventanas, una diana con dardos, una guitarra eléctrica y varias cosas más.

- Tú no me permitías entrar en tu habitación, y no me dejabas tocar nada. Yo hago todo lo contrario. Todo lo que es mío es tuyo. (dice Nick, y se sienta en la cama)

Entro observando todo y toco con la yema de los dedos la guitarra eléctrica.

- ¿Tocas la guitarra? (digo con sorpresa)

- Sí, hace unos años. Me enseñó mi hermano... (dice en un hilo de voz)

Le noté dolor en sus palabras, pero dejé la pregunta para luego.

Me siento a su lado, le veo a los ojos y sonrío.



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