Despierto y Nick ya no está conmigo. Ya no siento sus manos deslizándose por mi cuerpo y recorriendo mis caderas y muslos (y he de admitir que eso me hacía sonrojar y sonreír). Ya no siento la respiración de Nick en mi cuello, en mi nuca, en mi oreja o en mi pecho.
Ya no siento su presencia, y le echo de menos.
Cojo el móvil y observo una llamada perdida y un mensaje de Nick:
Nick: Buenos días. Como hoy no he despertado a tu lado quiero sentirme lo más cerca que puedo de ti, así que te doy los buenos días.
Nick: Posdata, mira bajo la cama.
Dejo el móvil y me tumbo boca abajo en el suelo, observando debajo de la cama.
Observo una caja y la quito. Me levanto y me siento, con la caja en mi regazo y mordiéndome el labio. Me encantan las sorpresas, y por eso estoy enamorada de Nick, porque él fue sorpresa.
Abro la caja con cuidado y dentro observo una carta, una cajita pequeña y rectangular, una caja más grande y cuadrada, y una rosa roja.
Los objetos que nombré están enumerados. Supongo que Nick quiere que los abra en ese orden.
Primero, abro la caja grande y cuadrada. Observo que es una caja de bombones de zanahorias y de varios vegetales y frutas. En el interior de la caja de bombones hay una notita que dice: come varios bombones.
Empiezo por un bombón sabor a cereza, luego por otro sabor a manzana, y por último dejo el de sabor a zanahoria.
Abro el segundo objeto: la caja pequeña y rectangular. Un collar brillante de plata. Plata, con una pequeña piedra de diamante colgando.... y unos pendientes a juego. Plata y diamante.
Suspiro, pero no de tristeza ni de cosas negativas, sino de asombro. Nick se ha gastado mucho dinero en este regalo, y no sé a que viene todo esto.
Abro la carta, el tercer objeto señalado.
Huele a tinta, a papel, a risas, a lágrimas, a amor, a verano, invierno, otoño, primavera y Nick. Huele a las mejores cosas de la vida. Las que hacen sentir y de las que no quieres dejar de presenciar.
Observo los trazos de la tinta. Me imagino los movimientos de mano que tuvo que hacer Nick para escribir esta carta. Me imagino a Nick mordiéndose el labio como cada vez que escribe algo. Me imagino a Nick sonriendo. Me imagino a Nick escribiendo esta carta, pensando en mí.
Aspiro el olor de la carta una vez más y expulso el aire por la boca.
Quiero retener el olor para siempre, para hacerlo inmortal, pero no puedo.
Pongo mi mirada en la carta y leo.
No empezaré esta carta con un "querida" porque tú no eres querida, tú eres amada, deseada...eres amor, paz, guerra, risas... eres todo y a la vez nada. Eres pequeña en un inmenso universo. Eres insignificante para el mundo, pero eres grande, gigante, unánime, machacante, elevada al cubo, multiplicada por infinito y dividida entre cero. O por lo menos para mí.
Y me preguntarás: ¿dividida entre cero? Sí, cariño. Todos los productos divididos entre cero da infinito. Por eso mismo no te dividas para alguien, no te compartas con nadie. No te puedes dividir para mí.
Tú eres el caramelo que se reparte entre dos amigos, y tiene que partirse a la mitad. Y no, cariño. No quiero que te partas.
También eres el caramelo que se reparte entre solamente una persona, pero cariño...tú no puedes pertenecer a nadie. Si te divides en uno sigues siendo tú, y no puedes ser tú. No puedes ser tú perteneciendo a otra persona.
Tienes que dividirte entre cero. Y pertenecerte a ti misma. Y ser tú. Y ser infinito. Porque cielo: un millón entre cero es infinito. Cinco dividido entre cero es infinito. Y así con todos los números.
Sé tú misma, sin compartirte, sin pertenecer a nadie, solamente a ti. Ser tu propiedad. Y no romperte, ni que te rompan.
Y te puedo jurar que nadie te amará como aquel que te ha visto dormir y enloquecer. Porque hay amores pasajeros, pero también hay amores que calan hasta la clavícula y te hacen no querer morirte nunca. Quédate con él, si algún día te llegas a topar con uno, no lo sueltes para agarrar a uno fugaz. Su mano será con la que soñarás darle la vuelta al mundo y también la que querrás apretar cuando tengas miedo.
Hay amores que se van para siempre, amores que se van mientras voltean a ver una vez más atrás, amores que te aprietan los huesos y los sentimientos, amores que te ponen a la misma distancia que separa ese alguien a la espada de la pared, porque a veces ese alguien es quien se interpone entre dos que quieren o buscan hacer historia juntos.
Hay un amor que te verá llover y perder tus hojas en otoño. Quédate con él porque, aun no teniendo nada, él verá flores en ti.
Te hará perder la cordura, el norte, los mapas y querrás quemar la salida del laberinto.
Porque amarás estar enredada, abrazada y al fondo del agujero con él.
Amores que no tienen concepto ni puntos finales, son la historia que siempre querrás escribir,
una y otra vez, aunque sepas que en todas ellas te hará llorar por haberlo dejado marchar.
No es cobarde quien se va, el cobarde es quien no lo detiene en la ida.
Hay un amor que será tu "perdón, se me ha metido arena en el ojo".
Y saldrás corriendo a buscarle y no lo encontrarás en ninguna parte.
Y la brisa te abrazará, cerrarás los ojos e inexplicablemente pensarás que es él.
Luego los abrirás y encontrarás más excusas que motivos para quedarte donde estás.
Y así, poco a poco, tu memoria lo va borrando, pero jamás, lee bien, jamás se olvidará de cómo te hizo sentir.
Mirarás al cielo mientras piensas que fue ese amor que no sabes cómo te hizo sentir, pero que te ha dejado muchos deseos de compartir la siguiente vida con él para no soltarlo jamás.
Y sonreirás mientras caminas al alba.
Te quiero.
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Zootopia
FanfictionNovela basada con los personajes de Zootopia y algunos más. El amor entre diferentes especies, problemas amorosos y personales. Una decisión continua entre vivir o morir. Un gran amor, o una gran muerte. Matarse o ser matado, querer o ser querido...