Zootopia

Capítulo 27

Despierto al lado de Will y me doy asco. Verme a su lado me da asco.

Me levanto y me visto. Le tiro un cojín a la cabeza a Will, haciendo que se despierte y me mire.

- Me voy, Will. Esto se acabó. Querías verme, ¿no? Ya lo has conseguido. ¿Has quedado satisfecho al pegarme? ¿Has sentido mi dolor? 

Will no dice nada, y yo sigo hablando

- Que te aproveche, Will. (digo abriendo la puerta.) 

Antes de cerrar la puerta e irme, veo a Will. Me acerco a él y le beso, mordiéndole en los labios. Un beso de despedida. Un placer haberle conocido. Él ya no es el asesino, sino la víctima. Y yo ya no soy la víctima, sino el asesino.

Cierro la puerta y me voy. Me subo al coche y me dirijo a mi apartamento. Al llegar entro en el baño y de nuevo siento la hoja de la cuchilla sobre mi piel. La hoja besando mi piel. El dolor más placentero que ningún otro. Salvo el desamor. 

Antes hablaban sobre el desamor y yo no sabía lo que era, y ahora lo sé.

El desamor es el final de algo. El desamor es un atardecer, lo contrario del amor.

El amor es el principio de algo hermoso. El amor es un amanecer. El amor es vida, y el desamor es muerte. Eso que da lugar a la oscura noche, en la cual algunos lloran, y otros salen a emborracharse, de fiesta, a ver una película o a ver las estrellas.

El desamor es un atardecer.

Y dime, ¿cómo el final de algo no puede ser hermoso?

El desamor... el desamor es vivir sin Nick. ¿Qué digo? Sin Nick no se vive.

Me desmayo. Había perdido mucha sangre, y no había sumergido las muñecas en agua. No había apretado el corte con un paño, y mucho menos había calculado la profundidad del corte.

Pasé horas tumbada en el suelo, sin conocimiento, con dificultades para respirar y perdiendo sangre.

Tengo varias pesadillas, y todas sobre Nick: me observa tirada en el suelo, muerta, con las muñecas cortadas hasta el punto de quedarme sin manos. Nick se acerca y tira una manta sobre mí. Yo intento gritar, pero la manta me ahoga y no me deja hablar. Quiero decirle a Nick que estoy viva, pero él ya se ha ido. Y se escuchan pasos. Pasos de pies pares. Pasos de zapatos, y pasos de tacón. Respiro el aroma de la manta y huele a Nick. Huele a Nick y siento la vida. Pero huele a perfume de chica. Perfume de alguien que no soy yo. Perfume de una chica, y no precisamente su amiga. Y siento la muerte.

Otra pesadilla que tengo es: estoy sobre la cama de Nick, al lado de Will, desnudos. Tengo una fusta en la mano y me muerdo el labio. Siento el placer de hacerle daño a Will, hasta el punto de hacerle yagas, de hacerle sangre. Siento el placer de escuchar los gritos de Will. Gritos de dolor. Pero luego hay silencio y yo sonrío. Will muere, y vuelve a ser él la víctima. Tengo las manos llenas de sangre y la fusta ha desaparecido. Observo mucha gente observándome y señalándome, aterrorizada y con vergüenza. Me tapo el cuerpo con la sábana llena de sangre, y lloro al ver que el rostro de Will desaparece, y aparece en su lugar Nick. Nick está muerto, y yo le he matado. 

Intento abrir los ojos pero no soy capaz. Sólo hay oscuridad y silencio. No sé si he muerto y esto es el infierno o si estoy en un sitio oscuro y aislado.

Quiero pensar que estoy muerta, y así se acabó mi culpabilidad, mi sufrimiento y mis pensamientos torturadores.

No sé si esto es la muerte, pero si lo es, no hay nada. No hay la luz de la que todo el mundo habla. No hay nubes esponjosas ni unicornios. No hay algodón de azúcar ni fuentes de chocolate. 

Si esto es el infierno se parece bastante, pero si esto es el cielo... No existe cielo sin Nick.