Capítulo 8

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Me despierto, esta vez en mi habitación, sin nadie en mi cama, nadie a mi lado. Nadie que me haga bromas pesadas.

Hoy quedé con Nick para comprar ropa bonita y dar un paseo.

Es sábado y hace sol, así que me levanto y me visto con ropa de calle. Fuera uniforme.

Suena el timbre. Abro la puerta con la esperanza de que sea Nick, pero no es así.

Un hombre sostiene un ramo de flores y una caja de bombones de zanahoria. No se le ve la cara, ya que el enorme ramo impide el contacto visual.

- ¿Es usted la señorita Judy Hoops? (dice el señor con el ramo de flores) 

- Sí. ¿Es para mí?

- Sí. (dice con voz seria)

- ¿De quien es? 

- De mí, para mi persona favorita. (Aparta el ramo hacia un lado)


Le veo. Es Nick.

- Eres idiota (sonrío)

Cojo el ramo de flores y la caja de bombones y los pongo sobre el escritorio.

Me doy la vuelta y veo a Nick de pies a cabeza. Ahora sí, ahora le veo. Le veo bien. Le veo bien siempre. Está guapísimo, siempre está guapo.

Me quedo atónita, clavada en el mismo sitio, a unos metros de él. Tal vez 5 metros (no me he parado a medir la distancia con una regla), pero para mí es una eternidad elevada al cuadrado.

- ¿Qué? ¿Vamos, o vas a estar babeando ahí toda la tarde? (dice Nick)

Camino hacia él y cierro la puerta por fuera.

Subimos los dos en el ascensor y las puertas se cierran.

Nick me mira y yo le miro. Estamos paralelos.

Siempre que subo a un ascensor con él me pongo nerviosa. Él me pone nerviosa.

Las puertas se abren. No ha pasado nada, y eso es un alivio (o tal vez no).

Al salir del edificio observo que Nick se acerca a una furgoneta un poco vieja, de color marrón rojiza.

Abre la puerta del conductor y se sube. Se inclina hacia la puerta del copiloto y me abre la puerta desde adentro.

- Sube (dice Nick)

Subo a la furgoneta y cierro la puerta.

Nick pone el motor en marcha y arranca.

- ¿Es tuya? (digo, ya que no puedo aguantar las dudas. Podría haber sido un robo y no podía estar tan tranquila al lado de un ladrón y en un vehículo que no es mío ni de él.)

- Sí. No te lo he dicho, pero trabajo de mecánico de coches. Esta furgoneta la utilizo de vez en cuando, aunque es la que utilizo para ir al trabajo.

- ¿Y cuándo esperabas decirme tu trabajo secreto? (digo un poco molesta)

- Cuando se me diera la ocasión.

- La ocasión se dio muchas veces cuando estábamos hablando de nuestras vidas. Tú sabes mi trabajo, tengo el derecho de saber el tuyo.

- No te enfades, zanahorias. (quita una mano del volante y agarra mi mano. Me mira a los ojos y sonríe)


No me suelta la mano hasta que llegamos al centro de Zootropolis. Aparca el coche y salimos.

- ¿A dónde quieres ir? (dice Nick)

- A esa tienda (digo señalando a una tienda con el escaparate llena de ropa primaveral)

Entramos en la tienda y escojo un manojo de ropa al entrar. Toda la ropa es muy bonita.

Entro en los probadores y Nick me sigue. Me dispongo a entrar en uno y cerrar la cortina, y Nick se dispone a entrar conmigo. Lo detengo.

- Nick! Este probador es para mí. Me voy a probar la ropa, no entres.

- Mi intención era ayudarte a quitarte la ropa. (dice Nick con media sonrisa)

Me sonrojo y cierro la cortina.

Nick me espera afuera, sentado, apoyado sobre la pared. 

- Judy, acaba pronto.


Me pruebo la primera prenda y salgo del vestidor.

Nick me mira desde el suelo, con ojos como platos.

- Judy, se me va a caer la baba.


Sonrío y doy dos vueltas sobre mí misma.

El vestido hace ondas. Es un color violeta precioso, a juego con mis ojos. Tiene la parte de arriba de encaje con rejillas que deja ver la piel. El vestido empieza desde los hombros hasta por encima de las rodillas, as mangas también son de encaje con rejillas que dejan ver la piel, y Nick está con la boca abierta. Es lo único que puedo decir.

- Entonces... ¿Nos lo llevamos? (digo con una sonrisa)

- No te voy a agarrar de los pies si te dispones a comprarlo.

Entro otra vez en el vestidor, y así varias veces, entrando y saliendo. Haciendo los mismos movimientos, aunque la expresión de Nick cambia de vez en cuando: desde más asombrado hasta indiferencia.

Me pongo mi ropa de calle y salgo por última vez del vestidor.

Nick se levanta y me acaricia una oreja.

- Y aún así. Vi tus peores y mejores galas, y aún así me sigues pareciendo hermosa. (dice Nick sonriendo) 



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