Al llegar lo único que se me vino a la mente fue meterme bajo la ducha y abrir el grifo dejando que el agua caliente recorriera mi cuerpo, bajé la cabeza y cerré los ojos pensando en lo de hoy , Ian estaba más amable, hasta podría decir que parecía un amigo cercano con el que puedes sentirte libre de expresar todos tus problemas, pero la realidad era otra, él seguía siendo mi desagradable jefe al cual quería demasiado.
No quería que se metiera en más problemas, por eso cuando se acercó amenazante al guardia le dije que se alejara, pero no puedo mentir con respecto a lo sucedido y lo que causó en mí, se sintió tan bien saber que si el oficial se atrevía a tratarme mal Ian me defendería sin importarle que todos lo estuvieran observando, sabiendo que eso podría costarle más días e incluso meses en prisión. No creo que deba sentirme especial por eso, es lo que cualquier persona cuerda haría si ve un acto de violencia, supongo. Salí de la ducha envuelta en una toalla y tomé una goma para recoger mi cabello mojado, es muy molesto sentir las gotitas que caen por tu espalda mientras te vistes.
Mis tíos no llegaban en casa y tampoco contestaban mi llamadas, traté de pensar lo mejor en vez de lo peor, pero me era imposible, en mi cabeza sólo se encontraba la imagen de mi tía en el hospital con mi tío acompañándola, sin embargo también podrían estar haciendo otra cosa, ¿no?, como estar con sus amigos. Me acabé de vestir para luego tirarme a la cama y comenzar a leer algunos libros de la universidad que empezaba de nuevo el mes siguiente, al recordar eso fue como si una parte de mi se cayera en mil pedazos ya que eso significa que tendría que dejar el trabajo y yo no quería, me había acostumbrado a estar sentada organizando documentos y atendiendo gente, a hablar con Carla en la hora de almuerzo y sobre todas las cosas a soportar a Ian Somerhalder. Me preguntaba cómo sería si un día luego de recibirme llegara a la compañía solicitando un puesto más grande, si me lo darían o no, tenía la pequeña esperanza de que aunque pasen los años yo seguiría viendo sus hermosos ojos azules pero la duda seguiría en la duda, por un largo rato, o para siempre.
Cuando estaba a un centímetro del interruptor de la luz mi celular comenzó a sonar, observé la pantalla y era un número desconocido, me debatí dos veces pero decidí contestar, debía de ser la persona con la peor suerte del mundo si es que se tratase de un estafador o algo por el estilo.
-¿Hola?_caminé hasta mi escritorio y con el celular siendo sostenido por mi mejilla guardé algunas hojas en el primer cajón.
-¡Hola, Nina!, soy William_largó un suspiro que hasta a mi me puso más agotada de lo normal_emm... quisiera pedirte ayuda en un trámite de Ian, no lo entiendo bien y...
-La compañía no abre_dije segura_¿y cómo tienes mi número?_dije algo divertida recostándome por el escritorio.
-Estaba en los datos del personal, lo tuve que revisar,fue mi única opción de no cometer alguna bobada con el trabajo_la línea quedó en silencio por un corto tiempo mientras se escuchaban susurros "pasillo izquierdo ,habitación 340"_lo siento, estoy en el hospital . Sé que la compañía está cerrada pero de todas formas Ian me dejó unos documentos que no entiendo bien sobre una empresa, y tengo que entregarlos mañana.
-Entiendo, puedes enviármelo por correo si quieres, o una imagen en WhatsApp. Iría a ayudarte pero ya es muy tarde y es peligroso_mi celular vibró indicando que ya no tenía batería, lo más rápido que pude lo conecté y quedé parada al lado del enchufe.Tendría que conseguir uno más largo.
-¡Haré eso, Nina!_exclamó con alegría_me salvaste la vida, te lo juro, de verdad siento molestarte_se disculpó.
-No hay problema_me reí.
-Te envío el documento en breve, tengo un paciente que atender, bueno, varios_bufó_sólo vienen porque les duele su dedo o una pestaña se les cayó, me dan ganas de..._continuó_te llamo luego_cortó.Al finalizar la llamada largué una risa, era increíble como William tomaba confianza, digo, ni siquiera me conoce bien y hablaba como si fuésemos los mejores amigos del mundo, no me molestaba ni nada de eso, todo lo contrario, era entretenido y divertido escuchar como se quejaba.
