#Ian
El poco camino que nos queda por delante es bastante tranquilo, Nina está sumida en sus pensamientos mirando por la ventana el paisaje de girasoles, de fondo suena una canción que no conozco, es bastante contagiosa, miro de reojo hacia la bolsa que Dobrev bajó a comprar del minisúper, tengo bastante curiosidad en saber el contenido, no parece nada personal ya que se encuentra bastante abastecido de algunos productos que no logro diferenciar.
A veces cuando nos encontramos en pleno silencio no sé como interactuar, no es incómodo pero siento que hay tantas cosas que decir, realmente quiero avanzar con ella, siento algo especial cuando estoy a su lado, una sensación desconocida que me relaja y hace que olvide cualquier problema o situación estresante.
-¿Aún falta?_habló quedamente dirigiendo su mirada hacia mi.
-No mucho, unos seiscientos metros_viré la cabeza y le sonreí, luego volví mis sentidos a la carretera_podemos comer algo al llegar, luego dar una vuelta.
-Me parece bien_contestó sonriendo_tengo algo que hacer antes_fruncí el ceño confundido.
-¿Se puede saber?, ¿o es un secreto?_dije dando un aire misterioso a mi voz.
-Un secreto_llevó un mechón de su cabello detrás de su oreja y volteó la cabeza observándome sin expresión alguna, luego se asomó una sonrisa poco visible en sus labios.
-¿Qué sucede?_giré la camioneta hacia la quinta y antes de llegar los guardias se encargaron de abrir el portón, dándonos paso hacia el camino bien nivelado de tierra que estaba cubierto siempre de sombra, gracias a los enormes árboles que habían tanto a la derecha como a la izquierda.
-Nada_se encogió de hombros_estás feliz, te sienta muy bien_su voz descendió cuando cruzamos por un jardín lleno de rosas_es hermoso.
-Obra de mi madre_contesté ignorando el comentario anterior_¿quieres abrir las ventanas?
-Por favor_volteó y sus ojos centelleaban alegría, ¿tanto se emociona por unas rosas?. Apagué el aire y las ventanas comenzaron a bajar_gracias.
Llegamos a la cabaña y divisé a Charlie, el capataz, estaba en el umbral y sostenía una canasta mediana de color marrón. Aparqué frente a la entrada y bajé, antes de que Nina pudiera salir Charlie se acercó y abrió la puerta para ella.
-Gracias_le sonrió en agradecimiento_no hacía falta.
-No hay de que, señorita_hizo una pequeña reverencia con la cabeza en modo de saludo_con permiso_se apartó y llegó a mi lado_buenas tardes, señor, ¿necesita ayuda?
-Buenas, Charlie. No por el momento_palmeé su espalda.
-Aquí están las llaves_rebuscó en su bolsillo_ésta mañana abastecimos la cocina con todo lo que necesita, señor_me entregó las llaves y las cogí mientras sacaba una mochila del maletero, la coloqué en un hombro y cerré la cajuela_¿necesita algo más?
-No, Charlie. Puedes retirarte.
-Esto es para la señorita_me extendió la canasta que llevaba en las manos, escudriñé con atención y lo tomé entre mis manos, miré a Nina que observaba con confusión.
-Son fresas_dije para que escuchara, elevé la canasta en el aire para que Nina la viera, me dedicó una sonrisa y se acercó_aquí tienes_le entregué la cesta_es un presente de Charlie.
-Que amable, muchísimas gracias, Charlie_posó la mano en su brazo por unos segundos.
-De nada, señorita, un gusto. Me retiro, con permiso... señor_inclinó la cabeza despidiéndose y se marchó.

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Unpleasant.
Jugendliteratur-Mírame a los ojos y dime que me quieres como yo te quiero.