VEINTISEIS

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Me miro en el espejo y doy una vuelta, detallando el vestido color gris. A fin de cuentas, no es tan terrible. Suelto una respiración y me dirijo al baño para terminar con mi maquillaje, se suponía que debía ir a la peluquería con Naomi y las demás damas de honor, pero no tenía ánimos de aquello. Aun no puedo creer que después de tanto, Ethan se casa y yo asistiré a la boda con Dragóne.

Tuvimos una gran pelea acerca de que debía vestirse de manera elegante, pero luego de dos días logre convencerlo. Luego de tener sexo en la estación de tren, todo simplemente se volvió más tranquilo en la casa, cero peleas, cero sarcasmos, cero nada. Solo conversaciones normales de vez en cuando y de resto, convivimos como una "pareja". Hasta el mismo Garrett ha notado aquello, y aunque aún insiste que debo correr de allí lo más pronto posible, no lo hago, porque mis sentimientos se han hecho más fuertes.

Acerca del juicio, Brenda ha llamado para recordármelo, es en dos semanas y aún no he conocido ni a mi abogado, ni tampoco he recibido las preguntas que debo responder. Simplemente es algo que me tiene con agonía, pero no puedo hacer nada al respecto.

Termino mi maquillaje y salgo de nuevo a la habitación encontrándome con Paulo, mirarse al espejo. Lleva un pantalón negro estrecho, junto al saco y la corbata delgada a juego y bajo el saco una camisa de vestir color azul cielo. Un reloj seguramente de oro cubre su muñeca izquierda y se ha dejado la barba, luciendo como un guapo mafioso, que es. Simplemente mi boca está abierta ante esa imagen, porque luce demasiado bien, aunque parece disgustarle. Al escucharme, voltea y me mira molesto.

―Esto me molesta, tenía al menos ocho años que no usaba traje. ―masculla zafándose la corbata. Rio y me acerco a él para acomodársela de nuevo. Al momento que poso mis manos alrededor de su cuello, se tensa y sus ojos se opacan.

―Te ves bien, Dragóne.

― ¿Qué mierda importa eso? Esto es incómodo. ―gruñe, solo sonrío y luego sus ojos me detallan de pies a cabeza, poniéndome algo nerviosa. Pero no me hace ningún cumplido, solo me mira. ―Terminemos con esto.

Asiento, me coloco mis tacones y por último tomo mi bolso y mi vestido alternativo, porque no pienso quedarme toda la noche con esto, por más "lindo" que sea. La puerta de la casa se abre una vez que vamos a salir, y Garrett arquea sus cejas, estallando en una risa cuando ve a Dragóne.

―Esto merece una fotografía. ―sin previo aviso saca su teléfono y toma una rápida foto de los dos. Dragóne le mira molesto, pero Garrett hace caso omiso y posa sus ojos en mí. ―Te ves hermosa, bomboncito.

Aquello me hace sonrojarme y le agradezco con una sonrisa, pero al buscar la reacción de Paulo, veo que ya ha salido de la casa, completo una furia. ¿Se habrá puesto celoso?

―Deberías venir con nosotros.

―No lo creo, ya es suficiente que lleves a un criminal a la boda de tu amigo. No querrán dos. ―me guiña un ojo y se inclina para besar mi mejilla. ―Diviértete y ten paciencia.

Le sonrío despidiéndome y subo al auto, en donde encuentro a Paulo fumando un cigarrillo, no habla, parece que se ha molestado por nada y aquello hace que mis sospechas acerca de celos aumenten. Lo cual claramente, me pone de buen humor.

La boda toma lugar en una finca fuera de la ciudad, el lugar es grande e increíblemente hermoso. La decoración de la ceremonia la cual es realizada al aire libre, parece de una película romántica y aquello me entristece aún más porque todo es simplemente perfecto. La fiesta también será en el exterior de la finca, y les permite a cuantos quieran, quedarse, ya que Naomi y Ethan han pagado por el hospedaje de los doscientos y algo de invitados.

DRAGÓNE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora