17- Primera eliminatoria.

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Hoy Rocco competía, yo lo haría mañana. Estaba muy nerviosa y asustada, estoy en el salón del equipo y Rocco está durmiendo. Yo mis nervios y curiosidad fueron más fuertes, por eso salí.
Era un pasillo muy largo, enfrente la puerta de nuestro equipo se encontraba otra puerta. A lo largo del pasillo habían más puertas. Me encaminé a través ese largo pasillo. Al final de este había un ring muy espacioso y muchas sillas alrededor, seguro cabían 500 personas mínimo. Muy bonito, me encaminé al ring y subí. Mire las perspectivas del lugar y una vez lo visualice cerré los ojos. Me imaginaba a la gente gritando mi nombre, animándome a ganar. Al final lo lograba. Después mi imaginación me llevó a lo que siempre quise hacer, llevar un ring, como mi padre.
- Hola preciosa. No puedes estar aquí- esa voz la escuche el día de la gala. Es el chico con el que luche.
- Nada de preciosa.
- Vale, bien. ¿Pero qué haces aquí?
- Me ha gustado mucho el lugar. Ves este lugar- di una vuelta señalándolo.
- Sí. Me he criado aquí. Y no luchare aquí, no está temporada. ¿Pero qué haces aquí? Allí de pie, observando tan fijamente.
- Me gustaría un día trabajar aquí, con mi propio ring. Como mi padre.
- ¿Obligarías a tus hijos a boxear?
- No. Mi padre no me obligó, lo contrario, no quería. Pero vio que me encantaba, sobretodo corregir algunos errores de mis compañeros. Siempre en las visitas yo atraía a muchos para que apunten a sus hijos. No se me da bien enseñarles, pero a Rocco sí. ¿A qué se debe tu pregunta?
- Mi padre me obligó a boxear. Mi madre nos dejó, él no cumplió su sueño de ser un famoso entrenador. Su único alumno, se fue a buscar a su mujer al hospital por un bebé.
- Muy bonito. Pero si no quieres boxear, ¿qué quieres?
- Siempre he querido ser psicólogo infantil, así poder ayudarlos a superar la pérdida de alguien o ayudarlos a hacer algo que de verdad quieran hacer. No como yo.
- Pero eres joven.
- 25 años, y no voy a la escuela desde los 15.
- Yo tengo 16 y me llamó Amanda- me miró confundido- es la segunda vez que hablamos y no nos conocemos.
- Me llamo Carlos. Es un placer, preciosa.
- Si me llamas así, no saldrá nada bueno de todo esto.
- Me gusta tu ropa- me dijo. Llevaba unos pantalones rojos, una camisa a conjunto,y unos zapatos negros de plataforma.

 Llevaba unos pantalones rojos, una camisa a conjunto,y unos zapatos negros de plataforma

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- Gracias.- le conteste. Después de un largo silencio hable- Eres más simpático de lo que pensaba. Te creía el típico boxeador Playboy. Pero resulta que eres gay y solitario.
- ¿Gay?- dijo claramente nervioso. Asentí muy segura- No soy gay.
- ¡Oh vamos! Eres demasiado perfecto.- le conteste sonriendo.- tengo un amigo, que le encantaría ir a California a vivir. Y tu, también debes querer.
- Lo hablamos luego. Mi compañero se debe estar cambiando.- dijo andando por el pasillo. Yo lo seguí.
- No es por nada, pero tendrías que alejarte y desearle suerte a tu compañero. Si es como tú, está perdido.- le conteste yendo a la puerta de mi equipo.
- Rocco tiene mejor cuerpo, te acompaño.- dijo llegando a mi lado. Me reí de su acción y abrí la puerta, dejando ver a un Rocco con el torso desnudo y cara roja de la furia. Un Marc en el suelo. Y una Sandra castigando a Rocco.
- ¿Qué habéis hecho?
- Por fin llegas- me reprendió mi amigo- pero no sola- y Marc me miró furioso.
- Marc, vete a tu salón. Hazme el favor- le dije. Él se levanto con dificultad y se fue.
- Logan ¿donde está?
- Aquí- me contestó abrazándome por detrás- ¿Quién es el pibón que te acompaña?- me preguntó en susurro.
- Llévate a Carlos.- él asintió y se llevó a mi amigo.- Ahora que puedo perder los nervios. Rocco, ¿Porque?
- Si no te hubiera insultado. O si no hubiera dicho que os acostasteis juntos.
- Lo hicimos, pero cuando yo salía con él.
- No es lo que dijo. También, si no hubieras desaparecido dos horas- ¿dos? ¿Tanto? Pensaba que era menos.
- No sabía que había pasado tanto tiempo. ¿Pero qué tiene que ver?
- Que él también había desaparecido. No os encontrábamos. Y hace poco más de 10 minutos llego y nos dijo que os acostasteis.
- Pues yo estaba con Carlos hablando en el ring.- le dije. Rocco me miró y salió, Lionel fue detrás de él. Solté un bufido- hombres.... ¿Quién los entiende?- dije para que mi amiga contestara.
- No lo sé. Pero nos has asustado.
- Lo siento.
- Yo sé que no eras capaz. No después de las lagrimas, pero los chicos han dudado. Y entiéndelos, se piensan que una mujer ama a una sola persona.- se rió- tranquila se solucionara. Ahora vamos a ver ganar a mi primo.
Y eso hicimos. Yo me senté en mi sitio que quedaba al lado de Carlos y el de John. Sandra se sentó al lado de Logan.
Pasó una batalla muy igualada, el contrincante de Rocco era bastante bueno. Pero Rocco fue mejor, por eso ganó.
Rocco acabo y le dieron una medalla, en una pantalla digital el nombre de Rocco se puso en cabeza, mientras el otro fue descalificado. Él se bajó del ring y se fue al salón, mi padre, Lionel, Logan, Sandra, John y yo lo seguimos. Fuimos al salón para celebrarlo.
Rocco no me miró en ningún momento, pero en ese momento no me importó que yo estuviera triste, él tenía que celebrarlo. Por eso lo deje.
Espero que mañana me de su apoyo en mi competición.

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