•Set Fire To The Rain• [Leo Valdez]

"Solo somos amigos"

-¿Falta mucho?- preguntó Leo.

-Ni idea- contesté.

-Tengo hambre- se tocó la panza e hizo un puchero.

-Conseguiré dinero o algo.

-Lo vas a robar.

-¿Tienes hambre o no?- cruce los brazos delante suyo.

Asintió- También tengo ganas de ir al baño- comenzó a dar brinquitos.

-Hace cinco minutos te pregunte si querías ir.

-Hace cinco minutos no quería ir- rodó los ojos y me saco la lengua en un tono infantil.

-Encontraremos un baño pronto- prometí.

Caminamos hasta llegar a un centro comercial. Tome de la mano a Leo y comenzamos a correr por toda la plaza buscando un baño.

-¿Dónde están los baños?- pregunté a un guardia.

-Planta alta- señaló las escaleras.

Tomamos el ascensor que para nuestra mala suerte tenía "relajante a sonidos de la naturaleza" entre ellos el mar y las cascadas. Leo no paraba de brincar y de  topar su cabeza contra la pared metálica del elevador.

El ascensor se abrió y nosotros salimos disparados hasta llegar al baño que previamente tenía una sala de espera.

Leo entro corriendo, lo que me dio mucha gracia.

Unos minutos más tarde salió.

-¿Mejor?

-Mejor.- sonrió- Tal vez mejor sea nuestro para...

-Si Leo, deberías dejar de ver esas películas- reí- debo irme.

-¿Tienes algún plan?

<<No ninguno y posiblemente me arresten ya que no soy la persona más sigilosa del mundo>> pensé.

-Eh... Pues tú quédate a fuera- recordé cuando Jake me decía lo mismo.

<<-¿Por qué no puedo entrar?- decía mientras hacía un puchero.
-Porque aún eres muy pequeña y no quiero que te pase nada.
-No mientas, es porque no soy sigilosa ¿no?
-Pues la verdad si- contestó Jake.>>

Entre primero a una tienda departamental y tome todo lo que pude en ropa tanto para Leo como para
mi, encontré artículos para la higiene personal y toallas elegantes.

-Lo estás haciendo bien- Jake sonrió tras mío- estoy muy orgulloso.

-Soy más sigilosa.

-Me he dado cuenta, no estás en la carcel.

La chica de la caja registradora fue a cambiar un producto y yo me acerqué sin hacer ningún ruido. No había muchas personas a la vista.

-Abre la caja- dijo Jake- presiona el botón de la derecha y no hará ni un solo ruido.

Lo hice y funciono. La caja están llena de billetes, monedas y centavos. Tome aproximadamente unos $800 dólares y salí de allí antes de que la chica volviera.

La bolsa de Hermes parecía igual que siempre. Cuando salí temía que la alarma sonase.

-Esta hechizada, no sonara.