•Set Fire To The Rain• [Leo Valdez]

El primer beso nunca se olvida

Narra ______

¿Por qué me siento así? Una mezcla de emociones taladran mi cabeza, primero está Leo al que ya no veo como un amigo, no entiendo cómo puede hacer que mi corazón se acelere tan rápido en tan poco tiempo. Luego están todas las cosas de mi pasado que vuelven otra vez: La tía Sara y Ryan y ahora Beg y sus amigos, quienes me quitaron lo único que tenía. Jake.

-Vaya, miren con quien nos vinimos a topar. Señorita Waters un gusto como siempre.- dijo con sarcasmo.

Asentí con el ceño fruncido y tome la mano de Leo para ponerlo un tanto detrás mío. Me quitaron a alguien que quería una vez, no permitiré que sean dos.

Apreté los puños hasta que mis nudillos quedaron blancos completamente- ¿No vivían en Nueva York?

-Como has dicho- dijo Beg- Vivíamos en las calles de Nueva York pero esas calles tienen calles y estas otras calles. Las calles son una extensión de si mismas que te llevan a otros lugares sin darte cuenta pero eso ya lo deberías saber.

-Eso es lo más sabio que ha dicho alguien que se ha fumado medio kilo de cocaína- dijo Leo.

Me di una palmada en la cara ¿Es en serio Leo? ¿Cómo me puedes gustar?

-Idiota, la cocaína se inhala no se fuma te refieres a la marihuana- le espeté en voz baja.

-Pero qué rápido olvidaste a Jake- uno de ellos hizo un puchero falso- El pobre Jake que se desvivió por ti hasta el último día de su vida.

Jake apareció entre las sombras con un semblante serio.

-No respondas- me dijo- Solo quieren provocarte. Vete.

-Leo- le susurré - vámonos y por cualquier motivo no bajes la guardia ni un segundo.

Nos volteamos y comenzamos a caminar mientras yo los veía de reojo pero no avanzaban ni intentaban atacarnos.

-Otra vez escaparas- dijo el otro- ¿No conoces otra solución que no sea esa?

-Como la última vez...

-No les hagas caso- dijo Jake.

-¿Jake estaría orgulloso de una cobarde cómo tú?- gritó Beg.

Perdí la cordura en un segundo, nadie se metía con la memoria de mi amigo. Ignoré a Jake y a Leo y salí disparada y le di un puñetazo a Beg en su nariz tan fuerte que el hueso de esta tronó. El chico se cubrió la zona afectada mientras se tiraba al piso.

-Él estaba orgulloso de mí- dije con las lágrimas a punto de salir.

-Estoy orgulloso de ti pero ¡Corre!- gritó Jake.

Tome la muñeca de Leo y corrí para salir del callejón cuando Bill, uno de los chicos me pego al contra el muro y me alzo por el cuello.

Choque mis brazaletes pensando en dos dagas y me obedecieron pero antes de que el acero estigio tocara su piel él ya estaba en el piso. Pude ver cómo Leo sostenía un martillo mientras lo arrojaba al aire y lo volvía a atrapas sonriendo.

-Gracias- le dije.

-Cuando quieras, preciosa- sonrió y me guiñó el ojo.