El regalo de Hermes

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Nos dirigíamos a Colorado, posiblemente en unas horas  estaríamos allí. Actualmente estamos en Kansas, estacionados para dormir un poco y aproximadamente son las cuatro de la mañana.

Miraba por la ventana cuando vi una figura  bastante familiar: cabello miel, tez clara y ojos azules. Ya no tenía la figura fantasmagórica de siempre ahora parecía un humano de carne y  hueso otra vez.

Salí del auto sin hacer un mínimo ruido y lo seguí. La figura se alejaba un poco más y esta vez estaba segura de que no era un sueño.

-¿Jake?- pregunté parándome en seco.

El muchacho se volvió y pude ver su cálida sonrisa con claridad. Era él. Estaba vivo de nuevo.

-Estas... Vivo- asimile- ¡Jake estás vivo!- exclamé alegre.

Él asintió- Es temporal.

-¿Cómo? Ósea que tarde o temprano tú ya no...

-Exacto- sonrió amargamente- Debo hacerte una entrega y luego regresare a mi estado normal.

Sacó una bolsa de piel color café con una cadena dorada.

-¿Recuerdas que te dije que ayudaría?- asentí- Pues convencí a mi padre en una de sus visitas al inframundo que te otorgue su bendición para la misión y a parte de que te de algo.- mostró la bolsa- Puedes meter muchas cosas aquí adentro y nadie se dará cuenta si eres cuidadosa. Es para robar.

- Gracias- sonreí pero los ojos me ardían por las lágrimas- ¿Te puedo abrazar?- pregunté mientras sollozaba un poco.

Jake abrió los brazos y me rodeó con ellos mientras que derramaba unas cuantas lagrimas al igual que yo- Te quiero y lo haré más allá de la vida ¿entiendes?

Asentí- Si, yo igual te quiero.

Lo abrace durante unos minutos ya que sería la última vez que lo hiciera.

-Ten- me puso la bolsa en las manos- Suerte y recuerda que te estaré cuidando.

-No Jake- dije mientras soltaba unas lágrimas y veía como desaparecía ante la luz del amanecer.

Puse la bolsa en mi mochila y me dirigí a la camioneta de nuevo. Leo había despertado.

-Hey- salude- Buenos días.

-Creí que te pasó algo malo- parecía alarmado- ¿Estás bien?

Asentí.

-¿Estuviste llorando?- preguntó mientras limpiaba el resto de lágrimas de mis ojos.

-No- mentí.

-No te sale mentir- sonrió- dime.

-No es nada, lo juro.

Me dio un beso en la frente- Sé que te pasó algo, si necesitas hablar estaré aquí.

-Gracias.

[...]

Habíamos llegado a Colorado aproximadamente a las Díez de la mañana. El día estaba nublado.

-Llegaremos a Denver en treinta minutos- anunció Christine.

Esos minutos pasaron volando y cuando me di cuenta ya nos encontrábamos en el Capitolio del Estado de Colorado.

-Bueno- dijo Christine con un suspiro- Creo que aquí termina todo.

Me dio un abrazo a mi y luego a Leo.

-Fue un gusto conocerlos- les dije con una sonrisa.

-Gracias por reparar mi auto- dijo Liam a Leo.

-No hay de qué- encogió los hombros.

-Tengan- nos dio una nota amarilla con un número en ella- Por si algún día necesitan ayuda.

-Gracias- La abrazamos.

Nos despedimos de Dexter quien me tomo de la mano y dejó una hoja de papel. Me guiñó el ojo con una sonrisa radiante y volvió al auto. Leo dio un paso hacia adelante y yo puse mi mano para que no avanzara.

Los Lightwood se fueron a su camioneta y siguieron su camino para ir a ver a su familia.

Abrí el papel de mi mano decía:

Preciosa: Por si algún día dejas a tu novio. Búscame. 5550106.
Atte. Dexter Lightwood.

-Debiste haber dejado que lo siguiera- dijo Leo un poco molesto.

Reí y guarde la nota para enseñársela a mis Bros y a Nico cuando llegase a Casa.

-¿Lo llamarás?- abrió los ojos como platos- ¿Dejarás a esta belleza- se apuntó a sí mismo- por ese?

-Desde luego- bromeé- ¿Dónde está el teléfono público más cercano? ¡Debo llamarlo ahora!

Quedo boquiabierto por la broma.

-Es broma- le di un codazo pero no reaccionó- ¿Leo?

-¿En serio prefieres su apellido?- preguntó.

-¡Era broma!

-Sigo creyendo que Valdez te sienta mejor- sonrió- ______ Valdez.

-No.

-______ Valdez- dijo un poco más cerca de mi rostro y yo di un traspié lo que provocó que cayera.

-Auch- dije mientras me sobaba.

-¿Estás bien?

Asentí y me levante- solo fue un golpe.

-¿Quieres que te lleve a caballito?- sonrió.

-No es necesario- reí.

-¡Vamos! Será divertido.- dijo con un brillo en los ojos.

Me subí a su espalda y comenzamos a caminar por la ciudad.

-¿Leo?

-¿Si?

-Em...¿Podemos ir a una tienda?-Pregunté .

-¿Con qué piensas pagar?

-No pienso pagar- le dedique una sonrisa tiene torcida como las de él.

•Set Fire To The Rain• [Leo Valdez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora