What if...?

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Segunda parte del especial, después de la muerte de Virgo.

10 años después.

7 años, tres centros de rehabilitación, 8 intentos de suicidio, 2 con pastillas, 6 con las venas, 12 cicatrices en las muñecas, 5 años de dolor, y 5 de extraña alegría intermitente un hijo, un maravilloso bebé, y uno más en camino.

Eran muchos números que recordar para Sagitario, y ese día, ese, se cumplían 10 años.

Ese día volvió a casa mucho más temprano de lo habitual, sabía que para Piscis era un día difícil, en realidad, lo era para todos, y a pesar de que desde que Psicis se enteró de que sería madre por primera vez, había dejado de por completo de lado los intentos de suicidio, las marcas en sus muñecas no dejaban nunca a Sagitario tranquilo.

La pequeña Piscis salió corriendo a recibirlo, gritando "papá" una y otra vez.

Sagitario la alzó en brazos, contento la sacudió en el aire, y besó su mejilla, la pequeña de cinco años reía como loca, juntos entraron a la casa.

Piscis estaba en la cocina, con su gran barriga de 8 meses, y su larga melena azabache, que ahora le rozaba la cadera, junto a ella, ayudándola a cocinar estaban Aries y Acuario.

Acuario tenía su semblante alegre de siempre, con su cabello largo sujeto en una cola de caballo, y su ropa informal y colorida, dándole un aire de juventud eterna, aunque ya fuera un adulto.

Por el contrario, Aries, con su semblante duro, su cabello encanecido a temprana edad, su gran altura y musculatura que lo hacían parecer impenetrable, y la barba corta que se había dejado crecer, lo hacían ver más viejo de lo que era, pero Sagitario sabía, que no era eso lo que le daba tal solemnidad, sino sus ojos, que parecían tan apartados del mundo, en una continua soledad.

Sagitario asumió, que Géminis y su hijos estarían en el jardín jugando.

Aries saludó a Sagitario en cuanto lo vio entrar, se estrecharon la mano, se habían vuelto más cercanos en esos años, ya que a Aries, lo único que le quedaba en el mundo eran su prima y su sobrina, que, a pesar de ser idéntica a su madre, había nacido con varias de las actitudes de su tia, que se entremezclaban con las de su madre y su padre y que nadie se explicaba, ya que la pequeña Piscis no había conocido a su tía.

Pero había algo, más perturbador aun, Acuario, había llamado a una de sus gemelos "Virgo", en honor en a su menor amiga, ya que pensaban, que Piscis no tendría hijos jamás, era la pequeña de 10 años, a quien Aries no podía mirar a veces, tenía el mismo cabello rizado y castaño, los mismos ojos cafés, que te dejaban helado, había nacido por las mismas fechas que Virgo, y su gemelo se comportaba igual que ella.

Aries, los adoraba, pero a veces simplemente la nostalgia era demasiada.

Diez años habían pasado, pero Aries no había olvidado a Virgo, sus ojos rojos, aun, por el llanto que seguramente había soltado antes de llegar a casa de Piscis, lo delataban.

Sagitario se alejó de él con una sonrisa, y por accidente pudo ver, la esquina de un sobre dorado, sobresaliendo de su bolsillo, era la carta que Virgo le había dejado, no era la primera vez que Sagitario lo veía con ella, no pudo evitar sentir lástima por él.

Los primeros días tras la muerte de Virgo, no solo Virgo había muerto, él y Piscis se habían ido con ella, incluso Escorpio y Libra parecían querer irse con ella, Acuario fue el que más tardó en comprenderlo, pero era un hombre fuerte, y tenía un hijo por quien luchar.

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