Escorpio.
Habían pasado tantas cosas, tantos problemas, tantos enredos y malentendidos, tanto dolor.
Siempre nos habíamos herido, a veces con saña, a veces sin querer, y otras tantas en las que nos heríamos nosotros mismos.
Pero había terminado ya, el masoquismo había llegado a su final, no más drama, no más arrepentimiento, no más dolor.
Ella apareció, caminando lentamente, por la larga alfombra rodeada de nieve, caminó a paso lento hacía mi, con su vestido blanco, sus ojos chispeantes, tan llenos de vida, nunca la había visto tan radiante, ocultando su nerviosismo jugueteando imperceptiblemente con el ramo.
Era como un ángel, su cabello castaño, recogido en un moño sutil y elegante, sus labios finos esbozando la más despampanante de las sonrisas, sus ojos, mirando a todas partes, analizando todo como siempre lo hacia, luego, se posaron en mi, sonrió aun más, con ternura, sentí como un ligero calor recorría mi pecho.
Todos la miraban extasiados, Piscis, en su vestido rojo, a un lado del altar, no dejaba de lloriquear y chillar de emoción, mientras Cáncer trataba de no arruinar su maquillaje con las lágrimas que amenazaban con salir, y Libra, solo sonreía, tan genuinamente, que parecía brillar.
Al final, Capricornio estuvo ahí de pie, elegante, con su aura impenetrable, deseándole lo mejor a Virgo, siempre admiraría su fuerza.
Todo quedó en silencio cuando Virgo posó su manita sobre la mía, estaba temblando, todos tomaron asiento.
No pude evitar sonreír, tomé su mano, Virgo se agarró de mi con fuerza.
- ¿Tú...tú crees...que esto está bien? - Me preguntó casi inaudiblemente, no pude sofocar una risita irónica.
- Vamos, no me hagas perder el tiempo, que no me puse este traje para nada - Le dije, saqué de mi bolsillo un pequeño broche con una florecilla azulina, me importaba un pepino lo que pensaran los demás, ya habría tiempo para los votos - Ten, es azul, es viejo, y es prestado - Le dije, Virgo me miró directo a los ojos.
- No puedo...- Dijo abriendo la boca impresionada, me encantaba esa expresión.
- Claro que puedes y lo harás - Le dije, le di vuelta y sin pedir permiso lo metí en su cabello, se le veía muy bien.
- Oh escorpio, de verdad yo...yo solo, no sé como agradecerte - Dijo al punto de lágrimas.
- Ah no, no quiero una novia fea y con el maquillaje corrido - La reté, ella esbozó una pequeña sonrisa.
- De verdad Escorpio, no sé como agradecerte por todo esto...por haberme perdonado, por haberme apoyado, por haber sido mi amigo, por quererme tanto, gracias por ser así, por darme valor...por de volverme la fe en la vida, nunca voy q acabar de agradecerte, y sé que es cruel preguntarte esto, pero, ¿Crees que los cuentos de hadas...se hagan realidad? ¿Que de verdad...pueda ser feliz...así? - Preguntó bajando la mirada, un leve sonrojo la cubrió, haciéndola ver más hermosa aun, no creo que pudiera verse mas bella que en ese momento.
Sentí un nudo en el estómago, una palabra mía podía destrozarlo todo, darme venganza, darme todo lo que siempre deseé.
Pero el amor es una cosa tan extraña, te hace querer que el otro sea feliz sobre cualquier cosa, yo la había hecho sufrir tantas veces, le había hecho tanto daño, le había arrebatado tantas cosas, jamás me perdonaría haberla hecho sufrir tanto, cada lágrima derramada por mi culpa permanecería por siempre en mi conciencia, no podía vivir con ello, yo no merecía a Virgo, yo no era digno de ella.
No es justo provocar lágrimas en los ojos que tantas veces te hicieron suspirar, ni tanto dolor en ese corazón que te dio tanta felicidad, Virgo era en todo sentido, la definición de la perfección para mi, tal vez por eso no funcionaba, Virgo era humana, no perfecta, y yo jamás estuve dispuesto a verla como tal, Virgo merecía alguien que la hiciera brillar, no llorar, Virgo no era mia, jamás lo sería.

ESTÁS LEYENDO
Ofiuco
Short Story¿Qué sucedió con Libra y Leo? ¿Quien fue dama de honor? ¿Al fin Acuario pudo casarse con géminis? ¿Acuario me devolvió mi bufanda? ¿Fueron Capricornio y Escorpio a la boda? ¿Pasó algo entre Escorpio y yo? ¿Piscis y yo nos reconciliamos? ¿La mejor am...