Grita

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Primera parte
Adrien POV
Sabía que eso no era sano. Era imposible que lo fuera. No era normal que un chaval de noveno grado tuviera los ataques de ansiedad que yo tenía. Menos, con la frecuencia que me daban. Si al menos me pasaran por mi papel como Chat Noir, todo tendría sentido. al fin y al cabo, era una gran responsabilidad. Sin embargo, lo divertido era que sucedía justamente lo contrario. Mis aventuras como Chat Noir eran el remedio más eficaz que tenía contra ello. Esos minutos de libertad, por muy peligrosa que fuera, eran un auténtico soplo de aire fresco. 

No obstante, Ladybug y yo hacíamos demasiado bien nuestro trabajo. Nuestros breves enfrentamientos contra los akumas no estaban siendo suficiente para reducir la presión que bullía en mí. Por eso, a veces me transformaba, aunque no hubiera problemas por la ciudad, simplemente buscando un minuto de tranquilidad. Como en esa ocasión. Mantenía mi transformación, sin miedo a que nadie me reconociera. Gracias a que estaba chispeando, no había nadie más allí. Estaba recargado contra la pared pedregosa de uno de los paseos que rodeaba el río. 

Tantas clases de idiomas y protocolo, entrenamientos de decenas de deportes y sesiones fotográficas estaban haciendo mella en mí, y no tenía ninguna forma de compensar. Además, ahora mi padre planeaba incluirme en pases de moda. Eso suponía intranquilos viajes de una pasarela a otra. Grandes periodos de ausencia. No podría ir al instituto. No podría ver a mis amigos. No podría ayudar a Ladybug. Mi Lady...

Una cosa eran las sesiones de fotos, que aunque no habían sido nunca mi profesión ideal, no estaban mal. Otra muy diferente era pisar las pasarelas. Sabía de muy buena tinta que el territorio de la moda podía estar lleno de luz, pero también podía ser yermo y frío. Insensible. No podía, simplemente no podía perder aún más vida de la que tenía. Mi mundo, que recientemente había adquirido diferentes colores, volvería a convertirse en una triste pintura en blanco y negro. 

El ataque de ansiedad estaba empeorando. Incluso con el traje puesto, era difícil ser fuerte cuando los golpes provenían de dentro. Deseaba gritar y llorar, pero no podía. Mis pulmones parecían incapaces de tomar oxígeno. Todo daba vueltas, sin parar. Sentía que me moría. 

Me deslicé por la pared, arañándola con mis garras, sintiendo como perdía poco a poco la movilidad. Por primera vez desde que nos conocíamos, sentí a Plagg revolverse dentro de mí, intentar detener la transformación por sí mismo. Fue como si un segundo corazón empezara a la latir en mí, a un ritmo muy diferente del mío.

Finalmente, me desplomé, cayendo al suelo. Todo parecía dar vueltas y sentía que el suelo temblaba cada vez que chocaba contra mi pecho acelerado. Realmente, me estaba muriendo por un maldito ataque de ansiedad.

Creí que ese iba a ser mi último pensamiento, antes de caer inconsciente por asfixia, cuando un sonido invadió mis oídos. Se superponía al horroroso pitido que me atravesaba el cerebro, dándome un segundo de paz. Antes de darme cuenta, mi garganta se desbloqueó, permitiéndome tomar una gran bocanada de aire. El intento agresivo me arañó la faringe, pero no me importó. Era demasiado agradable sentir como el oxígeno volvía a entrar en mí. Después de eso, me desmayé. 

Noir, Bleu, CheveuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora