Capítulo 2 (2T) "Olvidate de él"

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Distancia.

Una sola palabra, que te puede hacer sentir la persona más inúltil al no saber combatirla. O al menos afrontarla. Porqué es ella, la que hace que miles de parejas, así como amistades, familias, se separen. Se tengan que decir "adiós".

No me gusta decir despedirme. Porqué una despedida significa que una de las dos personas se va, lejos.

Lejos.

Y cuando una persona se va lejos, todo cambia. Los primeros días, las primeras semanas, siempre están en contacto, a cada hora. Luego una, o ambas, está demasiado ocupadas para hablar en ese momento, y es así como pasan de hablar todos los días, a una vez a la semana. Y poco después, una vez al mes. Y es entonces cuando el contacto se esfuma, es como si se evaporara, como si nunca hubiese existido. Y ahí aparece el olvido.

Olvido.

Olvidar es duro, pero es más duro aún si solo olvida una de las dos personas, ya que la otra tiene que soportar el dolor de haber desaparecido de su vida. De la vida de alguien por quien darías todo y más. De alguien por quién sientes algo.

Ese momento en que te das cuenta de que la única persona que podría hacerte feliz, no está ahí. Te sientes perdida.

Una música empieza a entrar por mis oídos. Parpadeo. Tardo poco en reconocer que es mi móvil, me están llamando. Doy un giro y agarro el móvil de mi mesilla y contesto sin mirar el remitente.

-¿Halo?

-Abril-pronuncian mi nombre, seriamente. Me extraño al reconocer una voz de chica.

-¿Ann?-pregunto-¿Eres tú?

-Sí, quién voy a ser sinó- suelta una risita, pero luego vuelve a su tono serio- necesito que vengas a casa, es muy importante-finaliza.

-Claro, ahora mismo voy-me levanto de la cama y me miro al espejo-¿Que ocurre?

-Necesito que vengas, rápido-musita- ah, por cierto, tráete un pijama.

Me llevo una mano a la cara y río. Esa es su forma fácil de decirme que me quede a dormir a su casa. Puedo asegurar que Ann bromea unas... muchas veces al día.

-Señor, si señor- pongo voz de sargento y ella ríe.

-Señora, para su información.

Suelto una carcajada y cuelgo. Abro un cajón del armario y saco un pijama y ropa para el siguiente día. Abro una bolsa y lo meto todo. Antes de salir a la habitación, me miro al espejo y entonces salgo por la muerta. Al comprobar que no está Hugo, le escribo una nota diciendo dónde estoy y salgo por la puerta.

-Hola querida, la madre de Ann me abre la puerta, sonriente-está arriba.

Sonrío y subo las escaleras hasta llegar a su habitación. Abro la puerta y la veo tirada en su cama, con los ojos cerrados. Parece dormida. Me acerco a ella y me arrodillo a su altura, entonces ella abre los ojos y grita un "BU!", seguido de una risa. Mi corazón se para una milésima de segundo, por el susto que me acaba de dar. Cierro los ojos y cojo aire.

-Te odio.-le digo.

-No empecemos-dice ella entre carcajadas. Me uno a ella y empezamos a reír-¿Noche de películas?-pregunta ella, con un montón de películas apiladas entre sus brazos, que antes estaban tiradas en la cama.

Asiento.

-Noche de películas.

Después de cenar, volvemos a subir a su habitación a ver una de aquellas películas. Precisamente, no es demasiado animada, así que cuando llevamos un rato nos ponemos a hablar y a hablar, y acabamos quitando la película y poniéndo un prográma de celebrities que hacen todas las noches. Pero seguimos hablando.

Me robaste el corazón (Justin Bieber) Primera y Segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora