Capítulo 2

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Entro a la gran tienda, mis nervios aumentan cuando lo veo a él.

–¡Oh mierda!– Siseo entre dientes.

Que hago, obvio que nada por dios Beatríz me regañó mentalmente, hago algo sumamente valiente tomo aire, le sonrió y sigo mi camino.

Que valiente he sido me aplaudo mentalmente.
Subo al elevador, mis nervios cesan cuando las puertas se van cerrando pero alguien las detiene.

–Hola, ¿vienes por lo del trabajo?– mi vista se detiene en el, me mirá a los ojos.

–¿Que haces aquí?– cierro mis ojos, no quiero verlo soy una estúpida, el trabaja aquí doy paso hacia atrás y el entra al elevador.

Cuando abro mis ojos esperando que todo sea una ilusión lo miro a el con una sonrisa.

–Trabajo aqui, bella dama, ahora si es tan amable de contestar mi pregunta.

–Si, yo ha eso vine– parezco ridícula hablando, mis nervios me matan, me sudan las manos y trato de mirar a otro lado y no a su bello rostro y a su encantadora amabilidad de arreglar esta situación tan incómoda para mi.

–Mi nombre es Alex.

Lo miro un momento y mi mente empieza a trabajar con que el susodicho se llama Alex, el me mira esperando respuesta de mi parte.

–Me llamo Beatriz.

Él me sonríe sin decir más, unos largos segundos pasan cuando esté vuelve hablar.

–Sabes– se inclina un poco para estar a mi altura. –No te pongas nerviosa a la hora de entrar a la oficina la bruja no te hará nada.

No sé si desmayarme o reírme su cercanía de alguna manera me afecta.
Tiene una sonrisa hermosa, largas pestañas, sus ojos son tan oscuros que te intimidan, labios gruesos, su barba me enamora esta perfecta, bien cortada, no me gustan los hombres con barba pero él hace la diferencia.
Me gustaría saber cómo se se sentiría su barba por todo mi cuerpo al igual que sus labios.

–¿Te parezco lindo?– me pregunta con una sonrisa ladeada, lo miro con el ceño fruncido y este que se cree..

–Ja, claro que no– eso no sonó para nada sincero, pero no le puedo decir lo contrario veo que tiene su ego muy alto. Solo quiero que se aleje de mi.

–Ese color te queda perfecto– lo miro sin saber de qué me esta hablando– tus labios.

Ahora ya no me mira a los
ojos si no a mis labios. Por un momento quiero que me bese este hombre que para mi es un desconocido.

–Son besables– le sonrió y me alejo de el, las puertas del elevador se han abierto es momentos de huir. Mientras tanto el se queda con la boca abierta y luego me sonríe.

–Espero pronto probarlos– y con eso se cierran las puertas del elevador como arte de magia en el momento exacto.
Que ha sido todo eso.

Doy algunos pasos cuando me enfrento a una puerta de madera tocó la puerta.

–Adelante– una voz femenina me contesta.

Entro a la oficina algo tímida, es muy grande, limpia y con algunos cuadros en las paredes, un escritorio y dos pares de muebles.

–Buenas tardes señorita– me enfrento a una mujer, esbelta, muy bien arreglada, piel clara, cabello rubio y ojos de color miel, no quiero compararme con ella pero yo soy solo una plebeya cuando ella es toda un reina.

–Buenas tardes, ¿que es lo que desea?– deja de observar la computadora para observarme a mi esperando alguna respuesta.

–Mi nombres es Beatríz - le digo con una gran sonrisa.– Vine a traer mi documentos que se requieren para el empleo, ¿aún hay tiempo verdad?. – le pregunto algo temerosa quizás ya encontraron​ a alguien.

–Gracias Beatríz– toma mis documentos y los deja a un lado del escritorio junto con más papeles– Puede retirarse en caso de que sea seleccionada la llamaremos en un par de días.

Me quedo atónita eso ha sido todo, no me preguntara algo más, se supone que una entrevista de trabajo te hacen preguntas, prácticamente esta mujer me está corriendo. ¡Maldita vieja!

–Muchas gracias, señora– enfatizando eso último me retiro, sin antes darme cuenta que la bruja me está dando puñaladas en la espalda con la mirada, si las miradas mataran ya estuviese la oficina llena de sangre.
Ahora se que Alex tenía razón en lo que es esa mujer y también en que no tendré el trabajo.

Salgo de la tienda como alma que se la lleva el diablo, sin antes sentir esa sensación que alguien me observa y claramente se quien es ese alguien, Alex.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora