Capítulo 21

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Una semana después

Tomo mis dos maletas una en cada mano y bajo rápidamente los escalones de mi casa, hoy nos iremos a New York, tengo que dejar mi trabajo por el viaje, pero como Alex es mi jefe el me ha dado el permiso, típico de los jefes ojala todos fueran así.

- Madre ya me voy, Alex me espera afuera - por educación me despido de ella.

- Cuando regresaras, o te quedarás allá, te conviene quedarte allá. - realmente dudo que ella sea mi madre.

- Veré que sucede allá, pero no te preocupes de tu hija, yo de cualquier manera te avisaré. - mi madre me da la espalda para dirigirse a la cocina.

-No puedes irte Beatríz - David me prohibe el paso.

- Pero que te pasa a ti, alejate de mi - intento quitarlo de la entrada de la puerta pero no puedo.

- No puedo permitir que te vayas con el pueden pasar cosas que luego te arrepentirás - una sonrisa se posa en mi rostro.

- Esas cosas ya pasaron y no me arrepiento - veo como se va poniendo rojo del coraje.

- Eres mia - me toma del brazo bruscamente lastimándome hace que suelte las maletas.

- Sueltame - realmente me lastima en su rostro no veo más que puro coraje.

Se escuchan los pasos de mi madre cerca así que David me suelta rápidamente.

- Beatríz pensé que ya te habías ido. - mi madre como siempre preocupandose por mi.

- Ya se iba pero la estaba ayudando con las malestas, amor - veo de reojo a David el maldito otra vez mintiendo.

- No gracias, yo puedo sola.

Tomo las malestas con brusquedad y me largo de esa casa, David ya no puso resistencia ya que mi madre estaba presente pero aún no puedo creer que mi madre me haga tanto daño de esa manera, yo siempre la respete y ella sólo me deja a un lado, prefiriendo siempre ha David, una lágrima sale sin mi permiso pero a quien quiero engañar mi vida es una mierda, desde que mi padre me dejo sola.
El único que ha estado conmigo ha sido Alex, y aunque llevamos poco tiempo a veces siento que es como si estuviéramos juntos desde hace mucho tiempo.

- Por que esa cara- Alex me toma las maletas y las guarda en la cajuela.

- Por que no quiero ir - Alex me mira con una sonrisa. Mientras que subimos al auto.

- No es que no quieras ir es por que no te gusta viajar en avión y tienes miedo - tomamos rumbo y el me deja de observar esta concentrado en el camino.

- También le tengo miedo a tu mamá, me temo que no le caeré bien. - Alex me toma de la mano el resto del camino como si eso calmara, aunque si lo hace.

Estamos en el aeropuerto en realidad estamos dentro del avion y despegando yo cierro los ojos y escucho la risa de Alex le doy un golpe con la mano aún que ni idea donde le pege.

- Oyes comportarte, y abre los ojos.

Niego con la cabeza jamás en mi vida me había sentido así.

- Hey no pasará nada aquí estoy contigo.

Cuando abro los ojos lentamente veo a mi chico mirándome tiernamente, me acaricia la mejilla y me besa lentamente.

Y así como el avión nos transporta a New York, no se cuantos segundos, minutos y horas pasan me he quedado cómodamente dormida.
Despierto por el llamado de Alex que me avisa que el avión está por detenerse, me estiro y me peino un poco.

Cuando estamos fuera del aeropuerto, ya con nuestras maletas tomamos un taxi. Me impresionó al pasar por un puente enorme, jamás había estado en un lugar tan grande como New York hay demásiada gente caminando, tiendas, hoteles, edificios y sobre todo abundan los taxis.
Bajamos en una avenida algo concurrída entramos a un gran edificio, el señor que está de guardia lo saluda cordialmente.

- Señor Alex, bienvenido a casa. - le da un saludo de mano y un abrazo.

- Samuel, le presentó a mi novia Beatríz - al señor Samuel hasta los ojos le brilla una sonrisa marca su rostro ya con arrugas.

- Bienvenida señorita a su casa - Me saluda igual que ha Alex.

- Gracias señor.

- Nada de señor esta bien que este todo viejo pero me puede hablar por Samuel. Ya estamos en confianza señorita. - y un fugaz recuerdo hace aparecer a mi mente a mi abuelo.

Nos despedimos de Samuel y nos dirigimos al elevador, cuando llegamos al piso 10, las puertas del elevador se abren caminamos por el pasillo en donde sólo hay 2 puertas en este, Alex toma las llaves y se dirige a la puerta que está de lado izquierdo cuando abre la puerta y entro al departamento me quedo boquiabierta.
En vez de ser un simple departamento parece una casa es enorme, por fuera el edificio se ve pequeño pero ya dentro de él es todo menos pequeño, la cocina está a mi derecha, la sala a la izquierda y eso es una parte no me quiero ni imaginar lo que hay más allá de mis ojos, Alex me quita las maletas y se las lleva a lo que me imagino es la habitación, Dormiremos juntos, con solo pensar me pongo nerviosa.

- Vamos a descansar ya está anochesiendo iremos a ver a mi padre a su empresa mañana por la mañana, ya le he avisado que estamos aquí - se me acerca y me da un beso en la frente.

- Mañana ir a la empresa, no traigo ropa formal - me averguezo de ser tan despistada.

- Hey no te preocupes, puedes llevar cualquier ropa yo lamentablemente tendre que ir vestido formal pero tú no te preocupes y si quieres podemos ir a comparte algo de ropa - me quedo casi con los ojos de fuera así de fácil a resuelto todo.

- Creo que traigo algo de ropa para mañana, gracias de todos modos. - le doy una pequeña sonrisa.

- Quieres comer, podemos comprar comida. - realmente tengo hambre así que no lo pienso ni dos veces.

- Pizza, si por favor - una sonrisa sale de su rostro.

- Pizza tendremos, mi chica - me pongo colorada a más no poder me ha dicho mi chica, se me acerca para darme un beso rápido y llamar a la pizzería. Mientras tanto yo camino adentrandome al gran departamento pensando seriamente si me perderé en este.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora