Capítulo 5

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Suena el teléfono que extraño quien será, nadie llama al teléfono de casa así que ni idea de quién sea aun no entiendo por qué mi madre tiene el teléfono si ni siquiera lo utilizamos.

–Bueno ¿con quien...– una voz demasiado alegre me interrumpe.

–Buenas tardes mi nombre es Karla, quiero hablar con la señorita Beatríz Rodriguez.– por un momento una imagen se me vino a mi mente, por un momento sentí que mi corazón quería salirse, el recuerdo me invadio.

Después del choque yo sali antes que mi padre del hospital, el se encontraba en estado grave, estaba sola en casa cuando recibí la llamada de que mi padre había muerto, fue cuando todo mi mundo de vino abajo, mis esperanzas murieron en ese instante.
Pensé en mi madre.

–Buenas tardes soy yo, que es lo que desea- esperando la respuesta que mi mente produjo.

- Me estoy comunicando con usted referente al trabajo, ya que usted fue seleccionada y tiene la fortuna de integrarse a una de nuestras muchas tiendas. La empresa Prinstong le agradece y le da la bienvenida - no me había dado cuenta que estaba conteniendo la respiración,  no era por mi madre, era por  mi trabajo, un alivio invade todo mi cuerpo no sabía si llorar o gritar, ya había empezado por lo primero.

–Esto es en serio, no es una broma– escucho la risita de la joven.

–Claro que no es una broma, esto es muy en serio.
Te cobtare un secreto aqui entré nosotras el hijo del dueño que también es dueño se encargó de todo esto– no hostigare haciendo preguntas que mi boca quiere soltar.

¿Como me conoce el hijo del dueño que también es dueño? Me rio de eso suena raro. No sé ni cómo sucedió, mentiría si dijera que no me dió escalofríos ese secreto.

–Oh– mis labios como respuesta producieron esas dos letras, no se que decir.

–Quizás algún día lo conozcas que digo yo lo más seguro es que lo conoceras, se ve que se ha interesado mucho en ti, no te miento es muy guapo y está claro que muchas andan tras de el, es un moja bragas con título de eso te lo aseguro – se queda callada un momento escucho que toma aire– lo siento si, se que no debo hablar de mis jefes de esta forma. Ya no te diré más, sólo eso. No eres un cura para confesarme contigo, si lo fueras ya me hubieses mandado al infierno.

Lo único que puedo hacer es reírme de todo esto, está chica está algo fuera de sí.

–Muchas gracias, aqui entré nos espero nunca conocer a ese jefe– le soy de lo más sincera.

–Respecto al jefe esta más cerca de ti de lo que crees. En tu correo está toda la información sobre tu trabajo, ha sido un gusto hablar contigo Beatríz, hasta luego.

–Muchas gracias e igualmente, cuídate– termino por  ignorar el comentario del jefe no entendí eso de que está más cerca de mi ese comentario me encino la piel.

Me voy a mi habitación.
Tengo una gran sonrisa en mi rostro y quizás este loca por hablar yo sola a la nada.

–Papá, espero estés orgulloso de mi, lo logré, te dije que podría hacerlo sola, lo logré–me siento eufórica.

Dejó que mis lágrimas inunden mi rostro​, dejo que corran como ríos, duele no tenerlo conmigo, lo extraño demasiado, mi papi lo necesito tanto. Entre tanto llano me arrullo yo misma al punto de ir cerrando mis ojos para dormir sin antes escuchar su voz.

–Lo estoy, mi pequeña– hago un intento de despertar, lo que escuche fue la voz de mi papá, el sueño me vence rápidamente y dejo de luchar para despertar.
Está cumpliendo su promesa, el siempre estará conmigo pase lo que pase.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora