Capítulo 25

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La habitación está oscura tengo mis manos amarradas estoy sentada en una cama algo dura, miro a mi alrededor y desconozco todo, en donde estoy, tengo miedo, hambre y sed he perdido la noción del tiempo no se si es de día o noche.

Alex me está buscando lo siento pero y si nunca me encuentra un solloso sale de mis labios mis lágrimas son invisibles ya no puedo llorar he llorado demasiado.

Sólo escucho ruidos en el otro lado de la habitación una mujer habla pero desconozco sus voz, es dura, fría y sin vida.

Quien me habrá echo esto, quien me quiere destruir y por qué yo que daño he echo.

Escucho ruidos  veo la puerta abrirse, y lo que observo hace que me quede muda, nunca pensé que la persona quien estuviera tras de esto fuera mi madre.
Pensé en David pero jamás en mi madre.

- Hola mi princesa - empieza a reírse tiene su maquillaje corrido que le ha pasado a esta mujer.

- Tu, madre, mamá - empiezo a llorar.

Una fuerte cachetada resuena en toda la habitación.

- Yo no soy tu madre, yo soy tu tía, estúpida - me quedo callada, sin entender lo que me acaba de decir.

- Que dices, las fotos, los recuerdos tu y yo, yo diciéndome mamá y tu abrazándome - otra vez esa sonrisa que sale de los labios de esa mujer quiero tapar mis oído no la quiero oír.

- No seas ridícula ese ha sido mi hermana tu verdadera madre, ella murio cuando tú tenías 6 años, luego te crié yo junto con tu padre me enamore de el y ocupe el lugar que siempre desee, pero luego vas tú y matas al amor de mi vida, ha sido lo más doloroso que he vivido, pensaste que te perdonaría, matastes a mi hermana y luego al amor de mi vida. - me lo dice gritandome agarrandome fuertemente de mi barbilla.

- David y el donde está, que le hiciste - la miro asustada.

- El esta muerto, se enteró de todo y el idiota estaba tan enamorado de ti que intento detenerme así que lo tuve que matar. - me quedo quieta a matado a David, sólo cierro los ojos tratando de estar en otro lugar.

Siempre lo desee muerto por como me miraba, me trataba. Pero jamás pensé que sería cierto, jamás pensé que el daria su vida por mi y ahora le tengo compasión aunque fuera un loco al igual que mi madre, no esa mujer, no es mi madre, ni mi tia, esa mujer no es nada mio.

- Como pudistes, estas loca, yo no tengo la culpa de nada.

- Claro que si, tu matástes aquellos que quería, agradezco que allás matado a tu madre pera a Roberto eso jamás te lo perdonaré.

- Yo no lo mate fue un accidente - empiezo a llorar y recordar la catástrofe que sucedió tiempo atrás.

- Callate, maldita me dejastes sola, sabes quién sufrira mucho tu querido Alex, ese estupido sólo vino a echarme las cosas a perder, pensaba en matarlo pero no, lo mejor sería matarte a ti para que vea el dolor que me  causastes, quedaremos a mano - me mira y me da un beso en la frente para luego alejándose de mi y dejarme sola nuevamente.

Las horas pasan o eso creo, tengo todo mi cuerpo entumesido, no puedo respirar mi pecho duele, mis ojos poco a poco se cierran y caigo en la oscuridad temiendo que no vuelva a despertar.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora