Capítulo 4

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Me despierto con una tranquilidad y una gran sonrisa, hoy es un día maravilloso, la luz del sol ilumina mi habitación y me hace sentirme cálida como cuando papá estaba conmigo.

Me doy un baño para refrescarme esta haciendo algo de calor. Cuando terminó me alistó y me dirijo a la cocina.

–Princesa–me paro en seco, mi sonrisa ha desaparecido, este maldito hombre paso la noche bajo el mismo techo y lo peor de todo con mi madre, el miedo me invade.

–Contestamé cuando te hable– David se me acerca con una sonrisa y me mira de pies a cabeza, me da asco todo esto con una mano intenta acariciar mi rostro pero antes que lo toque me alejo de el.

–Eres asqueroso, para que quieres que te hablé, alejate de mi de mi madre, lárgate de mi casa– tomo un poco de valor antes de que este desaparezca.

–Pero que sucede aquí, Beatríz no permitiré que le hables asi a David– mi madre se acerca a mi hecha una furia.

Esto es lo más ridículo en el mundo, yo soy la que está en peligro, yo soy su hija.
David la toma del hombro para calmarla aunque no sirve de nada esto la pone más furiosa, el hecho de que David la detenga para que no se me acerque más, significa que yo soy la que tiene razón pero mi madre ignora eso.

–Amor, tranquila– se lo dice a mi madre, la toma de la cintura, dándole un beso en los labios.–No le hagas caso a  la actitud de una niña adolescente y sobre todo rebelde, olvida lo sucedido.

El maldito se está pasando por bueno esto es lo único que me faltaba.

–Beatríz, ve a tu habitación–

–Madre, por dios no te das cuenta, el empezó.–le digo en un susurro y con un nudo en la garganta, David me fulmina con la mirada.

–Aceptalo amor, tu hija nunca aceptará nuestra relación– pone cara de perrito, no lo puedo creer esto es en serio, mi cara se descompone cuando observarme a mi madre llorar, joder.

–Beatríz, no te das cuenta de todo esto, tu me destruiste, tu me quitaste a Robert, tu siempre tu, ahora dejame hacer mi vida, ser feliz por una maldita vez y deja de querer acaparar todo– en este instante algo dentro de mi se destrozo, es un dolor que recorre mi pecho hasta mi garganta, algo que no había sentido nunca.

Mi cabeza está a punto de explotar, siempre que discuto con mi madre me hago preguntas que ni yo misma encuentro respuesta ¿como es que yo lo permito?, ¿que hago aqui? mis lágrimas quieren salir pero no lo permito, no enfrente de ellos me veré débil.
Mi madre sigue llorando en los brazos de David el hombre que he odiado desde el primer momento en el que llegó a mi vida. 
Nuestra vida, mi pequeña familia, se ha perdido todo. Decido irme, se que estoy segura en mi habitación, antes de seguir con mi camino giro para enfrentarme con David que no ha perdido ningún segundo en quitarme la vista de encima, lo observo y su sonrisa aparece como un maldito demonio.

Mi habitación está en la oscuridad, el cielo ya no esta claro, ahora es gris se que una gran tormenta está cerca, me tumbo en mi cama y me hago lo más chiquita que puedo, la noche abre sus brazos para recibirme, ya no tengo fuerzas.

El prometió destruirme y lo está logrando. Empiezo a llorar en silencio, recordando todo, mi papá cuanto lo extraño, la escuela, mi madre esa que me daba mucho cariño y amor no ha está en la que se ha convertido después de la muerte de mi padre, siento lastima por mi pobre y miserable vida que ya no existe.

Mi jefe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora